Capítulo 3

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-No entiendo señorita a qué viene su reclamo, lo que debería importarle es que la reincorporaron y puede volver a sus clases.

-No es un reclamo, solo quiero sabe la razón por la que a cinco semanas de expulsarme deciden de la nada llamar a decirme que me reincorporaron.

-Ya se lo he dicho, reevaluamos su expediente y...

-Usted me dijo que a pesar de mis buenas calificaciones, mi pasión y mi destreza lo que hice es hecho de gravedad que según el reglamento tienen como consecuencia la expulsión ¿Mi hermano pago?- pregunté a lo que ella levantó la vista de los papeles que leía y frunció el ceño- Es eso, mi hermano pagó para que me reincorporen.

-Suficiente Riodocovich, si lo que le molesta es su reincorporación bien puedo expulsarla nuevamente, nadie pagó su reincorporación si tanto quiere saber son órdenes superiores, eso es todo lo que le diré- suspiré rendida, esta mujer no me a decir nada- ahora vuelva a sus clases.

Dicho eso salí de su oficina para ir al salón donde tengo clases de salsa.

Saludé a mis compañeras, a quienes les sorprendió verme y murmuraron algunas cosas a mis espaldas creyendo que no me daba cuenta. Les tengo noticia chicas, no me fui por ser sorda.

Al entrar la profesora el salón silenció y nos acomodamos cada quien en su posición, nos avisó que el grupo de jóvenes se retrasó por lo que debíamos estirar, el sonido de mi celular me hizo recordar que no activé el vibrador, voy hacia mi bolso y lo saco, es un mensaje del bailarín.

"¿Nos vemos esta noche?"

Tecleé rápidamente preguntando quien era y por qué creía que nos veríamos.

"Supongo que ya te reincorporaste así que no tienes escusas... suerte"

Suspiré justo cuando la puerta del salón se abría y por ella entraron los varones. Nos acomodamos en parejas y la profesora nos mostró algunos pasos antes de poner a reproducir música y dejarnos a nosotros intentar imitarlos, un mes de atraso y tienen un diccionario completo de nuevos pasos.

En cuanto salí de la academia fui al restaurante hablé con el dueño y me dijo que Ryan ya lo había hecho, ya le había explicado que tuvimos que viajar de emergencia porque un pariente se enfermó. Me cambié por mi uniforme de trabajo y me quedé conversando con Ariana, otra de las mozas, y en cuanto entraba gente me encargaba de atenderlas. Por ser día entre semana no hubo mucha gente lo cual me hizo la tarde fácil pero al mismo tiempo aburrido.

Al llegar a casa de Ryan me di una ducha para luego recostarme en la cama y cerrar los ojos hasta mañana, pero mis planes con Morfeo fueron interrumpidos por el sonido de mi celular, mi hermano me preguntó si ya estaba en casa y le dije que si justo cuando otra llamada entró, pero no cualquier llamada, la del bailarín atendí al instante pero solo se escuchó su respiración antes de que cortara, le dije a mi hermano que saldría un rato y volvería en dos o tres horas, me pidió explicación y lugar, en respuesta reafirme mi amor antes de finalizar la llamada.

Me cambié rápidamente con una pollera holgada, una musculosa, mis botas favoritas negras y me até un moño desordenado, salí corriendo al auto para dirigirme a la academia.

¿Loca? No, estoy demente.

¿Qué persona lo suficientemente cuerda se preocupa por bailar con un extraño? Aunque no lo veo tan así, es más, suena feo así. Es como bailar con un admirador, o al menos así me gusta creer, cabe destacar que baila tan bien que no sé quién es admirador de quien, creo que con decir que te dan ganas de bailar toda la noche es suficiente.

El Baile de mi PerdicionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora