- No pudiste matar al pusilánime de Rivas ¿y vas a matarme a mi? - Cristina lanzó un grito ahogado. Dionisio la miró fijamente y vio el dolor en sus ojos verdes.
- No fuiste tú... - su afirmación escondía una acusación. Dionisio solo la observó, pero el movimiento de su padre llamó su atención, el se acercó a Cristina, y el corazón de Dionisio se detuvo un instante.
- Rivas estaba entorpeciendo todo con su salvajismo, - Iginio dio un resoplido suave y alargó la mano hacia el rostro de Cristina, acarició su mejilla y ella se estremeció, Dionisio se movió para lanzarse sobre su padre, pero fue lanzado al suelo con estrépito. Su labio comenzó a sangrar por el impacto contra la superficie dura y el hombre que lo había tirado, colocó su pie en su espalda. Cristina respiró con dificultad y una lágrima recorrió su mejilla, Iginio no se había volteado siquiera, continuaba mirándola, ajeno al resto. - Fuiste toda una revelación Cristina.
- No... No lo entiendo - Dijo temblorosa. El se apoyo en su baston y la observó con gesto pensativo.
- Lograste engañarme... Me costó saber cuál de mis muchachos sacrificaría su vida por ti. - Enseguida miró a Victoria con gesto de disculpa. - Ya no me queda duda...
- Está loco - Dijo Victoria entre dientes.
- Estoy seguro que tienes razón. Levantate Dionisio... - Su hijo fue liberado y se levantó con rapidez, se limpió el labio sangrante y apretó los puños. Su padre se volvió a él, y se acercó hasta quedar frente a su hijo. - Te dejé una maldita tarea... Y no fuiste capaz de cumplirla. Debí suponer que tu idiotez no había mejorado... Tenias que mantener arriba el imperio Ferrer, y una falda te altera por completo.. No en vano siempre aposté por Heriberto.
- Ya basta... - Dijo Cristina al percibir el dolor en la mirada de Dionisio. - Qué clase de padre le habla así a su hijo. - Dijo con furia Cristina
- Un padre sincero... O es que la bella y dulce Cristina no sabe de tu problema. - Dionisio apretó los dientes, deseaba asesinar a su padre. Iginio sonrió con satisfacción. - Un tonto disléxico.
- Es suficiente padre... - intervino Heriberto. - Dejalo en paz y acaba de una vez con esto. ¿Quieres vengarte? Hazlo.
- Siempre en defensa de tu hermano. Un corazón débil no llega muy alto. - Los ojos de Iginio mostraron un momento fugaz de tristeza. Pero su expresión se tornó de nuevo ceñuda. - Pero tienes razón. Acabaré con esto. Caminó hasta quedar en medio de ambas hermanas, su mirada fija en sus hijos. Extendió su arma y vaciló, las miró alternadamente - Existe un grave problema... No puedes luchar contra la naturaleza, no es así hijo? - Preguntó mirando a Heriberto. - Resulta que sobreviví a una maldita explosión, pero ahora una maldita enfermedad esta acabando conmigo.
- Tienes cáncer... - Dijo Heriberto con voz suave
- Así es... Pero existe una sola cosa en el mundo que no he logrado. Y sólo no puedo. Así que allí entran ustedes. - dijo señalándolos
- ¿Qué quieres? - Pregunto Dionisio.
- Quiero que maten al asesino de su madre. - Dionisio entorno los ojos.
- Ya está muerto, así que deja en paz a Cristina. - Iginio desestimó la orden.
- Por eso no eres el mas inteligente Dionisio. Mataste a uno de mis enemigos si, pero no al maldito que acabó con la luz en los ojos hermosos de mi Diana. - Dionisio frunció el ceño
- No vamos a matar por ti - Dijo Heriberto - Estas loco - Iginio hizo un movimiento y todos sus hombres abandonaron la habitación. Al estar solos continuó hablando.
- Allí es donde entran sus hermosas damas. - Iginio apuntó a una y luego a la otra. -si no consigo mi venganza, una de ellas morirá.. Así sentirán lo que yo sentí.. - Cristina y Victoria abrieron los ojos con terror. Heriberto volvió a palidecer y Dionisio entrecerró los ojos. - Es fácil... ¿No les parece?
- El cáncer te ha enloquecido - Dijo con voz dura.
- Quizás... Pero conseguiré mi venganza... Entonces... ¿será la dulce Cristina? - dijo apuntandola, Cristina miró a Dionisio aterrorizada, el apretó los puños consciente de qué no la dejaría morir. - ¿O la apasionada Victoria? - Heriberto vio sus peores miedos hechos realidad, su padre lo ponía entre la espada y la pared, Victoria levantó la barbilla con rebeldía, pero sus ojos estaban aterrorizados, lo miró y le sonrió con tristeza. Él supo que dejarla morir no era una opción. - ¿Quien se encargará del asunto?
- Yo lo haré - Dijo Dionisio. Cristina negó con la cabeza
- No... Por favor.
- Dionisio - Intervino Heriberto
- Dejala ir. - Lo ignoró y habló a su padre.
- No hasta que me traigas el cuerpo, y pueda escupir sobre él. - Dijo con pasión.
- Dionisio... - susurró Cristina
- Quiero que me des tu palabra que la liberarás... Que la dejarás en paz para siempre. - Iginio sonrió con burla
- Cuánto pega el amor, muchacho... Si puedo ver el cadáver de ese maldito, podrás tener a tu mujer.
- Cristina... - Dijo Dionisio mirándola con vergüenza. - Lamento esto. No tenias que estar en esta posición, es mi culpa. Y lo lamento - Ella derramó unas lágrimas y el casi maldijo - No volveré a hacerte daño... Así que confiaré en que te liberarán, Heriberto se encargará.
- Esto es una locura hermano.
- Tu siempre fuiste el preferido... Él no dudará en matar a Cristina. - Le habló a Heriberto
- No hagas esto... Tu no eres asi - Dijo con voz temblorosa Cristina
- No tengo nada bueno que ofrecerte.
- Claro que si... Ya me lo diste - Dionisio suspiró, era tan difícil renunciar a ella. - Dionisio... Estoy embarazada. - Fue el turno de Dionisio para palidecer.
- ¿Qué dijiste? - Dijo con voz baja
- Voy a tener un hijo... Tuyo. - Dionisio cayó de rodillas y suspiró. Ella le miró con infinito amor.
- Vaya, vaya.. Ahora si se me puso difícil el asunto. Nietos aquí, nietos allá. Maldita sea... - Dijo Iginio comenzando a desesperarse.
- Abandona esto padre... Estás haciéndonos daño, y con esto no recuperaras a mamá.
- Tu qué sabes... La abandonaste... Ella sufrió por tu causa... Debí haberte hecho pagar cada lágrima de sus hermosos ojos... Y quizás deba hacerlo con tu querida Victoria. - Heriberto comprendió que su padre estaba perdiendo el juicio. - Son un par de malagradecidos... Ella era la mejor mujer del mundo... Y ustedes - Un zumbido molesto sonó a oídos de Iginio y él se tapó el oído derecho... Maldijo dos veces y se sostuvo con fuerza al bastón, Dionisio frunció el ceño y se levantó con suavidad, si tan solo pudiese asegurar que no lastimaría a ninguna de las gemelas. Iginio trastabilló hacia atrás, pero se sostuvo , el ruido y el mareo pasaron y sacudió la cabeza, sus reflejos fueron rápidos al ver a uno de sus hijos desenfundar su arma, ambos apuntaron al mismo tiempo y dispararon.
Continuará...
Aproveché una red disponible... Aún no me resuelven mi problema de conexión. Espero disfruten estos cortitos que pude escribir. Besos
ESTÁS LEYENDO
"Tu Eres Mi Elección"
FanfictionCristina Maldonado Rivas es una mujer vivaz y noble, fotógrafa retirada, divorciada de Alonso Rivas un hombre seductor, mujeriego, que no supera su divorcio, la persigue y con sus celos enfermizos hace que Cristina se convierta en una mujer precavid...