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Capítulo 03.

Cuando salgo del vestuario de las chicas, me doy cuenta de que Sarah está discutiendo con Aranza en una esquina del campo. Mi ceño se frunce levemente al notar que el cielo empieza a poner nublado, el aire empieza a ponerse más fuerte y mis compañeros empiezan a hablar en voz baja con respecto al clima. Camino en su dirección y me detengo al lado de ella sin importarme que Aranza piense que soy un entrometida.

—Sarah, una tormenta se acerca —susurro tan despacio que apenas muevo los labios, pero es imposible que Aranza nos escuche ya que está hablando como loca. La respiración de mi amiga empieza a disminuir mientras observa a su alrededor y yo la arrastro conmigo—. Tranquilízate, ¿quieres?

Ella no responde, pero el cielo poco a poco vuelve a la normalidad y los truenos que se acercaban ahora se alejan. Ed, el entrenador no deja de observar el cielo y señalar lo sucedido, al igual que mis demás compañeros. Me remuevo un poco y muerdo mis labios por dentro. El entrenador se para enfrente de nosotros cuando nos formamos en el campo, suena el silbato y todos guardamos silencio.

—¿Están listos, chicos? —los muchachos silban y hacen señas comprobando lo que él preguntó—. Rutina de calentamiento y después cinco vueltas alrededor del campo. —ordena.

Sarah se queda junto a mí para hacer la rutina de calentamiento y minutos después empezamos a trotar al final de la fila de alumnos. La primera y segunda vuelta alrededor del campo son soportables, la tercera todavía, pero las últimas dos ya no. El campo es demasiado grande y mi respiración se empieza a entrecortar. Terminamos las vueltas y paramos enfrente del entrenador nuevamente.

—Muy bien. —Ed nos observa satisfecho—. Descansen, pasaré lista.

Observo a mis compañeros, quienes están respirando pesadamente, pero mis ojos se quedan clavados en Aranza, ¿cómo es posible que ella no esté transpirando? Me vuelvo en el puesto para irme a sentar en el césped, lejos de mis compañeros, me acuesto y cierro los ojos, siento como mi sien palpita al ritmo de mi corazón y mi cuerpo caliente por correr debajo del sol y el cansancio.

De pronto siento la presencia de alguien a mi lado y cuando abro los ojos me encuentro a Sarah, sentada al lado mío con una extraña mueca en el rostro.

—Te ves cansada. —le digo.

—Tú también. —me informa.

—¡Geiger Greta! —llama Ed. Somos treinta alumnos por todos, pero estamos divididos en dos secciones. Solamente en Arte y Educación física estamos presentes los treinta.

—Presente. —respondo.

—¿Tiene novia? —pregunta Sarah repentinamente.

—¿He? —hago una mueca de confusión. Busco la dirección de su mirada y me encuentro a Theo—. Humm, creo que no. —respondo. Aunque la verdad no lo sé, él no me habla de vida privada.

Sarah suspira y deja escapar un jadeo. Que asco. Ruedo los ojos.

—Quiero que formen equipos de once, los que sobre serán para intercambio. —grita Ed—. Matthew, serás el capitán del equipo rojo y Calvin del equipo azul.

Calvin Traynor el archienemigo oficial de Theo. Mi hermano asiente y camina hasta posicionarse enfrente de todos.

—Drake. —sabía que lo elegiría—. Will, Aranza, Alba, Luke, Jacob, Hannah, Esmeralda, Ben e Isaac. —completa su equipo y es obvio que a mí no me elegiría. Los chicos caminan detrás de su capitán para que Ed les dé sus camisolas.

Y Calvin Traynor da un paso adelante para escoger a su equipo.

—Greta, Sarah, Peter, Josh, Daniel, Isabell, Tom, Christian, Brenda y Leo.