Miré el predictor horrorizada como unas 4 veces.
Dos rayas.
Positivo.
-No, no, no...no puede ser, no...
Iba de un lado a otro intentando controlar mis emociones mientras veía como Manu me exigía que le contestase por whatsapp.
Me di cuenta de que tenía un retraso de varias semanas.
Embarazada.
Yo. Embarazada.
Me fuí corriendo al hospital y me hice un análisis de urgencia mientras le decía a mi médico que aceptaba la propuesta del hospital de Berlín. A Manu le dije que en Colonia para despistarle.
No se puede enterar de esto...
Me dieron los resultados y entré dentro con el médico para que me leyese los resultados. Aunque yo hacía oídos sordos esperando a que dijese eso que no quería que dijese, aún así ocurrió.
-Está...usted embarazada señorita Hoffmann.
Me quedé callada y me eché las manos a la cara intentando no llorar.
-No es una buena noticia, ¿Verdad?
-No...para nada. Gracias.
Salí de allí y llamé a Clara atacada para contarle lo que me pasaba. Vino corriendo y me llevó de cabeza a ginecología. Yo estaba casi a punto de romper a llorar desconsoladamente.
-¿Cuándo tuvo su última relación sexual?
-Hace unas 3 semanas o así...
Me pasaron a la camilla y me pasaron el aparato para ver la ecografía. Yo no veía absolutamente nada.
-¿Lo ve? Aquí está. Tiene 4 semanas de embarazo más o menos.
Mire sin expresión la pantalla y giré la cara poniendome a llorar, Clara me consoló. Después del médico fuimos a casa y salió el tema del tenerlo o no. Yo sinceramente no quería.
-Tienes aún tiempo para pensarlo, tranquila Diana. Yo voy a estar aquí y tus padres también. También...deberías decírselo al papá.
-No. No tengo por qué cargarlo con eso. Si...lo tengo lo cuido yo sola y ya está.
Después de esa desoladora noticia me pasaba las noches llorando. Mis padres lo supieron y me dieron todo el apoyo del mundo, al igual que mis amigos.
-He estudiado tanto y me he esforzado tanto para que ahora me pase esto...-Lloré.
-Diana, un niño es una bendición-Me dijo mi tía.
-Para ti lo será porque para mi no lo es, yo tenía sueños, aspiraciones y ahora tengo que cuidar de un bebé.
-¿Y el padre? ¿Sabes quién es? ¿Se lo has dicho?
-Sí sé quien es, sí. No se lo voy a decir.
-Estoy segura de que cuidaría del bebé-Dijo Clara.
Ya estaba instalada en Berlín. Clara había venido conmigo y mi tía vivía allí así que de vez en cuando pasaba a visitarla. El trabajo iba bien pero cada vez notaba más mi estado.
Mareos, devolver, comer, llorar...
Manu intentaba buscarme de todas las formas posible pero yo ignoraba todas sus llamadas y mensajes.
No puede saber qué ha pasado.
