-¿Sí?
-¿Es usted Manuel Neuer?
-Sí, ¿Quién es?
-Llamo del Hospital Universitario de Múnich, ¿Conoce a Diana Hoffmann?
Me levanté del asiento.
-Sí, es...mi ex mujer ¿Qué ha pasado?
-Verá...
Violación. Él culpable había huido.
No había duda de que era Carl.
Con la rabia recorriendo mi sangre aparecí por allí transformado.
-¡¿DÓNDE ESTÁ?! ¡¿DÓNDE ESTA ESE HIJO DE PUTA?! ¡¡LO VOY A MATAR!!
Ni 8 enfermeros pudieron conmigo. Sólo mis voces se oían por el hospital. Erik intentaba tranquilizarme mientras yo lloraba como un loco.
-¿Dónde está?
Se quedó callado. Yo le cogí de las solapas de la bata y lo zarandeé con fuerza.
-DÍMELO.
-En...cuidados intensivos.
Me levanté y con no se cuántos enfermeros intenté dirigirme a la UCI. No me dejaron, como era obvio, llorando intentaba decirles a los enfermos que me explicasen qué había pasado.
La forzó, dejando lesiones leves y la nariz rota. Al oír ese diagnóstico movía mi pierna con nerviosismo intentando calmarme. Eché mis manos a la cara llorando y pensando en lo mucho que la quería.
Después de numerosas súplicas me dejaron pasar. Yo pasé y la vi ahí entubada y sedada.
-Diana...-Sollozé.
Agarré su mano y lloré apoyando la frente en ella.
-Te juro por nuestra hija que lo voy a matar. No se va a salir con la suya-Lloré.
Toqué su cara con cuidado, luego besé su frente.
-Lo siento, por todo. He sido un completo imbécil. Te amo, sé que no volverás conmigo pero te cuidaré con mi vida si hace falta, a vosotras dos, a mis Dianas, debes ponerte bien, mi reina. Estaré aquí para lo que sea.
Me la quedé mirando en silencio mientras pensaba en todo lo que viví con ella, y en el arrepentimiento que sentía por no haber sido mejor con ella.