Capitulo 34

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Ella estaba completamente inmovilizada, con los ojos muy abiertos y pálida.

-         Te... te acostaste... - ni siquiera pudo terminar la frase.

-         Naomi solo te puedo asegurar que yo no recuerdo nada de esa noche - dije con el corazón hecho añicos.

Sus ojos se mojaron inmediatamente y me sentía la peor plaga del mundo.

-         Santiago, vete por favor - fue lo único que dijo.

-         No me quiero ir, por favor hablemos - suplique, tomando sus manos que no solo estaban frías sino temblando - Puedo explicarte todo lo que quieras o bueno, lo que me acuerdo - dije apenado.

-         Santiago - soltó mis manos - Ya no hay nada que hablar - su voz estaba quebrada - Por favor, lárgate - pidió nuevamente - Solo no, no puedo - podía ver en sus ojos el caos mental.

N

Apenas se marchó, las lágrimas fluyeron por si solas, es como si me fuesen clavado una daga en el pecho. El aire me empezaba a faltar en los pulmones, me voltee y camine hasta la cama, derrumbándome en la orilla, llorando desconsoladamente. Era la peor traición que había recibido, el sabor más amargado que había saboreado. Mi corazón estaba hecho pedazos, mi estómago se volvió una ensalada de emociones y me produjo ganas de vomitar, corrí al baño y saque todo lo que podía, quedando vacía, en todos los sentidos de la palabra. Jamás imagine que Santiago fuese capaz de algo así, lo que quedaba de mi corazón, me dolía tanto que creería que estuviese al borde un infarto. Volví a mi habitación y me derrumbe en la cama, minutos más tarde apareció Sabana y corrí abrazarla, sin poder detener mi llanto. Ella no dijo nada y eso desato mi furia.

-         ¡¿Tu lo sabias?! - exclame - ¡¿Y no me lo dijiste?!

Sino fuese porque le devolví sus dones al dragón, estaría a segundos de prenderme en llamas.

-         ¡¿Qué clase de amiga eres?! - reproche.

-         Naomi ¿Pero en qué momento? Si apenas llegaste hace días y no es algo que se dice por teléfono - excuso - A parte no me correspondía a mí, se supone que el este tu pareja.

-         ¿Ahora eres su mejor amiga, verdad? ¡Tú también me traicionaste! - señale.

-         Deja de decir pavadas ¡Estoy aquí para apoyarte!

Reventé nuevamente en llanto y ella me abrazo. Me sentía inconsolable, como si estuviese al frente de un precipicio, a punto de caer, solo deseaba desaparecer. Sabana me obligo a bañarme y me quede sentada bajo el agua, sin poder parar de llorar. Me habían traicionado de la peor manera. Ni siquiera sé cómo podría ver a Vanessa ahora.

-         Sabana me siento destrozada - murmure acostada en mi cama.

-         Sé como te sientes, porque yo me sentí igual cuando lo supe... No lo podía creer - dijo - Eres mi hermana y tu dolor es mi dolor, no quiero que creas que ahora soy más amiga de Santi que tuya, pero tienes que entender que no me correspondía a mi darte esa noticia - respiro hondo - Quizás me detestes pero... - hizo una pausa - Yo le sugerí a Santiago que no te dijera nada y se alejara de ti.

Estaba asombrada y aún más dolida.

-         Porque sinceramente no mereces todo esto Nao, no mereces este dolor, pero la verdad no se puede ocultar con un dedo, era mejor que te enteraras por él, que por Vanessa.

Solo de imaginarlos juntos, sentía tanta rabia y dolor.

-         ¿Es verdad que no se acuerda de nada de esa noche? Me cuesta tanto creerle - pregunte.

SantiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora