-¿Qué planeas Jack?
-Solo aguarda muñeca, no seas impaciente.
Suspiré sujetándome con fuerza de su mano al tropezar. Mis ojos vendados en este momento son una gran desventaja. Continuamos caminando, debo admitir que las botas fueron una gran elección en esta ocasión. Volví a tropezar pero esta vez varias manos me sujetaron.
Debo admitir que sentí cierta decepción ante el hecho de que ninguno de todos esos tactos me produjo un cosquilleo, estremecimiento o algo parecido.
Lo extraño, lo admito. Los primeros días lejos hablábamos por mensaje, pero de un día a otro desapareció. Lo busqué en internet e incluso vi parte del concierto en vivo que hizo en el Caribe, pero se veía feliz y debo admitir, aunque suene egoísta, que me molestó que fuera feliz lejos de mí mientras yo lo extrañaba tanto, y pensar en él solo me hacía daño a mí misma. La culpa me carcomía porque de cierta forma hubiese sido bonito intentar y fallar que nunca haber intentado.
Me quitaron la venda pero mis ojos permanecieron cerrados, no quería abrirlos, no quería encontrarme con docenas de pares de ojos viéndome, esperando que sonría y les agradezca su presencia, porque no quiero a ninguno de ellos.
-Abre los ojos Sahara, Aiden está al teléfono- habló Ryan.
Abrí los ojos lentamente viendo a mis mejores amigos a mi alrededor y a mi hermano tendiéndome mi móvil donde en la pantalla figuraba "El Mejor Bailarín". A sus espaldas distinguí a mis compañeros de universidad, trabajo y academia esperando de pie a que me acercara. Tragué el nudo que se me formó en la garganta y besé la mejilla de mi hermano antes de encaminarme hacia la multitud con una sonrisa para saludarlos, no puedo echarlo a perder, no después de todo esto.
Hay mesas con manteles blancos, luces colgantes, sobre la arena emparejada se expande una especie de alfombra supongo que para el baile, y a un lado el Dj me guiña un ojo.
La gente se acerca a saludarme y por cortesía les devuelvo el saludo. Un niño que muy bien reconocí me veía desde una de las mesas, capturando el momento con una cámara, les pedí un minuto y me acerqué sonriéndole con nostalgia.
-Mi hermano no pudo venir a sí que te tocará bailar conmigo- dijo sin dejar de grabarme, besé su mejilla rodeando su cuerpecito y él correspondió mi abrazo- ¿Quieres bailar conmigo?
-Primero comeremos cariño- habló una mujer acercándose con un plato de donde hay queso picado con aceituna y demás cosas- Felicidades cariño- murmuró la mujer, dejó el plato en la mesa y la rodeó para abrazarme- Lamento la descortesía, soy Helena, madre de ambos ganadores- dijo presumiendo- Lamento lo de Aiden, él...
-Tranquila- la interrumpí- Eso ya no importa- le di una sonrisa que ella devolvió- Espero y la pasen bien- volví mi vista al niño sentado con comida en su boca- Y tu y yo tenemos un baile pendiente.
(***)
Mis pies están hundidos en la orilla, el agua está tibia y bonita. La luna y las estrellas reflejadas en el manto transparente solo lo hacen más hermoso.
-¿Alguna razón por la cual no se nada de mi hermana desde hace tres días?- me encogí de hombros viendo la luna- Parece que cuando se fue se llevó consigo tu sonrisa.
Me giré a verlo sonriendo- Estaré bien- aseguré- solo dame tiempo... no sé, es todo muy confuso... por un lado lo extraño- me quité el vestido- extraño sentir las reacciones que producía su toque pero por el otro no quiero que vuelva, no quiero verlo otra vez y que se vuelva a ir... no quiero sentirme así- murmuré quitándome mi reloj para dejarlo sobre el vestido.
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El Baile de mi Perdicion
RomantizmUna noche... Un baile... Un enmascarado... Muchos misterios... Un amor... Una nueva historia...