El Baile de mi Perdicion

Capítulo 5

Una vez bañados y listos, nos encargamos de abrigar bien a las niñas, preparé un bolso con pañales, ropa, abrigos, chupetes y demás. Guardamos la cámara de Jack también. Las cubrimos con sus mantas y salimos de la habitación.

Una vez fuera nos encontramos un dos kia sporting blancos, Aiden le dijo a Efraín que él conduciría y este asintió. Sonreí al ver los portabebés en uno de los vehículos. Me dio cierto miedo dejarlas allí son chiquitas aún pasa esa sillitas.

-Aiden- él me miró al mismo tiempo que con una mano sostenía a Britth- Amor creo que ellas son muy chiquitas aún para... uhm... esto- apunté a las sillitas.

-¿Prefieres que las carguemos?- asentí apenada- Tranquila nena, si te sientes más cómoda así las cargaremos, por mí no hay problemas.

Gesticulé un "Te Quiero" y él me lanzó un beso antes de pedirles a sus hombres que quitaran los portabebés y a Efraín que condujera.

Al parar fuera de la casa de la madre de Aiden, no quise bajar, por lo que él me pidió que lo aguardara en el vehículo mientras él bajaba para adentrarse y salir muchos minutos después cargando en su espalda a Jacob y en sus brazos a una muy dormida Britthanny.

Se adentraron en la camioneta y posó sus labios en mi mejilla.

-Hola- saludó el pequeño dejando un beso en mi mejilla y otro en la cabecita de Betth por sobre su gorrito- Wow... ellas son iguales- las miraba a una y a la otra sucesivamente- ¿Puedo cargar a una?

-Ya te dije que sí, pero cuando lleguemos ahora ponte el cinturón- ordenó Aiden.

Aiden, el chico imponente es muy divertido.

Lo ayudamos a ponerse el cinturón y lo hicimos nosotros también para que Efraín pueda avanzar camino al cine.

Lo que no esperábamos fueron los vehículos de paparazzi que comenzaron a seguirnos. Creí que nos dejarían un día en paz, suspiré muy bajito para que Aiden no me oyera pero supe que había fallado cuando su mano se posó en mi nuca. Y sus dedos ejercieron cierta presión en ciertos puntos lo que me tranquilizó mucho.

Bajé mi vista a Betth quien dormía cómodamente en mis brazos.

-Campeón ¿Quieres que elijamos cinco películas que quieras y las vayamos a ver a casa con muchas palomitas y gaseosa?

-Sí porque si ellas lloran nos sacarán y me molestaré y te molestarás y mamá se molestará por molestarte conmigo por haberme molestado porque ellas me molestaron- reí ante su ingenio- pero me debes dos barras de chocolate y un frasco de Nutella, y del grande- aclaró.

-Si él tiene Nutella yo también quiero- me quejé con el ceño fruncido.

-Yo te convidaré del mío- ofreció Jacob con una sonrisa angelical.

-Por eso eres mi hombrecito favorito- besé su coronilla al tiempo que veía como Efraín estacionaba fuera de una tienda de venta y alquiler de DVD.

-No más de cinco DVDs- advirtió mi castaño- por cabeza- aclaró- eso nos da un total de ¿Efraín quieres ver alguna película?

-No señor, gracias.

-Eso nos deja un total de veinticinco DVDs, yo elegiré por ellas- informó apuntándolas.

-Eso es una exageración Aiden- me quejé horrorizada.

-Mi hermosa voz lo pagará todo nena, no te preocupes.

Nos abrieron las puertas demostrando que perdimos mucho tiempo hablando, el suficiente para que las cámaras ya estuviesen listas para nosotros al salir del vehículo.