oh.diana
Múnich, Alemania
Otro día más...(...)
Esto de ir por las mañanas a la universidad y luego hacer el turno de tarde en el restaurante me está matando, pero debo hacerlo, no puedo permitir que mis padres lo paguen todo.
Como un día cualquiera, el restaurante estaba a reventar, era uno de los mejores de Múnich y aquí se juntaba toda la élite que vivía en la ciudad.
Aunque el trabajo es duro la gente es muy agradable y mis compañeros son geniales, hay muy buen ambiente y así se trabaja mucho mejor.
-¡Diana! ¿Para cuándo la tortilla?-Me dijo Sara desde la ventanita de la barra.
-Espérate que el chef está aquí maquinando, cuando quiera me deja llevármela-Lo miré mal.
-Querida esto hay que ponerlo así si no, no se lo comen-Sonrió.
Era una noche como otra cualquiera, la gente venía con hambre y demandaba platos a más no poder. Nosotros servíamos las mesas lo más rápido que podíamos. Botellas de vino, botellas de agua...platos, postres, cafés, y copas...así sucesivamente.
En uno de esos momentos fui a llevarles el café a dos chicas. Me sonaba mucho sus caras. Les dejé lo que habían pedido y me marché oyendo detrás de mí.
-Bendito el día en el que me pidió matrimonio, ahora todo lo suyo es mío.
Se rieron.
Por dios, matrimonio, qué horror.
Después de una larga noche de servir y servir me dirigí a casa acompañada de Clara, mi compañera de piso, aunque después de cuatro años juntas y lo que nos espera en las prácticas ya puedo decir que es una de mis mejores amigas, hemos compartido muchísimos momentos juntas.
Al día siguiente como cada día tocaba ir a la universidad, hoy era miércoles, por lo tanto tenía las materias más complicadas. Iba a ser un día duro.
Estudio medicina en la Universidad de Múnich, y estoy en el último curso, a punto de empezar las prácticas. Estoy ansiosa por empezar.
La mañana transcurrió normal entre clase y clase.
La última clase de hoy sería Anatomía Humana, e iba a ser de esas veces en las que íbamos a ver ciertas partes de un cadáver, me ponía algo nerviosa.
Mientras mis compañeros estaban trabajando en equipo diseccionando y analizando lo que teníamos delante, yo me dormía en el hombro de Carl.
-Eh, eh, Diana, que el profesor nos va a regañar, despierta-Me dio palmaditas en la cara.