- ¿Estás hablando en serio de matrimonio? – pregunte incrédula.
- Muy en serio Naomi – se incorporó lentamente y suspiro – Ya que el plan A no funcionó, voy por el B – acató sin dejar de ver el ocaso.
- ¿Plan A? – dude - ¿Quién o qué era tu plan A? – lo mire sin entender sus palabras.
El tomo pausa y con cautela me miro.
- Claramente tu – confesó con su mirada endurecida y bañada en decepción.
El aire se esfumo de mis pulmones, lo mire sorprendida y sin saber que decir. Trague y parpadee varias veces para poder asimilar este momento. Estaba boquiabierta y sentí los nervios invadir mi estomago. Devolví la vista al horizonte.
- Alan por favor, no digas tonterías – dije con la voz temblorosa.
- ¿Tonterías? – pregunto Alena, llegando sorpresivamente por detrás.
Me recompuse rápidamente.
- ¿Qué tonterías dice mi chico? – pregunto ella, dándole un beso en la mejilla.
Lo mire sin saber que decir.
- Nada con importancia – respondió Alan y le sonrió - ¿No estabas con George?
- Vine a buscarle una taza de café – acato – No quería interrumpirlos.
- No lo haces – respondí – Hablábamos de ti también.
- ¿De mi? – miro dudosa a Alan.
- Si, Alan me estaba diciendo lo afortunado que era de tenerte – explique.
- ¿En serio? – lo miro muy ilusionada.
- Si – afirmo él.
- Eso es muy dulce – me miro encantada – No les quito más tiempo, buscare el café de George.
- Nos vemos más tarde – acoto Alan.
Me gire nuevamente hacia la baranda. Ahora todo se había vuelto incomodo.
- ¿Decías? – pregunto él.
- Alan creo que eso es una decisión muy apresura – comente – Digo, apenas llevan un año juntos, no creo que eso sea suficiente tiempo como para decidir pasar la vida juntos.
- No me refería a eso.
- No hay nada más a que referirse – acate muy seria, aniquilándolo con la mirada.
El endureció su quijada y miro hacia la nada.
- ¿Segura que un año no es suficiente para tomar ese tipo de decisiones? – me miro, alzando una ceja.
- ¡Alan soy la más indicada para decírtelo! ¡Soy el vivo ejemplo! – exclame – Me comprometí al año y mira como terminaron las cosas.
- Pero terminaron así por un factor externo, no porque ustedes dejaron de funcionar – aludió.
- Bueno – me resigne – Solo te digo mi punto de vista, aunque no la hayas pedido – acate.
- Me importa tu opinión.
- Mi pregunta es ¿Antonella está preparada para una madrasta?
- Le agrada Alena y se llevan muy bien, ya se lo iré asomando poco a poco.
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Santiago
RomanceSer líder suena emocionante ¿Pero realmente lo es? La verdadera lucha apenas comienza y Naomi se verá enfrentada a las situaciones más crudas que su nuevo puesto le trae, batallando con quien la hizo caer en el clan y su propia lucha interna, pero ¿...