Estaba sobresaltado por lo que acababa de suceder, ella literalmente estaba en llamas.
- ¡¿Cómo diablos hiciste eso?! – pregunte asombrado.
Alzo sus palmas y me las mostro, encendidas en fuego por completo.
- Es un don que me confirió el dragón – explico.
Lo detalle con curiosidad.
- ¿Y no te quema?
- A mí no – chasqueo sus dedos y las llamas desaparecieron – También puedo leer los cuerpos, así como Araroni.
- ¡¿Estás hablando en serio?! – estaba más que impresionado.
- Si – respondió animadamente.
- A ver, léeme – pedí.
Ello fijo su mirada en mí.
- Puedo leer que tienes hambre y... - hizo una pausa – Estas ciertamente preocupado por mi nuevo puesto – acato.
- Impresionante.
- Gracias – se encogió de hombros de manera halaga.
- Ahora si hay que tenerte miedo.
- Ahora no puedes ser infiel, sino lo descubriré tan solo con leer tu cuerpo – bromeo.
- Tampoco lo haría – la hale y le di un beso para confirmarle lo que decía - ¿Y eso es para siempre? – pregunte.
- No, cuando salga del clan tendré la opción de devolverlos y almacenarlos por si ocurre alguna emergencia mundial.
- ¿Devolverlos? – la mire extrañado y la solté.
- Santi – y supe por su tono que había algo que no sabía – Hay cosas que no te dije, con respecto al brujo – comento apenada.
- Bueno creo que en este punto, es obvio que no nos dijimos muchas cosas – confesé, inclinándome de adelante hacia atrás y metiendo mis manos en los bolsillos.
- Le pediré a Eliot que nos traiga algo de comida y así podemos hablar tranquilamente.
- ¿Ya vas empezar a mandar? – bromee.
- Es mi trabajo – contesto divertida.
Al cabo de un par de minutos Eliot apareció con un bandeja llena de mucha comida y Alena trajo la bebida.
- Muchas gracias chicos – respondió amablemente Naomi.
- De nada líder – respondieron ambos, parándose firme.
- Muy graciosos – vacilo mi chica.
- Acostúmbrate – contesto Alena.
Ambos se retiraron y nosotros nos sentamos en uno de los sofás que había frente a una de las estanterías. Coloque la bandeja en la mesa y empezamos a deleitar los bocadillos que habían preparado para el brunch.
- ¿No te molesta que nos quedemos aquí? – pregunte.
- No, realmente ese brunch es solo para comer y hablar y con la bulla de tanta gente será incomodo.
- Está bien – tome un panecillo.
- ¿Por dónde quieres empezar?
- El brujo – respondí.
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Santiago
Roman d'amourSer líder suena emocionante ¿Pero realmente lo es? La verdadera lucha apenas comienza y Naomi se verá enfrentada a las situaciones más crudas que su nuevo puesto le trae, batallando con quien la hizo caer en el clan y su propia lucha interna, pero ¿...