Capitulo 3

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- Dios mío - musito Alan en arrepentimiento.

- ¿Por qué tienen esas caras largas? - pregunto ella, sin entender que sucedía - ¿Y pueden soltarme por favor? - pidió.

Alan la desposo y ella se sobo las muñecas.

- ¿De qué misión venimos? - pregunto.

- El clan fue atacado por los izquierdistas - murmuro Elías.

- ¡¿Qué, por qué y cómo?! - abrió los ojos como platos.

- Naomi hay mucho que explicarte - comento cansado Alan, rascando su nuca.

- Hija - dijo papá - Porque no vienes conmigo y te llevo a que te limpien las heridas - sugirió - Los lideres tienen cosas que hablar - miro hacia todos.

- ¿No falta Zacarías?

- Zacarías ya no trabaja para nuestro clan - explico papá - Renuncio esta tarde.

- ¿Ah sí? ¿Por qué no me entere?

- Fue algo sorpresivo para todos - explico.

- ¿Ahora Sebastián es líder? - miro curiosa.

- Si.

- Oh, no sabía que tenía potencial - expreso amablemente.

- Vamos - papá la ayudo a bajar.

Ella me miro amablemente pero como lo que era ahora, un desconocido. Salieron de la sala y busque sentarme, estaba incrédulo y más que dolido. La sala quedo en silencio.

- Santiago - murmuro Elías, acercándose - Lo siento mucho - expreso.

- Tranquilo, no es tu culpa - susurre.

- ¿Y eso es permanente? - dijo Sebastián - Tiene que haber una manera de que ella recupere la memoria.

- Tenemos la ventaja que no la perdió toda - dijo Alan, y eso me ilumino - Puede que sea algo de un lapso temporal y vaya recordando poco a poco, pero por ahora no podemos decirle lo que sucedió, hay que seguirle la corriente.

- ¡¿Qué?! - me pare alterado - ¿Cómo pretendes que este con Elías planeando una boda ficticia? - enfrente.

Eso si me volvería loco.

- Santiago esto no se trata de ti, sino de ella - contesto Alan - No podemos decirle nada por ahora y al menos hasta que la vea un medico, su cerebro debe estar sensible por las ondas que enviaba ese chic y lo único que generaríamos seria un trauma psicológico o un choque emocional que pueda hacerla olvidar lo que recuerda.

- ¡¿Y si no recuerda más Alan?! ¡¿Y se queda así?! Para ustedes es fácil decirlos porque los recuerda a todos, pero a mí no - exclame con molestia.

- No desesperes que esto será un proceso largo - explico - Si no lo hace pues tocara decirle todo lo que pasó, no hay otra opción, pero será bajo asesoría médica.

Resople y decidí salir de la sala, me tope con Tony, quien venía llegando al refugio.

- ¿Cómo estás? - pregunto viéndome de pies a cabeza buscando alguna herida.

- Estoy bien - respondí en seco.

- ¿No te paso nada?

- Nada más que algunos moretones y raspones.

SantiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora