- ¡¿Y esa era tu mejor manera de detener las cosas?! – exclamó.
¿Pero por que no le había caído de sorpresa la noticia?
- Ya va ¿Lo sabías? – pregunte confundida.
- No precisamente pero si ella tenía intenciones de dejarme, no hay que ser un genio para saber qué menos que menos querría comprometerse conmigo – explico – Y tampoco me sorprende que supieses, por eso quizás no enloquecí.
- Pero...
- La cosa es que tu técnica funciono, no de la mejor manera pero en si lograste evitar que perdiera los estribos – interrumpió – Realmente estaba enamorado de Alena, pero si en cualquier momento de la vida me buscas y me besas pues es obvio que se me olvida el resto del mundo.
- Alan... - lamente – Perdón, pero es algo que tienes que superar.
- Cuando tú superes a Ricks, te superare yo a ti – aclaro, cruzado de brazos y muy molesto.
- Eso es estúpido – exclame – Alan eres muy irracional, yo no tengo culpa de tus problemas sentimentales – reproche – Ni que sientas una frustración conmigo.
- ¿Frustración? – alzo ambas cejas.
- ¡Si! – asegure – Eso es lo que sientes tu ¡Una maldita frustración, que no te deja ser feliz!
El pareció reírse de manera sarcástica.
- ¡¿Es en serio lo que estás diciendo Guess?! – preguntó sorprendido.
Pero yo sabía que solo lo había dicho por la rabia del momento.
- ¿Sabes qué? Dejemos las cosas así – exclamo irritado y caminando hacia la puerta.
- ¡¿Qué las dejemos cómo?! – exclame.
Se volteo y me miro contundentemente.
- Naomi me harte de ti – expreso – Esto acaba aquí – finalizo, saliendo de golpe.
Yo quede pasmada y herida ¿En serio había dicho eso? Salí de la sala y por un momento pensé en ir tras él, pero después de oír decir eso, estaba muy dolida y a la vez confundida. Mi teléfono sonó, era un número desconocido.
- ¿Alo?
- Guess – dijo esa voz particular.
- ¿Araroni? – la piel se me erizo.
- ¡No me llames por mi nombre! – exclamo.
- ¿Dónde estás?
- Estoy llegando al clan.
- ¿Y aquí saben?
- Solo el joven Sebastián.
Y apenas oí su nombre, el apareció por el pasillo.
- ¿Estás llegando cierto?
- Si, pero no salgas a recibirme, espérame en la oficina de Sebastián.
- Guess – asintió a modo de saludo, mientras pasaba por mi frente Sebastián.
- Ok – asentí.
Tranque la llamada y me dirigí a la oficina de Sebastián, misteriosamente era la única ahí. Espere sentada alrededor de unos 20 minutos y luego aparecieron, pero Sebastián venia con otra persona.
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Santiago
RomanceSer líder suena emocionante ¿Pero realmente lo es? La verdadera lucha apenas comienza y Naomi se verá enfrentada a las situaciones más crudas que su nuevo puesto le trae, batallando con quien la hizo caer en el clan y su propia lucha interna, pero ¿...