Capítulo 9

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Sahara PDV

Desperté al oír el llanto lejano de Betth, lo primero que hice fue ver a sus cunas, al verlas vacías mi corazón dejó de latir. Pero solo fue un instante hasta que noté la ausencia de Aiden a mi lado.

Maldije por lo bajo y fui al baño a vaciar mi vejiga, lavarme los dientes, la cara, peinarme y desprender lo suficiente la camisa que llevo puesta para alimentar a mi pequeña. Me dirigí al living donde encontré a Aiden sentado en el sofá meciendo el coche mientras la televisión pasaba uno de sus videos.

Los ojos de mi lindo bebé se cerraban por fuerza propia. Me abrí paso entre sus piernas y me senté en el sofá. Cargué a Betthannia quien se calló al instante en que obtuvo su alimento. Aiden besó mi hombro, rodeó con sus brazos mi cintura ayudándome a cargar a Betth y dejó caer su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados.

Con mi pie me dispuse a seguir meciendo el cochecito donde mi otra bebé dormía. Cambié de canal con el mando a distancia y coloqué uno de música, donde hablaban de las trece fechas pospuestas por la estrella pop-rock del momento. ¿Pop-rock? ¿Enserio? Sí, tiene unos temas que parecen más rock que pop, pero vamos...

Mi linda estrella de pop.

Sonrío al ver una foto que no había visto. Es una Selfie de mis tres amores, ellas están en sus coches y él delante de ellas, quienes por cierto tienen sus ojitos abiertos. Sonrío sin poder evitarlos, son tan perfectas que siquiera me molesta el hecho de que él quiera presumirlas al mundo.

Acaricié su mano derecha, caída a mi costado. Al parecer se durmió. Me levanto con cuidado para ir a la cocina donde hay café listo, pero mi padrino me dijo que no debía tomarlo por lo que pongo a calentar agua y me sirvo un vaso de jugo de pomelo de la heladera. Lo bebo de un solo sorbo y al tragarlo todo hago una mueca de asco. Lo odio. Odio el pomelo y todo lo que tenga que ver con esa fruta.

Otra cosa que me dijeron fue que debía alimentarme bien, de lo contrario la producción de lactancia se vería dificultada y no es lo mismo la leche materna que la de biberón, por lo que debo cuidarme hasta que ellas puedan dejar el pecho por si solas.

Me preparé un té de manzanilla con leche. No es que sea mi favorito, solo son concejos de Ruth.

Mi amiga me tiene muy abandonada desde que se mudó con Kyle. Aunque de igual forma si viene no podríamos hacer mucho ya que mis hermosas pequeñas duermen en un horario demasiado entrecortado.

Acaricié la mejilla de mi hermosa Betth. Britthanny me tiene cada vez más paranoica. No quiero esperar a su primer control, pero tampoco quiero preocupar a Aiden por nada.

(***)

Termino de vestir a Britth y Aiden está terminando con Betth. Suspiro sentándome en la cama llamo a mi pequeña y sus ojos se posan en mi, o en alguna parte de mi rostro mejor dicho, chasqueo mis dedos de la mano izquierda, manteniéndola en mi regazo, con la mano derecha teniendo su cabecita y sus ojos viajan a la dirección de sonido. Me agacho a besar su cuellito a la espera de una sonrisa pero ella solo se queda quieta.

-Ella se está resistiendo a tus encantos- murmura divertido Aiden, le sonrío levantándome a recibir sus labios con los míos- ¿Cómo puede ella resistir tus labios?- sonreímos al mismo tiempo- ¿Vamos?

-Voy enseguida voy a llamar a mi padrino, fíjate si ya guardaron sus coches- él asintió besando mi frente y la de Britth antes de perderse en dirección al living, cogí mi móvil y marqué el número que buscaba.

-Buenos Días, consultorio Nuevo Despertar ¿En qué puedo ayudarlo?

-Buen día, soy Sahara Riodocovich, quería pedir turno para el doctor Richard y otro para la pediatra del consultorio, no recuerdo su apellido, para dentro de una hora ¿Podría ser?

El Baile de mi PerdicionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora