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La luz de la luna y de la iluminación exterior de la casa entran por mi  ventana, pero no es eso lo que causa mi insomnio. 

La última vez que vi a Charlie ayer por la tarde, salía del club de campo del brazo de Ethan.

Ella no volvió a hablar conmigo después del beso, bueno si lo hizo, pero solo para indicarme que debía de hacer a través del audífono y además,  esa noche cuando llegó a casa después de ir por la cena, solo se limitó a pasarme mi orden de papas y hamburguesa.

Necesito despejar mi mente. Necesito aire, necesito salir de aquí. 

Cuando comienzo a bajar las escaleras, escucho un murmullo, pero me digo que tal vez sea el océano, pero cuando llego al rellano de las escaleras escucho más claro ese murmullo, suena como voces, para cuando desciendo por completo y alcanzo el primer piso, identifico las voz de Charlie

  — ¿Y cuándo te vas? —  escucho que pregunta. 

Me sorprende encontrarla aquí, son apenas un poco más de las cuatro de la mañana, creía que todos se encontraban dormidos y en sus habitaciones.

Escucha atentamente a su interlocutor, pero sea lo que sea que le han dicho, no le ha gustado, sacude su cabeza y frota levemente su nuca, antes de deslizar su mano por su mandíbula y llegar a su cuello, donde deja su mano por un momento antes de jalar con ella el cuello de su camisa, como intentado salir de ella, soltándolo solamente para pasar una mano por su cabello, alborotandolo un poco.

  — ¿Por cuanto tiempo esta vez? —  Charlie muerde su labio —  ¿De uno a cinco años? De uno a cinco años ¿Estás bromeando? — espera pacientemente en la linea —  Tu ubicación ¿Te dejarán decírmela? ¿Podre saber a tiempo real dónde estas? 

Suspira antes de decir finalmente — Está bien, cuídate por favor. Te amo.

Entonces cuelga. 

Deja su celular en la mesa del centro, antes de llevar su piernas a su pecho y abrazarlas, enterrando su rostro en sus rodillas.

  — ¿Es...Está todo bien? —  me atrevo a preguntar.

Veo que mi presencia la ha sorprendido pues se ha sacudido ligeramente al escuchar mi voz.  

Endereza su espalda antes de contestar —Si, todo bien. 

Recarga su mejilla en su rodilla y me observa —¿Que haces despierto tan temprano?

  — No podía dormir —  soy honesto.

— Si... yo tampoco —  susurra, pero entiendo lo que dice.  

  — Estaba pensando en ir a la playa ¿te gustaría acompañarme? 

 Duda un momento antes de contestar, pero finalmente acepta.

— Pero antes de ir, debo de ir a cambiarme, espero que no te moleste  — tira un poco de su camisa y la reconozco rápidamente como una de Drew.

— No, en lo absoluto, creo que yo debería de hacer lo mismo.

Subimos juntos la escalera y ella se apresura a entrar a su habitación y cambiarse, yo hago lo mismo, dándome prisa y escogiendo un conjunto que espero que luzca decente, casi no tengo ropa parra playa y he estado usando ropa de los hermanos Thompson en algunas ocasiones-como esta. 

Cuando regreso a la sala de estar me doy cuenta que Charlie aún no regresa, por lo que me tomo la libertad de ir a la cocina y prepararnos un jugo de frutas para ambos en unos vasos portátiles.

Dime Algo Sobre TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora