Desperté por el sonido de la puerta en el impacto contra la pared. April emocionada corrió hacia mí y me jaló del brazo para levantarme, y así sin más me hizo salir al balcón.
Yo nunca podría ser su príncipe azul
Yo nunca podría ser el que usted lleva a casa a la madre
Y yo nunca podría ser el que le trae flores
Pero yo puedo ser el uno, ser el que esta noche
La primera vez que te vi
Desde el otro lado de la habitación
Me di cuenta de que eras curioso (Oh, sí)
Chica, espero que te van
Lo que estamos buscando
Porque yo no soy bueno en hacer promesasPero lo intentaría por ti
Lo intentaría por ti
Por estar junto a ti.
Mi vista está fija en sus ojos, su sonrisa, después de mucho tiempo, llega a ellos. Los vecinos salen de sus hogares algunos aplauden, otros piden otra canción, yo solo observo.
-Feliz Cumpleaños atrasado mi hermosa bailarina- grita, mi amiga junto a mí chilla de la emoción, mis labios luchan contra una sonrisa que pide a gritos salir, hasta que finalmente lo hago sonrío al mismo tiempo que niego con mi rostro- Lamento la tardanza princesa, no hay escusas ¿Me perdonas?
La gente me grita que lo haga, hay quienes están grabando, por lo que pienso bien antes de dejar a las palabras salir de mis labios.
-No hay nada que perdonar- grité para que me escuchara, lo que hace instante fue una sonrisa de felicidad se transformó en una sarcástica, forzada- Gracias- grité antes de entrar nuevamente en mi habitación.
April entra tras de mí gritándome que estoy loca para hacerle eso, yo solo ruedo los ojos, beso su mejilla y busco ropa en su armario para luego adentrarme en el baño a darme una ducha con agua tibia. Me vestí, lavé los dientes y peiné una trenza de costado.
No fue sorpresa salir y encontrarme con los ojos verdes viéndome, me acerqué a él, quien está sentado en la cama, sus brazos rodearon mis piernas recostando su frente en mi abdomen, mis manos se posan en su cabello y se deslizan hasta sus hombros.
-Gracias por eso, pero no debiste volver- pude sentir sus músculos tensarse bajo mis manos- Creo que esto es imposible- murmuro muy bajo antes de callarme sabiendo que no aguantaría y mi voz se quebraría.
-Es posible mientras uno de los dos crea- habló firme poniéndose de pie y demostrando que ha crecido unos centímetros más- No voy a dejar que esto termine...
-Esto no se va a terminar- susurré aún sin verlo a los ojos- no se puede terminar algo que jamás empezó.
-Sahara ¿Qué ocurre nena? ¿A qué viene todo esto? Dijimos que sin importar que salgas de la competencia con o sin trofeos...
-No, eso lo dijiste tú, dijiste que me esperarías, nunca afirmé que te daría una oportunidad- tomé aire tratando de no quebrarme ni mostrarme débil- ¡Esto es imposible!- grité exasperada.
Él me rodeó con sus brazos y eso terminó por romperme por completo.
-No quiero que te vayas, se que suena egoísta pero te quiero para mí... Te quiero conmigo no del otro lado del mundo...
-Hace falta una bailarina para la siguiente gira- murmura a lo que levanto la vista para verlo- Es un contrato por seis meses. Londres, New York, Sussex, Madrid, los Ángeles, Las Vegas... Luego de esa gira viene un concierto el doce de Febrero en la Antártida en busca de fondos para diferentes términos... ¿Quieres venir conmigo?
Yo lo veía sin creer lo que me estaba diciendo. Deslizó su pulgar por mi labio inferior, en una caricia que causo que me estremeciera. Posó sus labios sobre los míos pero fue más como un pedido, fui yo quien rodeó su cuello acercándolo más a mí. Mis labios atraparon los suyos pero fue él quien controló en beso.
Cuando menos me di cuenta estábamos recostados en la cama, él sobre mí acariciando mis costados. Deslicé mis manos por sus lados hasta llegar al borde de su camiseta y quitársela por sobre su cabeza sus labios ahogaron un gemido cuando se presionó contra mí creando fricción entre nuestros cuerpos, mis manos se aferraron a su cuerpo. Al instante en el que la puerta se abrió lo empujé y me levanté de un salto arreglando mi cabello al mismo tiempo que Aiden quedaba recostado con sus brazos cruzados cubriendo sus ojos.
Ryan enarcó ambas cejas viéndome al mismo tiempo que apunta con su dedo hacia el cuerpo inmóvil en la cama. Bueno, no tan inmóvil ya que ambos tenemos la respiración agitada.
-Haré de cuenta que no vi nada- murmuró ahora más serio- Hay algo que debes ver.
Su cambio repentino me humor me dijo que no era algo fácil, ya que él suele tomarse todo a la ligera casi siempre. Me dice que no ahora, que será en otro momento pero que se lo recordara luego, me avisó que iríamos a almorzar a casa antes de darme una mirada de advertencia y salir.
Mis manos se posaron en su no tan marcado pero igualmente sexy abdomen, con mis piernas a cada lado de su cadera besé su barbilla y cuello. Sus manos se posaron en mi cabellera para guiar mis labios a los suyos.
-¿Eso es un sí?
-Eso es un por supuesto que sí.
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El Baile de mi Perdicion
RomanceUna noche... Un baile... Un enmascarado... Muchos misterios... Un amor... Una nueva historia...