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Stephen detiene su camioneta frente a mi casa algunos minutos después de medio día. 

Después de desayunar en su casa, tome algo de su ropa prestada y dimos un paseo por el centro de la ciudad y algunos de sus lugares turísticos. Es la primera vez que uso unos jeans estilo boyfriend, porque no son míos, sino de Stephen, junto con una camiseta blanca y los tacones stilettos color negros que utilice para la cena de anoche. 

Me bajo del vehículo y abro la puerta trasera para tomar las bolsas con mis pertenencias, Stephen me espera al lado de la puerta del chofer, cuando llego hasta él, me toma la mano y caminos por el sendero que lleva a través del jardín hasta la puerta principal de mi casa.

No decimos nada, no es necesario.

Cuando llegamos al porche, subo el primer escalón y me giro para ver a Stephen de frente, y lo abrazo, despidiéndome de él.  

  — Cuídate ¿si? —  susurro contra su mejilla antes de darle un beso.  

Stephen asiente y me sonríe triste — Lo haré, no te preocupes — dice besando el dorso de mi mano izquierda y jugando un poco con el anillo de compromiso que llevo en el dedo anular. 

Es entonces cuando recuerdo que aún no le he dado su reloj, así que busco la pequeña caja dentro de una bolsa donde viene junto con mi vestido. Tomo el reloj de su estuche y lo coloco al rededor de la muñeca izquierda de Stephen. 

Él ríe, levantando una ceja interrogativamente.

  —  Al aceptar el compromiso, la mujer debe de dar al hombre un reloj, es una vieja tradición —  sacudo mi cabeza para restarle importancia — , simplemente quería darte algo para que me recuerdes.  

  — Siempre te voy a recordar, Charlie.

Beso la palma de su mano antes de abrazarlo; beso su mejilla y lo veo caminar hacia su camioneta, se coloca detrás del volante y escucho a el motor encenderse, baja la ventanilla y me sonríe mientras se despide con la mano. 

Le sonrío y sacudo mi mano de vuelta en despedida. 

No es hasta que he perdido de vista a su camioneta que entro a casa.

— Mamá, papá ¡Ya llegué! —  coloco mis bolsas a un lado de la puerta, después vendré por ellas y las llevaré a mi habitación.  

Mamá se asoma desde la cocina —Que bien hija, ven, estamos a punto de comer.

Mi mamá puede notar fácilmente mi estado de animo en cuanto me acerco a ella —Oh, mi vida — dice antes de rodearme con sus brazos y llevarme  hacia ella —. No te preocupes, Stephen va a volver. 

Mi mamá y yo somos casi de la misma estatura, pero al yo estar en tacones la supero un poco así que bromea con eso, logrando que me relaje un poco. 

  — Ayúdame a llevar esto que los hombres están hambrientos —  dice, entregándome un bowl y señalándome otro, la sigo con gusto hasta la galería trasera. 

Los hombres de mi familia y Justin ya se encuentran ahí, comenzando a servirse en sus respectivos platos lo que mamá había llevado anteriormente. 

  — Hola —  saludo general y despúes me inclino para besar la mejilla de mi padre.

— Hola cariño —  me sonríe —  ¿Qué tal tu noche? 

  — Bien —  le sonrío. 

— ¿Cuándo volverá Stephen? 

Mi sonrisa cae un poco, me siento en el lugar disponible en medio de Drew y Stanton, hundiéndome de hombros  contesto  —:  No lo sé, él no lo sabe tampoco. 

Dime Algo Sobre TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora