Capítulo 08.

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No sé si comentarles mi sueño y que se burlen de mí. Como extraño a Sarah en estos momentos, aunque me ignore cuando está con Theo. Levanto la vista y veo los tres pares de ojos clavados en mí. He decidido que no les diré nada por el momento.

—Nada. —les respondo y los tres fruncen el ceño.

—Parecía importante. —me suelta Theo.

—No era nada. —término con seriedad.

Me duele la cabeza. Dejo el tenedor en el plato y apoyo la frente en la mesa mientras espero a que los chicos terminen de comer, pero dudo que lo hagan rápido porque no dejan de hablar de los nuevos y últimos modelos de autos, videojuegos, chicas... Cosas de chicos. Cierro mis ojos, me siento relajada mientras estoy así e ignoro la conversación de ellos.

A mi mente viene mí imagen caminando hacia un niño que juega en un Parque, se parece al Parque que hay cerca de mi casa, me acerco al niño y veo que está jugando con cuadros de plástico, él levanta la vista y me sonríe.

—Ven, Grieta. —me dice mientras me toma de la mano. No sé a dónde me lleva y caigo en cuenta que soy una niña igual que él, mi hermano me guía por el Parque hasta llegar frente a una mujer joven que si no me equivoco es Johanna—. Mira. —le dice él—. Mira lo que hace Grieta. —Johanna nos ve expectante con una sonrisa en los labios. No sé qué es lo que Theo quiere que le muestre. Yo no me muevo del lugar y mi hermano parece desesperado—. Grieta. —me mira ansioso—. Hazlo. —siento que me golpea el brazo y me sigue gritando —. Grieta. —otro golpe—. Grieta, despierta.

Abro los ojos y veo a mi hermano, él está sentado a mi lado, estamos en el comedor del colegio. Me dormí, menos mal y no caí al suelo también.

—Gracias por despertarme. —él asiente y se vuelve hacia los chicos. Estiro mis brazos en la mesa para luego apoyar mi cara en las manos. Observo a Will, sus ojos azules destellan alegría en este momento, tiene una sonrisa muy bonita. Me vuelvo hacia Drake, sus ojos están clavados en mí—. ¿Qué onda, se te perdió algo? —le espeto. No sé por qué me molesta que se haya besuqueado con Aranza. ¿A mí que más me da? Siento ganas de darme una cachetada para que se me quite esto.

—Nada. —responde mientras se ríe de mí. Pongo los ojos en blanco.

El resto de la tarde paso sin Sarah, me alejo de los chicos porque no quiero seguir peleando con Drake y cuando salimos a las cuatro de la tarde, me dispongo a abordar un bus y regresar a mi casa pero Louis me grita desde el estacionamiento estudiantil.

—¡Greta! —Louis alza la mano en forma de saludo y yo camino hacia él. Louis es el chico más inteligente de nuestro curso, es guapo y es genial no engreído como ciertas personas que conozco. Él me está esperando junto a su motocicleta.

—Louis. —le sonrío.

—Me di cuenta de que no vino tu amiga, la rubia. —sonríe—. Y pues como vivo a tres cuadras de tu casa, pues... ¿te gustaría que te lleve?

Entrecierro los ojos, le sonrío y asiento con la cabeza. Me subo detrás de Louis y me aferro a su cuerpo para no caerme en el trayecto.

—¿Lista?

—Sí.

Arranca la motocicleta, salimos del estacionamiento y pasamos delante de mi hermano y sus amigos. Les saco la lengua a los tres, triunfante. En el viaje a casa no hablamos así que apoyo mi cabeza en la espalda de Louis, observo a las personas normales caminar de un lado a otro, van en autos, motocicletas y otros ejercitándose. Cuando llegamos media hora después, me bajo de la motocicleta y le agradezco. Él me sonríe y da la vuelta en la calle frente a mi casa, dobla la esquina y desaparece de mi vista.

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