Capítulo 3

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Desperté con mi espalda pegada al torso de Aiden, sus manos entrelazadas a las mías. Siento su respiración caliente en mi hombro y una de sus piernas está entre las mías. No sé si duerme o no. Su respiración es pacífica y pausada.

-Hace- su voz suena rara de tanto llorar, está muy distorsionada y eso es malo para su carrera, aclaró su garganta- hace tres años y tres semanas Scarleth, mi última novia, me dejó, ella estaba embarazada de cinco meses cuando se fue.

>>Ella era una persona muy tímida, introvertida, temerosa del mundo...- él quedó en silencio un instante antes de sorber su nariz y proseguir- ella solo dijo que la niña que esperaba no era mía... ella lloraba mucho y yo no entendía nada... le pedí una explicación y ella solo se fue, desapareció y no la volví a ver...

Él volvió a llorar y me giré hacia sí para limpiar las lágrimas, no es hasta que lo veo a los ojos que me percato de su mirada de culpa.

-Tengo miedo- susurró abrazándome y yo solo estoy más confundida- un día antes de eso mamá dijo que la vio junto a otro chico, ella fue a hacerse la ecografía con un amigo, ella me había pedido permiso a mí para hacerlo.

>>¿Cómo es que una puede persona tan tímida, que con solo romper un plato ya se sentía mal y hasta no enmendarlo la culpa la absorbía, cargar una bebé de cinco meses que no es mío viéndome todos los días? ¿Cómo puede verme y aparentar ser feliz? ¿Cómo ocultar tal culpa?

Entonces lo entendí todo, su culpa, sus lágrimas, su tristeza... todo.

-Ellas son nuestras amor- susurré- a ellas no les molestará lo que quieras hacer, mientras no les quites importancia...

-No digas eso- susurra- ustedes son y van a ser más importante que nada en este mundo, por eso voy a terminar estas giras y volveré para quedarme con ustedes, para acosarlas, molestarlas y hacerlas felices, porque vamos ¿Quién no es feliz teniendo un Aiden Rockford?- sonreímos ante su arrogancia.

-Espero que ellas no salgan así de arrogantes y salgan más...

-¿Burlonas? ¿Locas? ¿Desesperadas por Aiden? ¿Contestadoras? ¿Acosadoras? ¿Pervertidas?

-¡Oye! Yo no soy nada de eso- él enarcó una ceja a lo que fruncí el ceño hasta que ambos reímos.

Aproveché el momento para secar sus lágrimas y en cuanto me dio la oportunidad, posé mis labios sobre los suyos. Él suspiró contra mi boca y me correspondió.

-Las extraño- murmuré en cuanto nos separamos- ¿Cuándo podré verlas?

Él acarició mi mejilla y cerré mis ojos disfrutando de sus caricias.

Desperté y lo primero que hice fue sonreír al ver dónde y con quien estaba.

El brazo derecho de Aiden está siendo mi almohada, entre su cuerpo y el mío está quien creo es Britthanny, se supone que por ser su madre debería reconocerlas, pero no puedo a simple vista, por lo que mi suposición se basa en su ropita rosa. Luego está Aiden, sin remera y con una Betthannia dormida acurrucada contra él y siendo sostenida por su mano izquierda de su padre.

La puerta se abre dejando ver a una Ruth y un Jack, ambos con mamaderas en sus manos, fruncí el ceño viéndolos. Me hicieron señas de que las alimentara aunque estén dormidas.

Aclaración: entender sus señas tomó mínimo quince minutos entender.

Asentí comprendiendo. Mi amiga se adentró en la habitación para dirigirse al armario, de allí sacó dos pañales y toallitas húmedas, me las tendió y las agarré gesticulando un agradecimiento.

Ellos salieron cerrando la puerta y me levanté intentando no despertar a nadie pero no lo logré. En cuanto me alejé por completo del calor del cuerpo de Aiden, él abrió los ojos. Se giró hacia mí y con cuidado de no despertar a ninguna de las hermosuras me estiré hasta dejar un beso en su mejilla.

El Baile de mi PerdicionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora