Capitulo 12

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Me costaba asimilar este momento, realmente me había pedido que me quedara... con él. ¿Era quizás su manera de pedirme  que lo intentáramos una vez más? Nose si era producto del momento, pero estaba en cierta parte fascinada. Sin embargo tenía que bajarme de la nube, esto no fue lo que él había dicho, lo acordado, ni mucho menos lo esperado. Realmente no sabía que decir.

-         Puedes contestar – pidió.

No tenía una respuesta exacta, es decir, me había agarrado desprevenida y todo esto causaba confusión en mi, ya había programado mi cabeza para irme sin remordimiento de consciencia, sin arrepentimientos ni lamentos y ahora esto. Recordé aquella conversación con Araroni.

-         Prácticamente desapareciste del mapa, por lo que me acabas de decir, irte de la nada y sin aviso lo obligas a vivir en tu ausencia, pero no te asegura que los sentimientos desaparezcan.

-         ¿Cómo estás tan seguro de eso?

-         Porque yo viví algo similar y créeme, pude no verla por mucho tiempo y creer que la había olvidado, pero el día que nos reencontramos fue como si nada fuese cambiado, todos esos sentimientos reaparecieran y fue peor, para ambos.

-         ¿Verla? – dude.

-         Si, fue la única mujer que llegue amar en mi vida, luego del despecho descubrí mi interés hacia los hombres.

-         Oh – asentí.

-         Así que lo que estás haciendo no te asegura nada.

-         Bueno no pierdo nada intentándolo.

-         Si pierdes.

-         ¿Qué?

-         El tiempo, podrías estar en este momento con tu familia, concretando metas.

.............................

-         Respóndeme algo – se cruzo de brazos y se recostó a una de las paredes - ¿No quieres volver por el joven Santiago?

-         No quiero volver al pasado y Londres me recuerda a todo eso.

Me miro como si estuviese analizando mi respuesta.

-         Te creeré – se despego de la pared – Pero llámame si me equivoco en pensar que precisamente no era que querías que él se olvidara de ti, sino tu de el  y hasta este punto no me da la impresión de que eso allá sucedido – salió de la habitación dejándome con la palabra en la boca.

-         ¿Estás aquí? – chasqueo sus dedos para despertarme.

Reaccione y aun así no sabía qué hacer, quería quedarme pero a la vez no, era complicado, confuso y maldecía que quizás Araroni había tenido tanta razón, te acostumbras a vivir en la ausencia pero no dejas de sentir ¿Quizás era eso lo que a ambos nos había pasado? ¿Las cosas habían florecido? Pero no era algo totalmente seguro de parte y parte ¿Qué era diferente esta mañana que anoche no? Ayer solo me quería para sexo, para culminar su largo verano y despedirse de mí, tal vez eso era lo que el necesitaba para darle rienda suelta a ser un depredador de mujeres y me hacía sentir utilizada, pero tampoco era algo completamente seguro, sus ojos decían otra cosa. Habíamos estado en la intimidad, una vez más, como si no fuese pasado el tiempo, pareciendo todo estar igual. La pregunta era realmente si estaba dispuesta a aventarme al abismo sin saber que podría esperar... Ambos habíamos cambiado y no sabía si para bien o para mal, si podría funcionar fuera del clan.

SantiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora