Capítulo 9

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-¿Nerviosa?- la voz de Eleonor me sacó de mi mundo de fantasía, no la miré- ¿Increíble?- sonreí levantando mis pies a la banca para poder abrazar mis piernas- Te entiendo, ya estuve en tu lugar.

-La diferencia es que la última vez que llegué así de lejos tuve que abandonar por una fractura, cuando todo iba bien, culpa de la locura de Brithany con Jeremy me expulsaron de la academia y luego...

-Mi hermano- murmura, la veo sonreír y ciertamente era eso lo que iba a decir, asiento mordiendo el lado interno de mis mejillas- él piensa igual y por tu culpa- no digo ni hago nada porque creo que tiene razón- tú fuiste diferente a todas las chicas y eso es lo que le atrajo- fruncí mi nariz al percibir un aroma familiar- hablando de roma- murmuró Eleonor antes de bajar su vista a sus manos.

Siento una caricia en mi cabello pero no quiero levantar la vista hacia esos hermosos verdes que te invitan a perderte. Él se agachó y apoyé mi barbilla en mi rodilla viéndolo, él sonrió y no pude evitar hacerlo también. Mira a su hermana con una sonrisa y ella me aprieta el hombro en forma de despedida antes de irse.

Él se sienta a mi lado y me rodea con sus brazos pegándome a su cuerpo, donde me acurruqué.

Extrañaba las sensaciones que producía con un simple rose, su aroma tan varonil y su voz que inundaba mis oídos.

-No sabes cuánto extrañé bailar contigo- susurré, con uno de sus dedos en mi barbilla me hizo mirarlo.

-¿Solo bailar?- enarca una ceja y acerca sus labios a los míos pero desvío la mirada y él suspira sobre mis labios produciéndome escalofríos antes de darme un beso en mi mejilla y esconder su rostro en mi cuello.

-Lo siento- susurré- solo no creo poder con esto, creo que es mucho y no quiero quedarme en la nada si todo sale mal... lo siento.

Me levanto para ir donde mi grupo pero su mano sujetando la mía me detuvo, se levantó y jaló de mi para pegarme a su cuerpo en un abrazo de tal magnitud que creí que moriría, su agarre era tan fuerte que transmitía el sentimiento de no querer apartarse. Todo mi cuerpo se estremeció ante su toque. En cuanto salí de mi estado de shock, le correspondí. Me alzó sobre las puntas de mis pies y movió su rostro para permitirme verlo y suspiró contra mis labios.

-Anabbeth llama por ti- dice una voz angelical e infantil al mismo tiempo desde atrás nuestro, pero él no me suelta- Yo no te vi- dijo antes de escuchar como sus pasos se alejaban.

¿Quién es Anabbeth? ¿Por qué lo llama? ¿Quién era ese niño?... mis pensamientos fueron interrumpidos por el rose de su nariz en mi mejilla.

-Por una vez en tu vida, no pienses- susurra con los ojos cerrados- Por favor- ruega y no hace falta que continúe.

Roso mis labios sobre los suyos y sus dientes lo atrapan para succionarlos y morderlos, entreabro mi boca y él no pierde tiempo en acariciar mi lengua con la suya en un tierno pero al mismo tiempo desesperado beso que causa cosquillas en mi interior.

Una de sus manos continúa abrazando mi cintura, pegando mi cuerpo al suyo, mientras que la otra asciende hasta mi nuca para que no me aparte, aunque tampoco tenía planeado hacerlo.

Ambos nos paralizamos al escuchar un flash, presiona sus labios sobre los míos y yo no quiero abrir los ojos aún, su mano en mi cuello me obliga a recostar mi rostro en su pecho y nuevamente el flash. Fruncí el ceño y me separé para ver al niño con una cámara y una sonrisa, él parece ¿feliz?

Me indica que sonría y frunzo el ceño, de un momento al otro se cae y permanece viendo el suelo. Aiden se agacha y lo agarra desde sus costados para luego cargarlo, en cuanto lo hace el niño oculta su rostro en el cuello de él.

El Baile de mi PerdicionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora