SOULS ©

Capítulo 63.

Blake se lanza sobre mí, pero Logan es más rápido y lo intercepta en medio de ambos, sus espadas chocan con fuerza y desprenden chispas de fuego. Sin poder reaccionar por lo aturdida que de pronto me siento, me quedo parada, observando como mi padre sale volando junto a la silla y se estampa contra la pared. Mi respiración se empieza acelerar. Robert me toma del pelo sin previo aviso y me arrastra hasta la pared. Grito por el susto y porque de repente me toma de los muslos y me levanta, intento golpearlo con mis puños, pero él los esquiva con velocidad asombrosa.

—¡Suéltame! —grito e intento apartarlo, pero él de verdad es más fuerte que yo.

—Eres tan apetecible. —susurra. Mis ojos se ponen llorosos de un momento a otro, me remuevo incomoda, miro a mi hermano; él ahora está peleando contra Blake y mi madre contra Logan. Robert me golpea de nuevo contra la pared y el dolor recorre mi cuerpo, pero es soportable, me suelta y yo caigo sobre mis piernas. Me agarro con fuerza el muslo derecho y aprieto los dientes para no gritar por el dolor.

Robert vuelve a caminar hacia mí y me golpea con su pierna en el estómago. Empiezo a toser y jadear, intento levantarme, pero él me golpea nuevamente y caigo al suelo, el cual tiembla con fuerza por influencia de Saints.

—Te odio —siseo, sintiendo el sabor a hierro en mi boca—, lo único hermoso que hiciste en ésta vida es a Sarah. —él se queda parado y no vuelve a golpearme. Me levanto a cómo puedo, limpio mi boca con el dorso de mi mano y después me sostengo de la pared de cristal—. Ella no te necesita, me tiene a mí, a mi familia y sé que estará complacida de que yo misma te arranque la cabeza.

Robert está serio, pero de un momento a otro empieza a reír.

—Por poco y caigo en tu juego. —sus ojos se ponen vidriosos de tanto reír. Él empieza aplaudir y después se tapa la boca—. Wow, eso me llegó al corazón... —alza ambas cejas como si recordara algo de pronto—. Ah... verdad que no tengo uno. —sin tener tiempo de quitarme del camino, él me golpea con fuerza y el vidrio se agrieta cuando los dos impactamos en éste. El golpe es tan intenso que siento que me atraviesa el cuerpo por completo, me mareo un poco cuando él se aleja de mí y tengo que sostenerme para no caer. De pronto un dolor tan fino, como la punta de una aguja que pincha la piel, se dispara por todo mi cuerpo y explota en mi cabeza, haciéndome gritar y caer sobre mis rodillas. Ese dolor proviene de mi madre.

—¡Mamá! —grito con dolor y tengo que cerrar los ojos porque de repente la vista me duele—. MAMÁ.

Escucho su risa y después un jadeo por parte de ella. El dolor se disipa, pero no del todo. La vista me duele y lo primero que miro es a mi padre. Él tiene mi pulsera de platino. Robert y Blake están luchando contra Logan y madre está tirada en el suelo, gracias a mi hermano. Esto se ve mal, pero así es la cuestión. Emma no merece nuestro respeto, mucho menos nuestra misericordia. Corro hacia papá y desato rápidamente la pulsera, la cual se convierte en espada. Me pregunto si Robert puede controlar mi espada con su poder. Tomo de los brazos a papá y lo arrastro conmigo hacia fuera de la habitación de cristal. Él parece no darse cuenta de todo lo que está pasando.

—Papá. —pongo mis manos en sus mejías, pero él no reacciona—. Papi, despierta. —miro sobre mi hombro a Logan, quien hace todo lo posible por quitarse a Blake de encima. Mi madre está peleando contra Theo, pero no usa su poder en él. Mi ceño se frunce—. ¿Dónde está Robert?

—Aquí. —escucho su voz cerca de mi oído y después mi cuerpo sale volando hacia atrás, pero mis reflejos reaccionan y caigo sobre mis pies, suelto mi pulsera la cual se convierte en espada al instante.

—No le vas hacer daño. —corro hacia él y trato de lastimarlo, pero Robert es demasiado rápido y esquiva todos mis movimientos.

—Deberías venir con nosotros. —escucho su risita burlona—. Tendrías un gran futuro en nuestra ciudad.