Capitulo 36

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Sentí tanta impotencia y sorpresa en ese momento que tuve que salir hacia el estacionamiento para poder calmarme.

- ¿Ya te vas? - pregunto Sabana abordándome - ¿Y Vanessa?

- Esta dentro, solo salí a respirar - dije un poco cargado.

- ¿Qué tienes? - dijo Carlos.

- Acabo de ver la peor mierda del mundo - acate.

- ¡¿Que?! - salto Saba.

Carlos me ofreció de su trago y lo bebí fondo blanco para pasar el mal rato.

- Tony y Naomi se estaban besando - no salía de mi asombro - En plena pista, en mis narices.

Estaba tan cargado. Joder, no era algo que creía posible de pasar.

- ¿Naomi y Tony? - dudo Sabana.

- ¡Si! Ellos 2 - reafirme.

- Creo que necesitas lentes, Ricks - dijo - Naomi esta allá - señalo hacia donde estaba, entre los carros, caminando de un lado para otro, sin soltar el cigarrillo y su trago - Salió hace rato a fumar y lleva tiempo hablando con Kylie, pero dudo mucho que se estén entendiendo.

Sentí como si el alma me volvió al cuerpo.

- Con quien viste a Tony, es una cualquiera que carga un vestido similar al de Naomi - explico.

Le arranque su vaso a Sabana y bebí otro fondo blanco.

- No te imaginas el alivio que me causas - comente.

- ¿Te asustaste? - bromeo Carlos.

- Ni de mal chiste - conteste.

- ¿Chisme? - dijo apareciendo Naomi - ¿Cual chisme? - pregunto e hizo una gran calada y boto el humo.

- Chiste - corrigió su amiga - Creo que ya bebiste lo suficiente - le quito el vaso y me lo tendió - Toma un poco de tu propia medicina - comento.

Eso fue... doliente. Pero con tanta razón. Si yo me había sentido así de mal. No imagino que estaría viviendo ella, aunque parecía ya haberlo superado.

- ¿Estas enfermo? - pregunto Nao - Porque yo me siento mal.

- ¿Qué tienes? - dijo Sabana.

- No lose, tenía como el estómago revuelto luego de beber, y ahora siento el cuerpo pesado.

- Ya no tienes el aguante de antes - bromeo Carlos.

A lo que ella se lo tomo como todo un reto personal. Le soltó todo el humo del cigarro en la cara.

- Veamos de que estas hecho, niñita - y lo halo hacia el local.

- ¡Oh por Dios! Aquí van otra vez - exclamo.

Pero yo si estaba cansado, así que busque a Vanessa, quien también ya se estaba cayendo del sueño y nos marchamos en plena guerra de Shots. Lleve a Ness a casa y volví a la mía, solía quería olvidarme de esta noche.

N

Habíamos bebido tanto que cualquier dolencia se me había quitado. Se supone que seguiríamos la fiesta en casa de Sabana y Carlos pero ya no podíamos más. Los señores subieron a su habitación a dormir y yo tuve que ayudar a Tony a subir las escaleras para llegar a la habitación de huéspedes. Parecíamos los propios borrachitos.

- Tony... pesas mucho - exclame, subiendo el último escalón.

Abrí la puerta y lo deposite en la cama.

SantiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora