Capítulo 52.

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Abro los ojos y entonces veo los tres rostros enfrente de mí. Estoy en una habitación igual a las que visualicé cuando entré por primera vez a éste edificio. Las paredes son de concreto, no hay ventanas, pero sí hay una puerta de color celeste y muchos instrumentos de hospital.

—¿Cómo te sientes? —pregunta Sarah mientras acaricia mi cabeza y sonríe con amabilidad.

—Mejor. —y es verdad. Ahora sólo siento un poco de dolor, pero el ardor ha desaparecido por completo—. Creo que estoy bien.

—No te muevas. —Scar me pone una mano en el hombro cuando intento levantarme—. Es mejor que descanses toda la noche.

—Eso puede ser peligroso. —dice Trice. Ella está a un lado de su hermano, pero ninguno le presta atención y entonces vuelve hablar—. Renai puede volver a inyectarla y entonces perderá la capacidad de sus poderes. La volverá débil.

—¿Perderlos? —pregunto asustada.

—Tranquila. —Sarah me habla casi en susurros—. Descubrimos que Renai te ha estado inyectando con ayuda de Darya. Bueno ella sólo le pasa el suero a Renai, creo que Robert quiere debilitarte completamente...

—O mi madre. —agrego.

—Puede ser. —Sarah asiente y después observa a Scar—. Dalton está muy mal. —me devuelve la mirada y siento que es sincera en éste momento—. Robert y Emeraude lo han torturado con ayuda de Aranza.

Miro el techo de color blanco, cierro los ojos con fuerza y resoplo frustrada. Siento como las lágrimas resbalan por mis mejías, el aire me falta de pronto y respiro entrecortadamente, chillo mientras niego con la cabeza, pero no digo nada.

—Tenemos que sacarlos lo más pronto posible —dice Scar.

—No, tú no vas hacer nada, Scar. —le riñe Trice.

—Cállate, bruja. —Sarah le lanza una mirada asesina—. No has hecho nada bueno hasta el momento.

—Cuidó de mí. —digo en voz baja—. Y se lo agradezco.

Trice me observa inexpresiva.

—No deberías agradecerle nada. —susurra Sarah más para sí misma que para nosotros—. Ella sólo hacía su trabajo.

Trice observa hacia otro lado, esquivando mi mirada, Scar camina alrededor de la camilla hasta pararse junto a Sarah. No sé por qué no se lleva bien con Trice, ella parece buena persona, pero quizá su único error es trabajar para Robert y Fabián. La puerta se abre de repente y entra una mujer alta, rubia y de ojos verdes. Es muy atractiva y aparenta la edad mi madre, si ella tuviera el cabello negro diría que se parece demasiado a Emma.

—Hola, niña. —su voz es seductora—. ¿Y ustedes qué hacen aquí? —ella se vuelve hacia los chicos y los examina con el ceño fruncido.

—Estaba revisándola, Darya. —le responde Trice, pero no le muestra ninguna emoción cuando le habla. Trice permanece seria y con la barbilla en alto. La mujer la observa con curiosidad por un instante—. Greta se encuentra en un estado leve.

—¿Y ustedes? —Darya vuelve la vista hacia Sarah y Scar.

—Mi padre me ha mandado. —Sarah la observa con su habitual mirada que le da a las personas desconocidas u odiadas por ella. La misma mirada que tiene con Trice—. Ya me iba. Scar vino acompañarme. —ella empieza a caminar y detrás le sigue Scar.

Intento levantarme para que noten que estoy bien y así me lleven a mi habitación. Trice me observa por un instante y asiente. El corazón me empieza a palpitar más rápido por el miedo que me invade de pronto. Los chicos se van y me dejan sola con Darya.

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