Estos días he tenido que concentrarme mucho para lo poco de temporada que queda. La liga estaba a punto de acabar, dentro de poco era nuestro partido con el Atlético de Madrid y la final de la Pokal estaba muy cerca.
He salido muy poco estos días y también he visto muy poco a Diana. Los dos andamos muy ocupados y para lo único que nos vemos es para disfrutar de nuestros cuerpos.
He pensando en invitar a Diana a Madrid para que venga a verme al partido. Seguro que ganamos. Además quiero hacerle un regalo, Madrid es preciosa y una escapada no le vendría mal.
La última jornada de Liga la ganamos y hubo fiesta descontrolada. Quise que Diana viniera pero no pudo porque tenía examen de Anatomía al día siguiente. Me dediqué a beber y a bailar.
El papeleo del divorcio iba avanzando y Nina empezaba a ser más simpática. Así que dejamos los rencores a un lado y nos tratábamos con coordialidad. Vino a la celebración de la liga acompañada por la novia de Götze.
Entre ella y yo pasó algo esa noche. Yo estaba muy borracho y ella también.
Nos acostamos.
Me dan ganas de vomitar cada vez que lo pienso, y me pongo muy nervioso si pienso en qué podría pasar si Diana se entera. Sé que no somos nada pero yo la he criticado mucho y no creo que sea muy coherente haber hecho eso.
Por la tarde después del entreno diario me dirigí a la Facultad de Medicina a ver a Diana. Me había dicho que estaba en la biblioteca así que le iba a dar la sorpresa. Entré al edificio y estaba en absoluto silencio. Le pregunté a la recepcionista y entré a la biblioteca. Era un sitio majestuoso, daban ganas de estudiar y todo. Entré a la sala de estudio y pude ver que solo estaba ella. Tenía los auriculares puestos, las gafas, y escribía concentrada. Me acerqué, no se dio cuenta de mi presencia. Me puse detrás y me incliné para besar su hombro que estaba descubierto. Se giró asustada.
-Dios, qué susto...-Sonrió.
-Qué aplicada mi niña...-La besé.
Sus labios me tienen loco.
Se rio y empezó a guardar sus cosas.
-¿Ya has acabado?
-Estaba adelantando, puedo hacerlo mañana en las horas libres.
Nos sonreímos.
Estaba sentado en el sillón mientras masajeaba mi miembro. Ella se desnudaba delante de mi después de jugar a uno de esos juegos enfermizos.
Estamos muy enfermos.
Me encanta.
-¿Dónde me siento?-Puso cara de falsa inocencia.
-Aquí, cariño-Miré mi miembro y luego la miré con una sonrisa perversa.
Se mordió el labio y se puso a horcajadas encima de mí. Luego se deslizó lentamente sobre mi miembro.
-¿Así?-Me miró de forma inocente.
-Mmmm...sí, buena chica-Sonreí echando la cabeza hacia atrás.
Ella empezó a besar mi cuello despacio, y luego me hizo un chupetón. Deslicé una de mis manos por su trasero y le di un fuerte palmetazo. Ella gimió.
Puf.
-Eso no se hace, ¿Ahora yo que hago con esta marca?
Se empezó a mover como mejor sabía. Me miraba mordiéndose el labio. Yo gemía.
-Lo siento osito...
Mientras se movía le quité la falda que llevaba y la eché para atrás para saborear su torso. Ella gimió. Yo le hice varios chupetones por el torso. La cogí y la eché en el suelo para dominarla por completo. La agarré de las muñecas y me empecé a mover.