Capítulo 09.

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Después de alistarme para ir a estudiar, me hago un moño el cabello, agarro mi mochila y bajo las escaleras tan rápido como puedo. En el comedor está Theo, desayunando. Pongo mi mochila en el sofá y camino hacia él.

—Hola, Doll. —me regala una sonrisa. Mi comida ya está servida, cereales y jugo de naranja. No veo a Johanna por ninguna parte. Me deslizo en la silla enfrente de mi hermano.

—Tuve un sueño... raro. —le comento y él me mira interrogativo—. Puedes entrar a mi mente.

La sensación fría penetra mi cabeza y trato de recordar el sueño tal cual es. Observo su expresión y no puedo descifrar qué es lo que siente. El sueño termina cuando le digo que no le comente nada a Johanna. ¿Qué tiene que ver Johanna en esto? ¿Dónde estaban nuestros padres en los dos sueños? Trato de recordar el sueño que tuve en el comedor del colegio y luego la sensación de hielo en mi mente se esfuma.

—¿Crees...? —su palabra queda en el aire. ¿Y si éstos no son sueños y simplemente recuerdos suprimidos...? creo que alguien tiene que ver con esto, con que no podamos recordar esa parte de nuestras vidas. Si es que no son alucinaciones mías.

—Creo que alguien está interfiriendo en nuestros recuerdos. —digo.

—No creo que alguien esté haciendo eso, no recuerdo a nadie que me hiciera algo raro...

—Exacto.

De camino al colegio no puedo pensar en otra cosa que no sea lo que hablamos con Theo. ¿Y los amigos de él o Sarah recordarán algo? Tengo que preguntarles ahora y no me importa si tengo que contarles mis sueños extraños. Cuando llegamos al colegio, me encuentro con Sarah, veo que se cubrió los golpes con maquillaje y casi no se le notan.

—Hola Greta. —me saluda.

—Hola. —le sonrío.

—Hola, guapa. —saluda mi hermano a Sarah mientras le guiña un ojo. Ella se ruboriza. Uhg, Ruedo los ojos.

—Vamos, porque tenemos la primera clase y es biología. —les informo.

—El profesor no vino, me acabo de enterar por Isabell. —dice Sarah.

Que raro, él nunca falta. Caminamos hacia el comedor porque el jardín está muy lleno de estudiantes, pero luego de que suena la campanilla sólo nuestros compañeros del mismo curso se quedan. Nos sentamos en una mesa al fondo. Veo a Drake y Will acercarse a nosotros.

—Hola. —saludan juntos.

—Chicos. —los saluda Sarah y mi hermano solo asiente. Los dos se sientan a los lados míos.

—Bueno... estábamos pensando en entrenar hoy, ¿qué dicen? —observo a Theo instintivamente. Es buena idea, entre más entrenemos mejor.

—Sí, claro. —le respondo a Will.

—Así me gusta, nena. —me sonríe.

—No me digas nena, estupi...

—¡Ya! —exclama Theo—. Yo pienso que está bien. —lo observo por un momento y luego apoyo mi cabeza en la mesa.

—Cuando salgamos del colegio pasaremos a la casa de Will. —nos informa Drake.

Conforme pasan las horas siento que estoy más preparada para dar el siguiente paso en el entrenamiento que es tratar de mover objetos pesados. Cuando salimos del colegio a las cuatro de la tarde viajamos en el coche de Will todos juntos a la mansión de éste así que llegamos en media hora.

—Espérenme aquí. —nos pide Will una vez que estamos dentro de su casa, en la sala para ser exacta.

Él sube a toda prisa por las escaleras. Observo las pinturas otra vez y el librero de la esquina. Los chicos hablan entre ellos, pero como no me importa no les presto atención.

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