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  Charlie.

— Entonces —  dice aclarando su garganta —  ¿Tu y Joseph? ¿Tu y Joseph son algo? Así como ¿están saliendo?

Río y empujo mis lentes hacia arriba sobre el puente de mi nariz. 

  — No — le digo aun sonriendo — ,  salimos por algún tiempo pero eso terminó, solo somos amigos ahora. 

— Muy buenos amigos podría decirse —  hace una mueca que me parece tierna y graciosa al mismo tiempo.

Me acerco a su coche y recargo mis brazos en el techo de este — ¿Acaso escucho celos en tu voz?

  — Si. 

Habla rápidamente y vuelvo a reír.  

  — Justin, no tienes porque preocuparte en lo absoluto.

— ¿En serio?

Asiento — Joseph y yo solo somos amigos... al igual que tu y yo —  lo miro directo a los ojos. Palmeo el techo de su coche y doy un paso hacia atrás —. Conduce con cuidado. 

Comienzo a caminar a la entrada de mi casa cuando su voz me detiene.

  — Oye, Charlie —  es la segunda vez que me llama así.

Giro para verlo pero el ya esta justo detrás de mi, coloca rápidamente sus manos en mi cintura, me acerca hacia él  y entonces me besa. 

Sus labios se sienten cálidos y suaves sobre los míos. 

Sus labios dejan de tocar los míos pero no se aleja de mi rostro, ni un poco, su nariz rosa lentamente la mía mientras que sus manos acarician mis mejillas.

  — No quiero ser solo tu amigo —  susurra sobre mis labios. 

Muerdo  mi labio inferior y asiento.

— Seamos mas que amigos —  pide. 

Vuelvo a asentir. 

Esta vez antes de besarme, respira de mi, acaricia mis labios lentamente antes de finalmente volverme a besar.  

Antes de irse a su casa Justin volvió a entrar a la mía para hablar con mis hermanos, quería tener su autorización sobre nosotros estando juntos y  saliendo, dijo querer hacerlo todo bien conmigo, y él sabia que mis hermanos son una parte muy importante en mi vida. Hablaron por demasiado tiempo para mi gusto, pues casi una hora después los tres se acercaron a mi a donde estaba sentada en el columpio del patio trasero y me dijeron que lo habían resuelto.  Sus rostros estaban bien, ninguno tenia rastro de sangre, ni hinchazón o enrojecimiento por lo que supuse que hablaron y lo resolvieron como  personas civilizadas. Justin beso mi mejilla como despedida antes de finalmente ir hacia su auto. 

  Eso había pasado ya hace una semana.   

Justin vino detrás de mi en el estacionamiento de la escuela, el lunes por la mañana, y me levanto en un abrazo. Dejé salir un grito de sorpresa. Besó mi mejilla y me bajó.  Mis mejillas estaban calientes cuando él tomo mi mano y seguimos caminando. 

  — ¿Esto te avergonzó?—  preguntó. 

— No. Sólo me sorprendió.

Estudió mi rostro por un momento. 

— ¿No estás de acuerdo con ser públicos sobre esto?

 Había estado mas preocupada que él no lo estuviera. Yo estaba bien. Quiero decir, hasta antes del accidente casi nadie me notaba y de pronto todos querían ser mis amigos y tal. No estaba preocupada por mi o por mi reputación porque no tengo nada que ocultar pero, quiero decir Justin es de los chicos mas importantes de por aqui. Aunque después de que se supiera quienes eran mis hermanos, yo comencé a acender en el estatus social. 

  — Por supuesto que estoy bien con esto. 

— ¿No estoy arruinando tu vibra hípster? 

Me reí.

  — ¿Mi vibra hípster? No sabia que tenia una de esas. 

  — Oh, la tienes.  Eres casualmente genial. Excepcionalmente diferente.  Estoy haciendo todo eso totalmente a un lado —  se señalo a sí mismo. Su sonrisa lo hacía parecer una broma, pero me preguntaba si estaba realmente preocupado. 

Me detuve, me volví hacia él, y lo besé en medio del atestado estacionamiento. 

Solo esperaba no arruinar esto. Ni para él, ni para mi, ni para nadie. 

  — Eres mi chico común y corriente y popular  favorito en el mundo. No lo olvides.

Esta vez se sonrojó un poco y sus ojos color miel se iluminaron. 

  — Bien. Porque soy muy genial. Solo quería asegurarme que apreciabas eso. —  me guiñó un ojo, su confianza de vuelta.  

Rodé mis ojos y jalé hacia de él hacia delante junto conmigo. 

  — Oh, lo hago. 

— Ustedes dos, no tan cariñosos ¿de acuerdo? —  dijo Drew pasando delante de nosotros.  

  — De acuerdo —  dijo Justin dejando un beso en mi sien antes de que yo entrara al salón donde tomaba mi primer clase.  


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