Capitulo 16

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- ¡¿Y esa era tu mejor manera de detener las cosas?! – exclamó.

¿Pero por que no le había caído de sorpresa la noticia?

- Ya va ¿Lo sabías? – pregunte confundida.

- No precisamente pero si ella tenía intenciones de dejarme, no hay que ser un genio para saber qué menos que menos querría comprometerse conmigo – explico – Y tampoco me sorprende que supieses, por eso quizás no enloquecí.

- Pero...

- La cosa es que tu técnica funciono, no de la mejor manera pero en si lograste evitar que perdiera los estribos – interrumpió – Realmente estaba enamorado de Alena, pero si en cualquier momento de la vida me buscas y me besas pues es obvio que se me olvida el resto del mundo.

- Alan... - lamente – Perdón, pero es algo que tienes que superar.

- Cuando tú superes a Ricks, te superare yo a ti – aclaro, cruzado de brazos y muy molesto.

- Eso es estúpido – exclame – Alan eres muy irracional, yo no tengo culpa de tus problemas sentimentales – reproche – Ni que sientas una frustración conmigo.

- ¿Frustración? – alzo ambas cejas.

- ¡Si! – asegure – Eso es lo que sientes tu ¡Una maldita frustración, que no te deja ser feliz!

El pareció reírse de manera sarcástica.

- ¡¿Es en serio lo que estás diciendo Guess?! – preguntó sorprendido.

Pero yo sabía que solo lo había dicho por la rabia del momento.

- ¿Sabes qué? Dejemos las cosas así – exclamo irritado y caminando hacia la puerta.

- ¡¿Qué las dejemos cómo?! – exclame.

Se volteo y me miro contundentemente.

- Naomi me harte de ti – expreso – Esto acaba aquí – finalizo, saliendo de golpe.

Yo quede pasmada y herida ¿En serio había dicho eso? Salí de la sala y por un momento pensé en ir tras él, pero después de oír decir eso, estaba muy dolida y a la vez confundida. Mi teléfono sonó, era un número desconocido.

- ¿Alo?

- Guess – dijo esa voz particular.

- ¿Araroni? – la piel se me erizo.

- ¡No me llames por mi nombre! – exclamo.

- ¿Dónde estás?

- Estoy llegando al clan.

- ¿Y aquí saben?

- Solo el joven Sebastián.

Y apenas oí su nombre, el apareció por el pasillo.

- ¿Estás llegando cierto?

- Si, pero no salgas a recibirme, espérame en la oficina de Sebastián.

- Guess – asintió a modo de saludo, mientras pasaba por mi frente Sebastián.

- Ok – asentí.

Tranque la llamada y me dirigí a la oficina de Sebastián, misteriosamente era la única ahí. Espere sentada alrededor de unos 20 minutos y luego aparecieron, pero Sebastián venia con otra persona.

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