—La presentación se efectuará cuando esté la documentación completa —dice el representante de Empresas MaCalister.
—Es perfecto. El señor MaCalister llegará dentro de dos semanas —dice su abogado—. Calculo que, para ese entonces, le podremos enviar por fax el documento con las firmas. —Asiento satisfecho.
Me pongo de pie ansioso, deseo regresar a casa, estar cuatro días sin mi esposa y mis hijos me están costando muchísimo.
Los extraño como un jodido loco.
—Ha sido un placer hacer negocios con ustedes. —El hombre de tez clara y ojos oscuros sonríe.
—El placer es nuestro, Empresas Grey nos ha abierto una nueva ventana de ingresos, sabe que las sociedades muchas veces son difíciles. —Ahora soy yo quien sonríe.
—Eso depende de la buena capacidad para negociar. —Parece pensativo y frunce sus labios.
—Eso es cierto. Ha habido otras ofertas y el señor MaCalister la ha rechazo por cumplir el acuerdo con su empresa. —Toma sus documentos y lo imito. —Nos veremos nuevamente, pero esta vez en Seattle. —Asiento antes de entrar al ascensor.
—Lo estaré esperando. —Le estrecho la mano que me tiende y salgo junto a Taylor, a quien parece que el calor empieza a afectarle.
Estamos en los meses calurosos de la ciudad de New York.
—El Jet está listo, no soporto un día más en este lugar. —Sonrío al verlo frustrado. No es una novedad de Taylor exasperarse. —Para colmo Álex está mal del estómago. Gail fue con él al médico. —Palmeo su hombro.
—Estará bien, ya lo veraz. —El camino al aeropuerto es rápido, pero una opresión en el pecho me tiene inquieto.
Al llegar al aeropuerto le marco a mi esposa, pero no contesta. Una, dos, tres y aun no contesta. Me siento fuera de control. Anastasia sabe perfectamente lo que implica no tomar mis llamadas.
Mantener la comunicación calma mi jodida vena controladora. Entro al avión haciendo mi último y veinteavo intento antes de despegar.
Nuevamente el puto teléfono me envía a buzón...
—¿Qué pasa? — pregunta Taylor al tomar asiento en su lugar.
—El teléfono de Anastasia está apagado. —Le envío un correo informándole de mi regreso y una pequeña reprimenda por tener el teléfono apagado.
Nuevamente esa sensación de tristeza se da paso en mí. Una sensación de mal presagio que amenaza con ahogarme.
—Vamos a despegar. Estaremos dentro de poco en Seattle. —Apago mi teléfono y abrocho mi cinturón de seguridad.
Todo el vuelo he estado ansioso, desesperado, preocupado hasta la mierda. No es común en mi esposa tener su teléfono apagado y más por mis hijos.
Al llegar bajo apresuradamente y enciendo mi teléfono. Le marco nuevamente pero no hay nada.
—Christian. —Giro rápidamente al escuchar la voz ahogada de Taylor.
Su rostro está como nunca lo he podido ver, pálido, asustado. El teléfono se cae de sus manos partiéndose en tres partes que le resto importancia.
Mi corazón late de manera errática, cada vello de mi piel se encuentra en un ángulo recto perfecto, la respiración se ha atascado en mis pulmones impidiendo que mi cuerpo se movilice.
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La Sombra de mi Ángel #1 (Saga Sombras, Grey)
FanfictionUn amor que ha perdurado intacto por los años. La muerte de la mujer que ama lo ha llevado a un continuo sufrimiento de donde no ha podido escapar. Entre tanto dolor y el regreso de sus sombras, se encuentran dos seres que aun en medio de la tristez...