Capítulo 8

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La puerta estaba siendo golpeada a si que me decido a ir hacia ella. Al abrirla me encontré con un Ryan con una gran sonrisa, pero ya lo conocía lo suficiente como para afirmar que él solo finge.

Es una de esas personas que con tal de no explicar, prefiere ser portadora de sonrisas y alegrías imaginarias, mientras por dentro solo se está cayendo a pedazos.

Le abrí la puerta y él se adentró a la casa, tenemos una política de "no abrazos hasta el final", ya que cada vez que lo abrazan él se derrumba por completo, las sonrisas desaparecen. Si lo abrazas, como es debido, el se quiebra por completo, todas las barreras imaginarias caen a pedazos y dejan a un hombre totalmente devastado.

Jack estaba viendo la TV, pero se voltea hacia nosotros y su sonrisa se borra.

-Si hace sentir incómoda a Sahara te saco de una patada en el culo.

Rodé los ojos y fuimos a la habitación donde mi castaña dormía al igual que mis pequeñas. Él es una de esas personas a la cual no me molesta que vea mis imperfecciones. Sé que él no saldrá a gritarlo a los cuatro vientos.

Nos acercamos a las cunas y él no perdió el tiempo para cargar a Betth ¿Cómo lo sé? Fácil, estoy en proceso a ser el mejor padre.

<Lo leíste en su cuna mentiroso>

Shhh... eso no tiene que saberlo nadie más.

Él la colocó en vertical sobre su torso con una mano en su traserito y otra en su espaldita.

<Ya quedó en claro que son bebés y chiquitas, deja el diminutivo>

Es algo que no puedo evitarlo, eso y la idea de cantarles para que duerman.

-¿Cómo está ella?- pregunta en un susurro ronco que demuestra que está por quebrarse, una vez más.

-Ella está bien, algo asustada con la idea de que me vaya... no sabe como calmará a las niñas cuando lloren- suspiré- a decir verdad, yo también lo estoy... no quiero dejarla, pero no puedo solo mandar a Jayden a trece conciertos de seguido y menos si él es telonero en dos de ellos.

>>Estoy en una guerra interna sobre si debería irme y decepcionarlas a ellas o faltar y defraudar a mis fans.

-No nos decepcionarás- habló Hara, sentada en la cama, fregándose los ojos- es más, si tu eres feliz nosotras lo seremos... ellas esta...-sus palabras son interrumpidas por un sonoro bostezo, me acerco a ella- estarán bien- termina con un suspiro- mhm... ¿Qué haces aquí?- pregunta de forma brusca a Ryan quien solo se encoge de hombros y besa la cabellera de mi pequeña.

-No te alteres- le susurro a lo que ella se gira a verme con el ceño fruncido- Y no te enojes conmigo, si no lo quieres como hermano bien, yo haría lo que fuera por tener un hermano mayor para así no sentirme responsable todo el tiempo, si tu no lo quieres- me encojo de hombros- bien, pero...

Y mi discurso es interrumpido por una de mis canciones. Frunzo mi ceño hasta darme cuenta de que se trata del móvil de Ryan, quien me da una mirada suplicante y no hace falta que diga nada para besar brevemente los labios de mi bailarina y levantarme, yendo hacia él. Sin pedirle permiso vi el identificador y lo entendí todo.

-Buenas tardes Señor Riodocovich, nos comunicamos con usted con el fin de informarle que la señorita Ginger Collins será trasladada a Nueva york el día de mañana, como usted ya firmó el contrato deberá empezar a abonar en su llegada a dicha ciudad, su historial clínico estará con ella.

-Muchas gracias pero ¿podría hacerle una consulta?

-Sí señor, su médico de cabecera está aquí por lo que lo que quiera saber se le responderá.

El Baile de mi PerdicionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora