Capítulo Quinto

2.9K 177 13
                                    

  Victoria entró primero a ver a su padre, necesitaba alejarse de Heriberto y Cristina, de esas miradas dulces y sonrisas tiernas que se prodigaban. Miró a su padre lleno de tubos y conectado a monitores, le acarició la mano con suavidad y susurró con amor.

- Te amo papá, no me dejes... - Estuvo unos minutos a su lado, hablándole con dulzura, solo su padre hacia que aflorara en ella, una Victoria totalmente distinta a la que normalmente era.



Sala de Espera


Cristina y Heriberto estaban sentados en el sofá, él apoyó sus codos en las rodillas y se tapó la cara con las manos y soltó un gemido de cansancio. Cristina lo miró con ternura, y sonrió; él la miró entonces y observó la forma como le miraba fijamente.

- Debo estar fatal... - dijo riéndose

- No... Creo que si tuviera mi cámara te tomaría una fotografía. - Dijo ella con voz suave

- Así que... eres fotógrafa? - Interrogó con interés. Ella encogió los hombros

- Lo era... Hace mucho que no lo ejerzo. - Cristina había ganado mucho dinero con su divorcio, porque Alonso era un empresario importante, había dedicado su tiempo a su hija y a su casa.

- Me gustaría ver tus trabajos... - Ella se sonrojó de emoción, la fotografía era una de las pocas cosas en las que se consideraba una experta.

- Quizás te fotografíe - Dijo y rió suavemente.- Sería una gran imagen... Tu con tu ropa de medico y esa expresión en tu rostro que denota lo agotado que estás pero que esto te hace feliz.

- No creo que sea un buen modelo... - dijo el sintiéndose un poco avergonzado.

- He ahí lo especial... Sin necesidad de ser un modelo, tu imagen causaría el efecto perfecto.

- Lo dice una experta?

- Así es - dijo con sonrisa orgullosa. El rió y Victoria que salía a la sala de espera lo escuchó y los miró a ambos sentados conversando y sonriendo. Heriberto la vio y se levantó enseguida, seguido por Cristina, ambos la miraron interrogante y ella desvío la mirada a su hermana.

- Puedes pasar - Cristina avanzó con rapidez y desapareció en dirección a la unidad de cuidados intensivos.

Victoria se dio la vuelta para dirigirse a la salida, sin cruzar palabra con Heriberto, él corrió y la tomó del brazo y la volteó para que lo mirara.

- Te vas?

- Así es - Ella se deshizo de su agarre. - Tengo cosas que hacer en mi empresa, volveré esta tarde.

- Quieres cenar conmigo esta noche? - Ella lo miró con dureza pero su corazón dio un vuelco, corazón traidor.

- No... - el monosílabo cargado de enojo hizo que Heriberto frunciera el ceño

- Sucede algo? - Sin poder contenerse, Victoria soltó lo que le molestaba.

- Estoy segura que Cristina estará más que dispuesta a acompañarte... Mi hermana es más de tu tipo. Así que...

- Espera..
.
- No... Espera tu! ... No tengo intenciones de tener algo contigo... No quiero que vuelvas a besarme... Limítate a ser el medico de mi padre.

- Yo inicié el beso, pero tu lo disfrutaste - Le dijo el enojado. Victoria iba a replicar cuando escuchó que la llamaban. Volteó y su hija venia junto a Osvaldo.

- Que hacen aquí?

- Fernanda no estaba tranquila, así que la traje - Osvaldo se acercó y le besó la mejilla, Victoria se sintió incómoda, Heriberto se tensó y entrecerró los ojos. Fernanda lo miró y fruncio el ceño.

- Como estás hija? - Fernanda respondió secamente sin dejar de mirar al medico

- Bien, como esta el abuelo? - Heriberto le sonrió y contestó por Victoria.

- Esta recuperándose.. Supongo que si viniste puedo mover mis influencias y permitir que lo veas. Te gustaría? - los ojos de la adolescente se iluminaron y asintió esperanzada, Victoria sintió que su corazón se calentaba y Osvaldo interrumpió.

- Disculpe, usted es..?

- Lo siento, Osvaldo el es el Doctor Heriberto Ríos Bernal, es el medico de papá. - Los hombres se estrecharon las manos con fuerza.- Heriberto, Osvaldo es...

- Su esposo.- Victoria miró a su ex-marido y achicó los ojos. Heriberto palideció. Antes que Victoria pudiese corregirlo agregó- Es muy crítico el estado de salud de mi suegro?

Heriberto contestó con voz lenta y seca. Prueba de que su ánimo había cambiado totalmente.

- Es probable que lo peor haya pasado. Sin embargo estará unos días en cuidados intensivos hasta que consideremos que pasarlo a la habitación es adecuado. - Osvaldo asintió. Cristina salió entonces de la habitación, y encontró el grupo.

- Cristina... Como estas? - Osvaldo saludó a su ex-cuñada

- Bien Osvaldo, y tu?

- Bien.

- Hola Fer... Como estás? - Fernanda miró a su madre sin expresión, pero dirigió su mirada cálida a Cristina.

- Bien tía, como está Acacia? - Victoria sintió tristeza al pensar que su hija tenía una sonrisa para Cristina pero para ella no.

- Esta bien, en casa. ¿Cuando te quedas otra vez? - Su padre se había encargado que las primas tuvieran una estrecha relación, a pesar de los conflictos entre sus madres.

- Esta noche puedo? - Dijo Fernanda con ansiedad, Cristina sonrió y miró a Victoria. Siempre había sido su padre quien había intercedido y logrado que Victoria permitiera a su hija ir a casa de su hermana.

- Puedes ir.

- Siiii - Fernanda se acercó a Cristina y le pasó un brazo por la cintura, ella le sonrió y Victoria se quedó pálida en su sitio. Heriberto ya había notado la tensión que se producía cuando ambas mujeres estaban juntas, y las duras palabras de Victoria insinuando que entre el y Cristina podía haber algo le confirmaron que la relación no estaba del todo bien. El teléfono de Victoria sonó y ella tomó la llamada.

- Bueno... No puede ser... No pueden hacer nada sin mi? ... Esto es el colmo...voy para allá. - Colgó y casi gruñó de frustración.

- Sucede algo? - Preguntó Osvaldo

- Un problema en la empresa... Debo ir - Osvaldo le tomó un mechón de cabello y lo colocó tras su oreja, Heriberto se metió las manos empuñadas en su bata blanca.

- Yo te llevo..

- Traje mi auto..

- Estas cansada - Delineó sus ojeras para dar fuerza a su afirmación, Fernanda miró con extrañeza la actitud de sus padres pero calló. Y Heriberto apretó los dientes. - Vamos Fernanda.

- El doctor dijo que podría ver al abuelo... No es así? - Fernanda miró a Heriberto suplicante

- Te traeré después..

- Por favor... Mamá - Cristina intervino

- Puedo esperar a que vea a papá y la llevo a buscar sus cosas para que se quede en mi casa.
Victoria miró a su hermana fijamente, consideró que tanto odio se llevaría de su hija si dijera que no, entonces suspiró derrotada.

- Esta bien! Harás lo que te dicen. Y no vayas a alterar a papá. Te iré a buscar mañana en casa de Cristina. - Fernanda sonrió abiertamente y asintió sin chistar.

- Gracias mamá.

- Bueno... - Victoria vió a Heriberto por ultima vez y sintió un escalofrío al sentir su penetrante mirada - Nos vemos.

Salió escoltada por su ex-marido y Heriberto la siguió con la mirada hasta que desapareció en el ascensor.

- Bueno... Cuando podré ver al abuelo? - Cristina sonrió y miró a Heriberto, pero el seguía en sus pensamientos con una expresión adusta.



Casa de Modas Victoria

Victoria se bajó del auto de Osvaldo y se arregló el cabello, Osvaldo la siguió y se paró frente a ella en el estacionamiento.

- Te invito a almorzar...

- No creo que tenga tiempo..

- A cenar entonces..

- Osvaldo... Creo que la ultima vez que hablamos te deje claro que lo nuestro había terminado. No me gustó que te presentaras como mi marido, cuando ya no lo eres.

- Considera que tengo grandes esperanzas... Quiero que vuelvas a mi

- Pero volver no es lo que yo quiero...

- La ultima vez te demostré que entre nosotros aun hay algo. - Victoria volteó los ojos al recordarlo, habían coincidió en un evento, ella había estado frustrada por un negocio que no había resultado, y se sentía sola y unas cuantas copas la llevaron a la cama de su ex-marido, provocándole después un serio estado de resaca y arrepentimiento.

- Y yo te pedí disculpas y te dije que había sido un error que no se repetiría. - Osvaldo se acerco a ella. Y le besó los labios rápidamente.

- Yo estoy dispuesto a esperar a que estés preparada... - Le dedicó una sonrisa y caminó hacia su carro, se montó y arrancó el coche. Osvaldo había visto la mirada del médico hacia su ex-mujer y no estaba dispuesto a aceptar competencia.

Victoria entro a la empresa y fue desastre, tras desastre! Un cargamento de telas importadas había sido detenido en la aduana, Pipino Pichoni estaba enfermo así que los últimos diseños de su linea no hplos había terminados, el ensayo para el próximo desfile había tenido que ser cancelado porque una de las modelos principales estaba en crisis existencial, Victoria ya había olvidado a cuántos les había gritado esa tarde, sentía los músculos de su cuello en tensión y pensó que gritaría en cualquier momento y tiraría la toalla, sus pensamientos estaban también en otro lado, cada hora había llamado al hospital para saber el estado de su padre, la enfermera le había pedido su numero cuando se cansó de darle reportes, y amablemente le sugirió esperar su llamada. Antonieta entró a la oficina y Victoria miró su rostro y supo que había un nuevo problema.

- Que rayos pasa ahora?

- El desfile programado para este sábado, para la subasta de caridad, aun faltan afinar detalles y reevaluar a las modelos con los vestidos.

- Maldita sea... Mataré a Pipino. - Antonieta se mordió los labios. - trabajaré esta noche en eso. Revisaré todos los detalles y mañana temprano quiero a TODOS en sus puestos de trabajo, incluido a Pipino si no quiere que su cabeza ruede por todo México.

Victoria revolvió unos papeles y miró un sobre sellado que aun no leía.

- ¿Que es esto?

- No lo sé. - rasgó el papel y leyó el contenido de la carta. Apretó los dientes con fuerza y arrugó el papel lanzando una maldición. Antonieta se sobresaltó - Que sucede Victoria? De que se trata?

- La maldita de Bernarda de Iturbide me está demandando..

- Que?... Por qué?

- Por plagio de ideas..

- Esa mujer está loca?

- Llama a Héctor... Y dile que investigue por mi esto. Papá no podrá hacerlo. - Victoria apoyo los codos en la mesa y se tocó la cabeza. - Pásame unas aspirinas... Me va a estallar la cabeza.

- Esa bien... - Antonieta le pasó las aspirinas y ella las tomó. - Iré a hablar con Héctor.

- Gracias... - Victoria estuvo trabajando en la revisión de los diseños, los detalles de la subasta. Le dolía todo, y se sentía frustrada porque nada ese día parecía salirle bien. Miró su reloj y vio que eran las 20:00 y ella seguía en la empresa. No había visto a su padre. Recogió rápidamente el portafolio con todo lo que necesitaba y se fue al hospital


Casa de Cristina

- Que es lo que quieres Alonso? - Dijo Cristina cuando vio aparecer a su marido en su casa.

- Saludar a mis chicas - Acacia corrió a los brazos de su padre. Alonso miró a Fernanda y frunció el ceño. Fernanda pareció encogerse, nunca le había gustado el papá de Acacia, siempre la miraba con odio. - como estás corazón?

- bien papá, te quedaras a cenar? - Cristina se tensó.

- Solo si tu madre lo permite - Acacia miró a su madre suplicándole. Y Cristina casi resopló con disgusto.

- Pediré que pongan otro plato en la mesa - Salió de allí

- Que hacen?

- Fernanda trajo un nuevo teléfono que la tía Victoria le regaló. Está padrísimo. Deberías regalarme uno.

- Ya hablaremos con tu madre... Y dime Fernanda..! Como esta Victoria?

- Trabajando...

- Como siempre, no? - Alonso sonrió pero su sonrisa era falsa, Fernanda lo notó - Bueno, mientras puedes se divierten en eso, iré a hablar con Cristina.

Alonso salio y Acacia lo vio irse, al verlo desaparecer dio un gritito de felicidad y aplaudió con alegría... Fernanda la miró extrañada.

- Que sucede?

- Mi papá quiere reconciliarse con mi mamá... Me lo dijo.. Y comenzará a venir a verla, y salir con ella... Y quizás pronto estaremos juntos de nuevo. No te parece grandioso? - Fernanda le sonrió a su prima, pero sintió una puntada de tristeza en el pecho. - No te alegras?

- Claro... Solo que..! Yo también quisiera que mamá y papá estuvieran juntos de nuevo.

- Pues si a papá le resulta.. Por qué no resultaría con el tuyo? - Acacia sonrió emocionada y contagió a su prima, ambas rieron y comenzaron a buscar en internet estrategias para unir a sus padre.




Hospital

- Señorita... Puede informarme del estado de mi papá?

- Como está Señora Victoria... Como le dije hace una hora no ha habido nada de que alarmarse, de todas formas el doctor Heriberto acaba de regresar y está examinándolo de nuevo.

- Estaré esperando en la habitación de mi padre..! Puede decirle al doctor que quisiera hablar con él?

- Por supuesto - Victoria entró en la habitación y se sentó en el sofá con el portafolios. Abrió las carpetas y las esparció en el sofá para examinarlas, estaba incómoda, así que esparció cuidadosamente todos los documentos en el suelo y se sentó ella también en el piso después de quitarse las botas. El cansancio la venció después de un rato de cabecear frente a los papeles y se quedó dormida sentada en el suelo y recostada al sofá, así la encontró Heriberto. La miró unos minutos y se acercó, miró los papeles, tomo una hoja y examinó un diseño, llevaba la firma de Victoria Sandoval, así que era un diseño realizado por ella, denotaba mucho talento. Lo dejó en el suelo y se apoyó en una rodilla frente a ella, la observó con detalle, dormida aparentaba calma, pero a el le encantaba sus ojos verdes enfurecidos, sonrió un poco y con su mano acarició su cabello y su mejilla, pensó lo fácil que sería besarla en ese momento, en cuánto la deseaba, pero era casada. Recordarlo lo enfureció su teléfono sonó por un mensaje y el maldijo en voz baja, ella se sobresaltó y se encontró con el rostro de Heriberto, pensó "sigo soñando" unos segundos sin decir nada y el carraspeo y apagó su celular. Ella entonces pareció comprender que niñera un sueño y abrió mucho los ojos.

- Heriberto..!

- Hola... Que haces allí en el suelo?

- Me quedé dormida... Dios mio. Cuanto tiempo llevas aquí?

- Acabo de llegar. - El se levantó y le extendió su mano para ayudarla a levantarse. Ella la tomó y cuando estuvo de pie el la mantuvo cerca de el. Pero ella se separó temblorosa.

- Como está mi padre?

- Ya despertó... - a ella le brillaron los ojos y él pareció ver salir el sol. - Mañana estará acá en la habitación.

- De verdad?

- Así es - Victoria sonrió y se mordió el labio. El deseó besarla. - ya comiste? - Ella negó con la cabeza sin dejar de sonreír y el pensó que al diablo con las alianzas... El quería tenerla un poco mas.

- He estado muy ocupada...

- Te invito a cenar...

- Ya te dije que no quiero...

- Solo es una cena en el cafetín de un hospital, y si lo deseas pagas tu - El sonrió y le tomó la mano para acariciarla, y ella tembló, y miró sus labios. - No me mires así...

- Cómo? - Su voz sonó ronca y sensual.

- Como si quisieras que te besara... - Victoria maldijo ser transparente, frunció el ceño... El aprovechó el desconcierto y tomó el abrigo de Victoria que estaba sobre el sofá lo extendió para que se lo colocara y la animó - El café de este lugar es el mejor para despertar.

Los ojos de Heriberto la miraban con diversión y ella se encontró sonriendo sin poder evitarlo.

- Esta bien...

En el cafetín se sentaron en una mesa apartada y el pidió dos cafés y una ensalada para ella.

- No vas a comer?

- Ya comí... - Ella se sonrojó, el pensó que si seguía por el camino en el que iba seria desastroso. - No llevas tu anillo de bodas...

Victoria había empezado a comer y el tenedor se detuvo a medio camino, ella masticó y tragó con dificultad.

- No...

- No te gusta usarlo?

- No cuando ya no significa nada.. - Heriberto asintió mirando su café - ¿tu estás casado?

- Divorciado! - El corazón de Victoria palpitó en su pecho con rudeza. Probó otro bocado esta vez sin mucho apetito. - ¿Por qué correspondiste a mi beso si estás casada?

Ella lo miró y consideró extender la mentira, quería saber si el estaba interesado en ella o si Cristina le atraía, también.

- No quiero hablar de eso... Mejor, porque mejor no me dices si te interesa Cristina?. - dijo dejando el tenedor sobre el plato con fuerza.

- Por lo menos ella es divorciada - Victoria se sintió cada vez mas enojada. El la miraba también serio.

- Pues entonces ve con ella... Estoy segura que mi hermana esta interesada en ti, a pesar del tiempo, mi hermana no puede ocultarme lo que siente. - lo dijo casi con resentimiento - No solo la conozco mejor que nadie, sino que incluso soy capaz de percibir como se siente. Y ella... Se siente a gusto contigo.

- Yo también me siento a gusto con ella - Victoria parpadeó para evitar las lágrimas y bajó el rostro a su café.

- Son tal para cual... Tu y yo...

- Solo es una atracción...

- Así es...

- Una atracción que no estoy seguro de poder controlar - Dijo ahora sin tapujos...el la miraba con pasión y ella le devolvió la mirada con el mismo deseo plasmado en su rostro. - ¿amas a tu esposo?

- ¿para que quieres saberlo? - susurró ella. Y El se acercó mas y le tomó la mano, la acarició con suavidad y ella se sintió estremecer con sus caricias

- Porque si no lo amas... Estoy seguro que cedería a esta atracción sin dudarlo un segundo... Porque me está quemando.  

"Tu Eres Mi Elección"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora