La Sombra de mi Ángel #1 (Saga Sombras, Grey)

Capítulo 55 || No puede ser.

—¿Qué ha pasado? —Giro abruptamente para ver a Mía y papá junto a Ted y Damián.

—¿Qué haces aquí? No puedes tener tus pies en movimientos bruscos —le pregunto preocupado a Ted.  

Busco a su espalda a Damon y Phoebe pero no los veo. 

—Mamá le dio un calmante a tu hija. Al salir quedó dormida y Damon insistió en quedarse a cuidarla. —Asiento comprendiendo el motivo. 

Aún no asimila lo sucedido. Seguramente conserva esa sensación de pánico por perderla de vista. Es la misma sensación que mantiene mi cuerpo inquieto. Estoy en esta jodida sala de espera bajo presión controlando el impulso de entrar y buscar a mi esposa en donde esté.

—¿Cómo está mamá? —pregunta mi hijo preocupado. 

Camino hacia una de las bancas donde tomo asiento. El peso de todo el momento y las emociones aún están en mí. Intento comprender que el ciclo junto a ese maniático ha terminado, pero mi cuerpo no lo asimila. Me mantiene ansioso y con la sensación de no saber si realmente todo termino.

—Lleva media hora ahí dentro. Shang me aseguró mantenerme al tanto, pero no ha salido. —Ted se sienta junto a mí. 

—¿Qué sucedió con ese hombre? —Suspiro profundamente. 

El recuerdo de lo sucedido llega erizando cada vello de mi piel. 

—Está muerto. —Cierro los ojos saboreando ese hecho. Al abrirlos comprendo que es la realidad. No es un maldito sueño del que temía despertar. —Johan le disparó. Por un momento creí que la volvería a perder, pero esta vez definitivamente. —La mano de mi hijo se posa en mi hombro. 

—Definitivamente ese idiota es bueno en lo que hace. —Niego con la cabeza. 

—Le disparo teniendo en su blanco la cabeza de mi esposa. —El jadeo de Mía resuena por toda la sala. Lo miro. —Tuve que cerrar los ojos para no ver como mierda mi esposa le entregaba su confianza poniendo en riesgo su propia vida. —Ted suspira profundamente. 

—Porque tiene fe en las personas con solo verlas. —Su mirada se suaviza. —Mamá tiene la capacidad de ver más allá del simple color de ojos. —Niego posando mis ojos en papá. 

—Es valiente. —Suena orgulloso. 

Niego reprimiendo una sonrisa ante el orgullo que no quiero expresar. 

—Y estúpida —gruño.

—Pero valiente —concluye papá sonriendo con esa mirada que delata cuánto adora a mi nena. 

Llevo mis manos a mi rostro deseando que este día pase rápidamente. Que todo esto quede en el pasado, que mi esposa salga de esa jodida sala y volver a casa siendo la familia que siempre debimos ser. 

—Mi hermana sabe todo. —Quito la mano de mi rostro para ver a mi hijo. —Me echa en cara haberle ocultado la verdad. —Asiento entendiendo. 

Otro detalle a resolver. Será el más difícil de todos siendo Phoebe quien porta un carácter imponente y firme. Su forma de ser tierna y dulce está en ella, pero esta es una verdad que saca su lado orgulloso. Hará valer por encima de quien sea u derecho y creo fielmente que en esa actitud me identifico.

—Fue Anabell. Estoy seguro que no le dijo los hechos como sucedieron. —Ted aprieta la mandíbula claramente molesto. 

—¡Hija de puta! —gruñe Mía de manera silenciosa—. ¿Cómo pude creer que esa mujer era mi amiga? 

Es la pregunta que me hice todo el tiempo que me perseguía.

—Eso no importa ahora. Mi hermana necesita saber la verdad como realmente pasó. —Asiento.