- Disparen – ordeno en seco el hombre moreno.
Cerré mis ojos esperando lo peor, se oyeron los tiros pero nada me golpeo. Los abrí con temor y la gente había desaparecido. Me voltee bruscamente y vi a Alan
- ¡¿Estás bien?! – lo mire de arriba hacia abajo.
- Creo que si – dijo reaccionando - ¡¿Tu?!
- Si – dije confundida y casi sin aliento.
- ¡¿A dónde se fueron?! - miro hacia todos lados.
Negué con la cabeza. Estaba aturdida y sin entender que había sucedido, mire también hacia todos lados.
- No lo pudimos haber alucinado, Alan – declare preocupada.
- Las cámaras de seguridad – dijo.
Pero yo sinceramente quería salir corriendo de aquí y encerrarme en mi cuarto.
- Te alcanzo, necesito aire fresco para asimilarlo – respondí.
- ¿Segura que te quieres quedar aquí sola? – me tomo del brazo.
- Si, tranquilo – me solté de su agarre suavemente y me cruce de brazos – No creo que pase algo más.
- Está bien – me miro extrañado y decidió entrar al instituto.
Espere un par de minutos hasta estar segura que ya iría más allá de las oficinas generales y corrí a montarme en mi auto, antes de que viese por los monitores que estaba huyendo. Apenas el vigilante me dio paso para salir, pise el acelerador y conduje devuelta a mí casa. El frio se colaba en el auto y solo quería llegar metiéndome en mis sabanas. Mi teléfono empezó a sonar, lo tome y la pantalla decía Alan, ya se había dado cuenta. Lo que había hecho había sido fatal y de igual forma eso no lo iba a detener de su cena, era mejor que le rompieran el corazón y esperar los estragos de ello. Al llegar, la primera voz que oí fue la de Vanessa y con ello imagine que Santiago estaría, automáticamente me amargue, también respire hondo y tome paciencia.
- ¿Prima por que tienes esa cara de trauma? – pregunto, saliendo de la cocina.
Deje mis cosas en la sala.
- Ah... solo tuve un día muy agitado – conteste.
- Si – miro su reloj – Saliste tarde de la oficina.
- Si... ¿Estás sola? – pregunte curiosa.
- Si – poso sus manos sobre la cadera - ¿Por qué?
- Pensé que estaría Santiago, como se la pasa metido aquí – dije amargadamente.
- Sé que no lo pasas mucho, así que tratare de evitar eso – sonrió.
- Gracias – forje una sonrisa.
- Se nota que estas muy cansada, ven, te guarde cena – me halo hasta la cocina.
Realmente se había esmerado en guardarme cena, preparo dos sándwiches con queso, jamón, tocineta, lechuga y salsa.
- Esta muy bueno Nessa – dije entre mordiscos – Gracias.
- De nada Nao – se recostó del otro lado de la barra – Te tenia descuidada.
La mire curiosa por su comentario.
- En realidad siento que nuestra relación no es como antes – continuo – Pensé que esta experiencia nos uniría más pero siento todo lo contrario.
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Santiago
RomanceSer líder suena emocionante ¿Pero realmente lo es? La verdadera lucha apenas comienza y Naomi se verá enfrentada a las situaciones más crudas que su nuevo puesto le trae, batallando con quien la hizo caer en el clan y su propia lucha interna, pero ¿...