Capitulo 10

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- ¿Estás hablando en serio de matrimonio? – pregunte incrédula.

- Muy en serio Naomi – se incorporó lentamente y suspiro – Ya que el plan A no funcionó, voy por el B – acató sin dejar de ver el ocaso.

- ¿Plan A? – dude - ¿Quién o qué era tu plan A? – lo mire sin entender sus palabras.

El tomo pausa y con cautela me miro.

- Claramente tu – confesó con su mirada endurecida y bañada en decepción.

El aire se esfumo de mis pulmones, lo mire sorprendida y sin saber que decir. Trague y parpadee varias veces para poder asimilar este momento. Estaba boquiabierta y sentí los nervios invadir mi estomago. Devolví la vista al horizonte.

- Alan por favor, no digas tonterías – dije con la voz temblorosa.

- ¿Tonterías? – pregunto Alena, llegando sorpresivamente por detrás.

Me recompuse rápidamente.

- ¿Qué tonterías dice mi chico? – pregunto ella, dándole un beso en la mejilla.

Lo mire sin saber que decir.

- Nada con importancia – respondió Alan y le sonrió - ¿No estabas con George?

- Vine a buscarle una taza de café – acato – No quería interrumpirlos.

- No lo haces – respondí – Hablábamos de ti también.

- ¿De mi? – miro dudosa a Alan.

- Si, Alan me estaba diciendo lo afortunado que era de tenerte – explique.

- ¿En serio? – lo miro muy ilusionada.

- Si – afirmo él.

- Eso es muy dulce – me miro encantada – No les quito más tiempo, buscare el café de George.

- Nos vemos más tarde – acoto Alan.

Me gire nuevamente hacia la baranda. Ahora todo se había vuelto incomodo.

- ¿Decías? – pregunto él.

- Alan creo que eso es una decisión muy apresura – comente – Digo, apenas llevan un año juntos, no creo que eso sea suficiente tiempo como para decidir pasar la vida juntos.

- No me refería a eso.

- No hay nada más a que referirse – acate muy seria, aniquilándolo con la mirada.

El endureció su quijada y miro hacia la nada.

- ¿Segura que un año no es suficiente para tomar ese tipo de decisiones? – me miro, alzando una ceja.

- ¡Alan soy la más indicada para decírtelo! ¡Soy el vivo ejemplo! – exclame – Me comprometí al año y mira como terminaron las cosas.

- Pero terminaron así por un factor externo, no porque ustedes dejaron de funcionar – aludió.

- Bueno – me resigne – Solo te digo mi punto de vista, aunque no la hayas pedido – acate.

- Me importa tu opinión.

- Mi pregunta es ¿Antonella está preparada para una madrasta?

- Le agrada Alena y se llevan muy bien, ya se lo iré asomando poco a poco.

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