Después de esa fuerte discusión llegué a casa conmocionado. Antes de volver me había pasado por casa de Diana a tranquilizarla y a ver a mi niña.
Entré, dejé las llaves y oí un ruido extraño. Miré al frente rápidamente, encendí las luces y me adentré por el pasillo rápidamente mirando a todos lados.
De repente sentí como ponían la boca de una pistola en mi cabeza. Me quedé quieto.
-Gírate, imbécil-Dijo Ariadna con rabia.
Me giré despacio y la miré.
-¿Te creías que esto se había acabado no?
-Suelta eso Ariadna.
-Me pusiste los cuernos con esa puta. Te acostaste con ella.
Me quedé callado.
-¡¡HABLA DE UNA PUTA VEZ!!-Dijo apuntándome a la frente.
-Sí, lo hice.
Me cogió del brazo y de mala manera, pero torpemente debido a mi altura, me llevó al salón, allí me sentó en el sofá, y cogió el teléfono para hacer una llamada.
-Vamos a negociar, Manolito.
-¿Cuánto quieres?-Dije secamente sabiendo lo que quería de mi.
-Mmmm...-Se rio.
Cogió el móvil y llamó.
-Sí, ya lo tengo, ¿Están contigo?
La miré alarmado, al momento se me vino a la mente Diana y Diana jr.
-Saluda, papi-Sonrió triunfante.
-¿Sí...?
-Manu-Oí los sollozos de Diana-Por favor, haz lo que te dicen, por favor...
Se oía el llanto de la niña al fondo. Yo me removí desesperado.
-¡Haz que se calle de una vez!-Chilló Ariadna.
Oí un golpe y después un llanto más fuerte, a su vez oí el llanto de Diana y sus súplicas para que no le hiciesen más daño.
-¡NO! ¡BASTA! ¡NO LAS TOQUÉIS MÁS! Haré lo que sea, haré lo que quieras...-Lloré.
-Tu vida, o las de ellas, pero si no eres para mi, no eres para nadie-Sonrió.
-¡No! ¡Por favor no le hagas nada Ariadna, te lo ruego!-Dijo Diana gritando desesperada.
-Adelante, hazlo-Dije mirando al suelo-Mátame a mi, pero a ellas no les hagas nada.
Oí el llanto de Diana.
-Muy bien, vamos a jugar, ¡Entrad!
Colgó y tiró el teléfono al suelo haciendo que se rompiese contra el suelo de parquet.
De repente entraron varios hombres, exactamente 3, parecían del este, dos empezaron a saquear mi casa mientras Ariadna y el restante me llevaban arriba a rastras. Allí me tiraron al suelo.
Me quedé a solas con el hombre, sonrió malicioso y sacó el teléfono, dijo algo en un idioma parecido al ruso y yo me quedé atento mirándolo.
-Hola Manu, ¿Crees que tu hija disfrutará o llorará mucho? Yo la verdad es que sí disfrutaré...
Me levanté de un golpe.
-¡NI SE TE OCURRA TOCARLA! ¡ES QUE TE MATO! ¡¿ME OYES?! ¡TE MATO! ¡NO LA TOQUES!
El hombre me cogió y me tiró al suelo riéndose, yo saqué una fuerza bruta y me levanté del suelo para forcejear con él. Le propicié un fuerte puñetazo, pero él me lo devolvió a modo de disparo.
Sentí al instante un fuerte dolor en el lado derecho de mi pecho. La vista se me nubló y caí de rodillas al suelo. Este me cogió del pelo, y me dio un puñetazo.
-Los ositos deben dormir-Dijo el hombre sonriendo.
"¡Manu! Vas a ser el mejor portero del mundo, pero para serlo debes solar ese osito y estar muy concentrado para el partido de hoy, ¿Vale?"
"Bienvenido a Múnich Manu, aquí vas a ser muy grande"
"¡Alemania campeona del mundo!"
"¿Así que doctora no?"
"Pequeña Diana..."
"Manu, me duele, me duele mucho...-Dijo Diana retorciéndose en la camilla, yo besé su frente e intenté tranquilizarla"
"Diana Neuer, nacida el 1 de Abril de 2017, en Múnich, Alemania"
Entreabrí los ojos y pude ver de forma borrosa como los médicos gritaban y me llevaban en la camilla al quirófano, sentí mucho dolor y una debilidad extrema.
-¡Más voltaje!
-¡Lo perdemos lo perdemos!
Entramos al quirófano y allí vi como los médicos rápidamente se preparaban para intervenirme, de repente vi como una doctora se acercó y al esclarecerse mi visión pude ver sus ojos verdes llenos de lágrimas.
-Manu...Dios...-Lloró mandándose las manos a la cara.
-Diana, si quieres lo hago yo.
Negó con la cabeza. Yo débilmente cogí su mano y la miré, ella lloró desolada.
-Vale, tenemos un paciente con 3 heridas de bala y contusiones varias por todo el cuerpo. Una bala en la cavidad derecha de la caja torácica, otra en el estómago, y por último una en la pierna. Además de una muñeca rota, el pómulo izquierdo roto, y númerosos derrames internos. Tememos que la bala esté en...
No terminé de oír lo que decía porque se me nubló la vista y lo vi todo negro.