Gracias por sus comentarios... espero les guste la historia.
Heriberto entró en la habitación de Victoria, después de discutir consigo mismo... Entró y ella estaba sentada, mirando la televisión. Volteó a verlo y sus ojos se iluminaron y una sonrisa alegre apareció en su rostro, el pensó que era extraño, pero desde que la conociera, habían compartido sus cuerpos, pero ella no le había dedicado una sonrisa tan impactante como ésta que le brindaba en ese momento.
- Viniste... - El se acercó con el corazón palpitando con fuerza, y ella extendió su mano para que el la tomara, y así lo hizo, la apretó con delicadeza y como si hasta ahora fuese una costumbre la besó con ternura y pasión. Al separarse de ella, su boca viajó a su cuello e inhaló el aroma que lo dejaba en vela por las noches. Una molestia rondaba su cabeza y la abordó sin mayor dilación.
- Que juego es éste, Victoria? - Ella frunció el ceño, y miró interrogante a Heriberto - Que clase de relación tienes con tu ex-marido? - Victoria suspiró
- Lamento lo que viste... Osvaldo... No entiende que lo nuestro terminó hace mucho... Incluso antes de nuestro divorcio.
- ¿Por qué no se lo dejas claro?
- Lo he hecho... Pero estaba frente a Fernanda... Ella... No le sentó muy bien nuestra separación. No quiero lastimarla.
- Piensas reconciliarte con él? - Ella lo miró indignada, ¿Que clase de mujer creía que era?
- Como puedes preguntarme eso? - El se pasó la mano por el cabello con frustración.
- Quiero entender por qué dejas que te bese...
- Estas celoso? - Victoria hizo la pregunta e internamente estaba complacida por la actitud de Heriberto. El respiró con dificultad, la miró severamente, se acercó a ella hasta quedar rostro a rostro.
- Odio la violencia... He huido toda mi vida de ella... - Su pecho se agitó y Victoria vio la lucha interna que libraba - Cuando pienso en ti con tu ex-marido... Quiero partirle la cara.. Esta mañana tuve que contenerme para no sacarlo afuera y.... No estoy seguro de poder controlarme una segunda vez. - Victoria le acarició la mejilla con suavidad.
- No existe nada entre Osvaldo y yo... Solo Fernanda... - El besó la palma que le acariciaba y tomó sus labios con urgencia. Ella acarició sus hombros y su cuello, Heriberto introdujo su lengua, acariciando su boca con maestría, ella gimió y el se tensó al recordar que estaba convaleciente. Se separó de ella respirando con dificultad y sintiendo como sus pantalones se estrechaban, incomodándolo.
- Dios mio... Ni porque estas en esta cama de hospital, puedo contenerme. - Ella sonrió y se mordió el labio. El usó su índice para acariciar sus labios. - Eres una tentación. Victoria sintió cosas que nunca antes había sentido, Heriberto estaba ganándole terreno y no estaba segura de poder evitar que se colara en su corazón. Pensó que era increíble lo poco que sabia de él... Y lo rápido que estaba entregándose. Tembló al pensar en lo desastroso de sus relaciones con otros hombres. Se había enamorado de Alonso, y su pasión por él la había convertido en una persona destructiva, Su matrimonio con Osvaldo fue un escape, que terminó encerrándola en una vida infeliz... Y ahora aparecía este hombre del cual sólo sabia que era médico y que lograba volverla loca de placer... Su mente no razonaba cuando sus ojos la miraban como lo hacían en ese momento. Ni siquiera sabía su fecha de cumpleaños. Notó que el sonreía.
- 4 de noviembre... - Victoria se sonrojó al darse cuenta que había formulado la pregunta en voz alta. - Mi cumpleaños es el 4 de noviembre... ¿Por qué lo preguntas?
- No sé nada de ti...
- En cambio yo he averiguado mucho de ti... - Ella ladeó la cabeza y lo miró confusa. - He de confesar... Que he usado a tu padre... A quien le encanta hablar de sus hermosas hijas.
- Papá es un cotilla... - el rió y ella sonrió. El comenzó a acariciar su cabello
- Sé que naciste un 31 de mayo... A las 7:27am después de hacer sufrir a tu madre unas cuantas horas... - , a medida que hablaba, acariciaba su rostro, cuello y brazos, y ella lo miraba como en un trance. - Viniste al mundo, minutos antes que Cristina, caminaste antes que ella, pero hablaste después. Eras la líder cuando hacían travesuras... Y Cristina siempre se culpaba. - Victoria rió al escuchar y recordar.
- Era yo quien lideraba... Pero las mejores ideas eran de ella. - el sonrió con ternura
- Eres una mujer independiente... te haces la fuerte. Cuando la verdad es que deseas que alguien te proteja..
- Todo eso te lo dijo papá?
- No... Eso último es lo que pienso yo. - La mirada intensa de Heriberto comenzaba a hacerle sentir indefensa... Vulnerable. Habló para restarle importancia al asunto.
- Entonces tendré que buscar a alguien que me cuente de ti?
- No será necesario... Yo responderé a todo lo que quieras saber de mi... Es mas... Que te parece esto... Cena conmigo esta noche y así nos conocemos mejor, que dices?
- Estoy hospitalizada, genio! - le dijo burlándose. El rió.
- No será problema... Traeré el restaurante aquí... - ella enarcó la ceja - ventajas de ser el jefe de cardiología.
- Tengo una dieta...
- Eso estará perfectamente cubierto...
- No tendré una cita contigo en bata de hospital. - el la recorrió con la mirada.
- Incluso con esa bata de hospital, eres la mujer mas hermosa que mis ojos han visto... Aceptas cenar conmigo, Victoria?
- Acepto... - Victoria lo miró feliz, hacia mucho tiempo que no sentía tan bonito.
Estacionamiento de Hospital
Cristina enarcó una ceja con mirada burlona. Y rió hábito. El frunció el ceño, ella se burlaba de él.
- Por qué te ríes?
- Estoy segura que todas caen contigo en esa actitud...
- Y tu no? - Ella negó divertida
- Pierdes tu tiempo... Ahora déjame entrar a ni coche.
- Desde que te divorciaste no ha habido otro hombre en tu vida... - Ella se puso la mano en la cintura y lo miró ladeando la cabeza.
- Sabes lo molesto que resulta que estés investigándome?
- Acepta cenar conmigo y no tendré que buscar información en otros lados.
- No estoy interesada... Eres guapo si... Pero no eres mi tipo. - Cristina pensó en lo guapo y encantador que era, un don Juan, seguro tenía miles de mujeres tras el, y su actitud de macho alfa encendía todas sus alarmas, Alonso había sido posesivo y celópata.. No quería otro de la misma especie.
- Cual es tu tipo? - Dionisio preguntó con deje molesto.
- No es asunto tuyo... Déjame entrar al coche. - El suspiró y se quitó de la puerta para que ella pasara. Ella tomo la manilla de la puerta y el se acercó por detrás , le habló al oído con voz ronca.
- No me rendiré tan fácil, Cristina... Me gustas... Mucho... Y cuando me gusta algo lo consigo. - La piel de Cristina se erizó y tembló ante la advertencia, su corazón saltó y se aceleró. - Descansa.
Cristina se dio la vuelta y lo vio alejarse con una sonrisa en los labios. Negó con la cabeza.
- Eres peligroso Dionisio... - Y sin embargo la curiosidad que sentía era descomunal..
Habitación de Hospital
Victoria estaba nerviosa esa noche... Estaba sentada en la cama del hospital, retorciendo sus manos, el había dicho a las 7:00pm... El reloj marcaba 7:22pm, iba a volver a ver el reloj por enésima vez cuando la puerta se abrió, dando paso a una mujer vestida de negro con un carrito de comida.
- Buenas noches, señora. - La mujer ubicó la mesa y colocó dos sillas, preparó todo frente a ella, y ella le sonrió.
- Donde está, Heriberto?
- En unos minutos estará acá. - Dejó todo preparado y salió de la habitación. Victoria se levantó y cuando iba a investigar que había en la mesa de comer, la puerta se abrió dando paso a Heriberto, vestido con un saco, sin corbata y una sonrisa sensual que casi hace desmayar a Victoria.
- Hola...
- Hola... - El la miró fijamente y se acercó con suavidad, le tendió un ramillete de nardos. Ella los tomó y sonrió, se sonrojó. - están hermosos!
- No más que tu... Te maquillaste - Ella se sonrojó aun más y se pasó la mano por el cabello.
- La enfermera me ayudó... - El pasó la mirada por su rostro... Y se detuvo en su boca.
- Ese color de labial te queda precioso... Pero tendré que quitártelo - Sin esperar mas, tomó sus labios con urgencia. Y ella se agarró a sus hombros, el la besó con ardor, como quien ha pasado tiempo sin beber liquido, y estuviese sediento. Se obligó a separarse de ella e inhaló su perfume. - También te pusiste perfume.
- Tenia que desviar tu atención de esta horrible bata de hospital - El rió, una diseñadora de modas envuelta en una bata de hospital, ella se sentía frustrada.
- Me encanta tu perfume natural. No era necesario que te pusieras nada - Su voz ronca y sensual excitó a Victoria. El besó su cuello y ella echó la cabeza atrás, suspiró frustrado, tenia un montón de cosas en mente deliciosas que hacer con ella, y ninguna las podría hacer en el estado en el que ella estaba - Vamos... Siéntate.
- Todo está muy bonito..
- La comida tendrás que disculparme... Tu dieta es obligatoria. Pero... Decidí comer lo mismo - ella rió encantada.
- Todo es perfecto...
- Bueno... Querías conocerme... Estoy a tu entera disposición
- Cuéntame de ti... Lo que sea. - El hizo un gesto pensativo.
- Nací un 4 de noviembre... Una familia algo disfuncional... Huí de mi casa cuando tenía 12 años. No quería vivir la vida como los padres lo deseaban. Después de un tiempo en las calles... Una pareja mayor se hizo cargo de mi. No podían tener hijos, ellos me adoptaron. - Heriberto recordó con tristeza - Yo les correspondí estudiando mucho... Ellos se hicieron cargo de mi educación, por ellos soy lo que soy, ya murieron hace mucho.
- Lamento que no estén aquí, para que vean el gran hombre que ayudaron a criar. - El le sonrió
- No siempre fui un hombre bueno...
- Estoy segura que mientes... No te veo como un hombre malo.
- No puedo cambiar mi pasado... Ni la familia de donde provengo.. Hice lo posible por alejarme... Aunque de vez en cuando hay cosas en mi que inevitablemente son parte de ellos. - Ella tomó su mano y la acarició.
- Ahora eres un buen hombre... Créeme. Estuviste casado? - El asintió
- Una vez... Hace mucho también. Era muy joven, su belleza me deslumbró y no resultó como ambos queríamos.
- Por qué terminaron?
- Ella buscaba otros horizontes. Era modelo, bueno... Lo es.
- Modelo? - enarcó una ceja. - como se llama?
- Leonela Montenegro
- Leonela Montenegro fue tu esposa? - ella abrió la boca
- La conoces?
- Si... - dijo apretando los dientes - la conozco.
- Bueno... Claro tu estás en el mundo de la moda... Ella quería ser una supermodelo, y yo quería una mujer, una esposa. Discutíamos constantemente y al final... Todo se acabó. - Victoria pensó en su matrimonio con Osvaldo, palabras mas, palabras menos, eso había sucedido en su matrimonio con él. Ella bajó la cabeza y el siguió hablando. - La última vez que la vi, seguía siendo una mujer hermosa, y aun estaba soltera...
- La quisiste mucho..? - el consideró que decirle. Respiró hondo.
- En su momento... Si. La amé... Pero no funcionó. Así que solo lamento no haberme dado cuenta antes y evitarnos el dolor. - Victoria lo miro y encogió los hombros con pesar.
- No fuimos nada suertudos en el amor. - El observó su rostro con detenimiento y el corazón le saltó. Le tomó la mano y con suavidad la besó.
- Estoy seguro que eso ha cambiado... - Ella se quedó sin respiración y el se acercó mas aún. - Encontrarnos no fue casualidad, Victoria... Creo sin temor a equivocarme... Que conocerte sucedería tarde o temprano...
- Crees en el destino..
- No creía... Hasta que te vi.... Estaba escrito que nos encontráramos... Solo era cuestión de tiempo. Y doy gracias que sea en el momento adecuado... Imaginas que te hubiese encontrado casada? O yo Estuviese casado? Habría sido un desastre.... Porque no habría podido dejarte ir.
- Así que asumes... Que si nos hubiésemos encontrado en el momento que estábamos atados a otras personas... Aun así... Habríamos tenido una relación?
- Habría sido inevitable... - Ella sonrió, pero el estaba muy serio y sus ojos llenos de pasión- Creo que ya puedo nombrar a esto que siento por ti...
- Ah si? - El asintió con suavidad sin dejar de mirar sus ojos y sus labios.
- Espero estés preparada... Porque no hay vuelta atrás... - Ella tembló en su interior y su corazón latió indómito - Te amo Victoria... No... No te asustes... Necesitaba decírtelo... Porque no soy hombre que se anda por las ramas... Quiero que te quede claro, que estoy decidido a ganarme un espacio en tu vida, el que quieras darme., esperaré el tiempo que necesites.
- Heriberto... - el miró sus ojos ansiosos y quiso aligerar la atmósfera.
- Ahora dime... Cómo es eso que casi quemas tu casa cuando eras una niña..? - El bebió del jugo que les habían servido y arrugó la cara - no tiene azúcar...
Ella sonrió temblorosa, la confesión de Heriberto la había dejado impactada, era cierto que ambos habían iniciado una relación fugaz, básicamente basada en el sexo y la atracción física que ambos sentían, pero amar... Amor era un sentimiento peligroso, y ella no estaba preparada, y si resultaban mal? Y si se arruinaba todo? Alonso había sido encantador, y todo fue un fraude... Osvaldo lo había intentado y ella creyó inocentemente que bastaba con que uno de los dos amara... Y si era esta vez así? Si el decía amarla, pero ella no era capaz de corresponderle? Si resultaba al contrario? Si se enamoraba de el... Y el se daba cuenta que se había equivocado de mujer? Que Cristina le convenía más? Todo eso acudió en fracción de segundos en su mente. Pero el sonreía tan atractivo, y ella le deseaba tanto... Si se negaba la oportunidad.. Se arrepentiría mas tarde? Tomo el vaso con suavidad y probó el jugo, pero le pasó con dificultad, trato de disimular la incomodidad y continuaron conversando de temas menos profundos.
Casa de Cristina
- Todo bien? - Cristina miraba a su hija que jugaba con la comida sin probarla. - Acacia?
- Ah?
- Te pregunté si todo estaba bien? Que te sucede hija? - Acacia encogió sus hombros
- Nada...
- Te conozco... Eres mi hija. Puedes decirme lo que sea... Que te preocupa?
- Quiero que seamos una familia de nuevo...
- Hija...
- Papá está enamorado de ti... Quiere volver... Y yo quiero que vuelva...
- Acacia escucha... La relación que teníamos tu padre y yo... No era buena... Cuando no hay amor...
- El te ama... - dijo su hija obstinada
- Pero yo no lo amo...
- Podrías volver a amarlo... Intentalo mamá - a Cristina le rompió el corazón la suplica sentida de su hija. Se levantó y se arrodillo junto a ella.
- Acacia... El amor no funciona así... No puedes encenderlo y apagarlo cuando lo deseas. Es algo que aprenderás con el tiempo...
- El piensa que estas interesada en el médico. - Cristina maldijo internamente a Alonso.
- Alonso no debería decirte esas cosas... Estamos divorciados hija, y lo que yo haga no es de su incumbencia. El es tu padre... Y siempre le estaré agradecida por ti. Pero no voy a disculparme por interesarme en alguien mas.
- Pues yo no pienso aceptarlo - Acacia se levanto enojada. - Me iré a vivir con papá, y no te veré nunca mas. - Cristina la miró seriamente y Acacia corrió a su habitación. Cristina suspiró poniendo su mano sobre su frente, su padre que escuchaba en silencio desde el otro lado de la mesa habló entonces.
- Déjala se le pasará...
- Debería ir a explicarle que no tengo nada con Heriberto...
- Solo harás que se sienta con derecho a opinar de tu vida privada.
- Es mi hija...
- Exacto! Es tu hija..! Y Acacia tendrá que entender que Alonso no volverá a formar parte de tu vida. Así que es mejor que dejes que se le pase el enojo...- Cristina se mordió el labio y pensó que era urgente aclarar algunas cosas con Alonso, aunque la sola idea de verlo le estremecía.Los días pasaron, Victoria iba a ser dada de alta, Heriberto la visitaba todos los días y compartían mas información de ambos, reían y si... De vez en cuando los besos eran inevitables, ya se tornaba la situación frustrante para ambos, quienes quedaban jadeando de placer. Esa mañana después de estar semana y media hospitalizada, por fin iba a ser libre... Con muchas recomendaciones medicas pero libre. Heriberto la estaba besando con pasión cuando la puerta se abrió. Un par de ojos se abrieron con sorpresa y un gemido escapó de los labios, Victoria miró la puerta y vio la expresión de horror de su hija....
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"Tu Eres Mi Elección"
FanfictionCristina Maldonado Rivas es una mujer vivaz y noble, fotógrafa retirada, divorciada de Alonso Rivas un hombre seductor, mujeriego, que no supera su divorcio, la persigue y con sus celos enfermizos hace que Cristina se convierta en una mujer precavid...