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Sonó el timbre.

Me moví con cuidado del lado de Ariadna y bajé para abrir, ya era la hora de estar con Diana jr, así que seguramente sería Diana la que estaría en la puerta.

Bajé y abrí la puerta. Vi sus ojos verdes mirando a mi pequeña. Sonreí al instante.

-Hola Dianas-Sonreí.

-Aquí la tienes-Dijo sin mirarme.

-¡¡¡Papi!!!

La niña abrió los brazos y me abrazó, yo besé su mejilla y acaricié su pelo. Luego miré a Diana, tenía cara de cansancio.

-¿Todo bien Di?

-Sí. Avísame si pasa algo, estoy de noche toda la semana.

Ariadna bajó a toda prisa y saludó a Diana jr afectuosamente. Después saludó a Diana con una sonrisa y un abrazo.

-Yo os dejo, que vaya bien.

Se marchó sin decir nada más. Se metió en el coche y la vi desaparecer por la calle rápidamente.

Me extrañó mucho su expresión.

Me pregunto qué le pasará.

Pasamos dentro y estuvimos merendando con mi pequeña mientras hablábamos, rato después Ariadna se fue a trabajar y yo me quedé con Diana jr.

Nos sentamos en el suelo y nos pusimos a jugar a la plastilina mientras nos reíamos.

-Papi.

-Dime, mi vida.

-Mami está triste.

La miré con atención.

-¿Y eso? ¿Por qué?

-Llora todas las noches mientras se toma esas chuches amarillas, y apenas duerme, a veces la oigo yendo de un lado para otro.

Me quedé helado.

-Yo intento animarla pero no puedo-Hizo un puchero.

Miré al suelo serio.

Seguimos jugando mientras yo pensaba todo el rato en lo mismo: El estado de Diana. Después acosté a la niña a dormir la siesta y yo me puse a arreglar asuntos con mi representante y demás. Al cabo de un rato llegó Ariadna, yo estaba en el gimnasio y me sorprendió besándome por la espalda.

-Hola, cariño.

La miré.

-Hola, preciosa.

Se puso de puntillas y me besó el hombro mientras sentí como deslizaba su mano por dentro de mi calzón.

-Quiero de esto...-Sonrió de forma maliciosa.

Me besó y yo me concentré en el beso. Pero de repente una imagen de Diana vino a mi mente haciendo que parase en seco.

-No...no, no puedo...

-¿Cómo que no? ¿Qué pasa amor?

-La...niña, está aquí.

-Está durmiendo.

-Ya pero...no...no puedo.

Me miró torciendo la boca y me besó. Sin decir nada se marchó de la habitación. Supuse que se había enfadado.

Seguí haciendo lo mío hasta que fui a despertar a mi pequeña. La levanté, la bañé y luego la vestí para irnos por ahí a dar una vuelta. Ariadna no se encontraba en casa así que eso confirmaba que estaba enfadada.

Acquainted - Manuel Neuer {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora