Capítulo Tercero

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  Después de examinar a Juan Carlos, Heriberto miró a Cristina con una sonrisa, ella estaba con los ojos agotados y se notaba cansada.

- No te has movido de acá hoy. - Ella sonrió y sacudió la cabeza. - Acepta tomarte un café conmigo.

Cristina abrió la boca sin saber que decir. Miró a su padre y después a Heriberto. El sonreía y ella tenía muchas ganas de ir con el. Sin embargo se obligó a rechazarlo.

- No debería, no quisiera que papá se despertara y estuviese solo.

- Eso lo puedo arreglar, ven conmigo - Sin pensarlo mucho la tomo de la mano y la arrastró con el. En la sala de enfermería, abordó a una enfermera, le habló algo que Cristina no pudo escuchar, solo vio a la mujer mirarla de arriba a abajo, se sintió evaluada. Luego ella sonrió y asintió. El le besó la mejilla y salió, le tomó la mano y la arrastró consigo.

- Todo arreglado!

- Que pasará con papá?

- Ana Irá a tomarse un descanso en el sofá de la habitación de tu padre.

- Las enfermeras suelen hacerte favores de ese tipo para que salgas con mujeres? - el rió y ambos entraron al ascensor, el no le soltó la mano.

- Porque es unas situación anormal lo hizo. Me dijo claramente, "Heriberto Ríos ya era hora que salieras con alguien, vete" - Cristina sonrió con ternura y el la miró intensamente. - No suelo hacer estas cosas?

- Llevar de la mano a las hijas de tus pacientes ?

- Pillado!..! Te molesta? - le preguntó haciendo masajes con el pulgar en la mano, que enviaban corriente eléctrica a Cristina.

- Increíblemente no. - Caminaron hasta encontrarse frente al cafetín del hospital, el abrió la puerta y ella entro primero, el le pidió se sentara en una mesa y pidió en el mostrador dos cafés y unos panecillos. Se sentó frente a ella y le regaló una sonrisa seductora que hizo estremecer a a Cristina.

- Y dime Cristina Maldonado... Quien era ese hombre que te tomaba de la fuerza. - Cristina revolvió el azúcar de su café y suspiró

- Mi ex-marido

- Hace eso muy a menudo?

- Incordiarme? Cada vez que tiene oportunidad. Pero normalmente puedo mantenerlo a raya.

- Se ha tornado violento?

- Mas de agarrarme con fuerza no ha pasado. Alonso no supera que lo nuestro terminó hace mucho - Dijo encogiendo los hombros.

- Hace mucho de tu divorcio?

- 7 años.

- Lo siento! - Dijo mirando su café.

- Y tu?

- Yo no tengo un ex-marido violento - Ella rió ante su broma.

- Estas casado?

- Crees que estaría aquí contigo, tomándome un cafe si tuviese una esposa?

- Algunos hombres no dudarían en engañar a sus esposas - Dijo Cristina con amargura.

- Heriberto Ríos no, soy divorciado. Gracias a Dios! - le tomó la mano sobre la mesa y la acarició suavemente, Cristina sintió latir su corazón mas de prisa y la temperatura del lugar pareció subir unos cuantos grados. Este hombre podía ser un peligro para su corazón.



Casa de Victoria

Victoria bajaba las escaleras, ataviada con unos pantalones negros, una blusa gris y un sobretodo negro, su cabello recogido en un moño y un maquillaje suave. Llevaba un bolso pequeño con algunas pertenencias, se las entrego a la muchacha del servicio para que lasnlkevara a su auto. Fernanda salió de su habitación con un bolso sobre la espalda y cara de pocos amigos.

- Lista? - Fernanda asintió de mala gana. La puerta se abrió entonces y entró Osvaldo.

- Buenas noches. Hola preciosa - Fernanda se acercó a su papá y lo abrazó, Victoria no pudo evitar sentir envidia de la relación padre- Hija. - Victoria, como estás?

- Bien, Gracias. Llevas todo Fer?

- Si

- Llevas el violín? Mañana tienes clases. - Fernanda bufó

- Ya no quiero ir a esas clases.

- Hace una semana estabas contenta.

- Pues eso fue hace una semana - Victoria contó mentalmente hasta diez y pidió paciencia al cielo.

- Ve a buscarlo hija, ya hablaremos de esto - intervino Osvaldo. Fernanda subió las escaleras de dos en dos, despues de lanzarle una mirada enfurecida a sus padre. - Cuantos años faltan para que salga de la adolescencia?

- Demasiados!

- Como estás?

- Bien... - Osvaldo se acerco y trazó con un dedo las ojeras de Victoria.

- No mientas..

- Estoy cansada... Y preocupada por papá. - El se acercó y la abrazó, Victoria se dejó consolar unos minutos, pero después se separó con el cuerpo tenso. - No deberías hacer esto.

- Por qué? Tu sabes bien que aun te amo...

- Por que lo sé, te digo que no deberías hacerlo. Yo... No puedo volver atrás. - Osvaldo le acarició la mejilla, recordó la ultima vez que habían estado juntos a solas, como la había besado y ella había dejado que la amara, aunque después se fue sin decir adiós y no contestó sus llamadas en 15 días, para luego dejarle claro que había sido un error.

- Hace mucho que estas sola Victoria, y no puedes negar que en la cama estamos bien.

- No insistas! - El pegó su cuerpo al de ella. Fernanda entonces bajó las escaleras y al ver a sus padres muy cerca se quedó petrificada, los miró interrogante y Victoria carraspeó.

- Van a volver a estar juntos? - Victoria se separó rápidamente

- Claro que no. - Victoria maldijo su falta de tacto al ver a su hija entristecer y luego enfurruñarse. Se acercó a Fer y le dio un beso en la frente. - Se buena chica.

- Siempre lo soy.... Te esperó en el auto papá. - Osvaldo miró unos minutos a Victoria y salió con Su hija. Victoria soltó el aire que hasta ahora no sabía que contenía con fuerza. Se relajó y se pasó una mano por la cabeza, fue vastas su despacho y tomó una aspirina, volvía a sentir dolor de cabeza.


Habitación de hospital

Victoria entró a la habitación y encontró a su padre y su hermana dormidos. Entro sigilosamente y observó brevemente a su hermana, sintió una punzada en el pecho, y tragó con dificultad. La zarandeó con suavidad y Cristina se despertó sobresaltada.

- Que sucedió?

- Acabo de llegar, deberías ir a descansar. - Cristina se frotó los ojos y se pudo tensa como si de repente se diera cuenta con quien hablaba. Victoria se tensó también en respuesta. Cristina recogió su bolsa y se acercó a la cama de su padre, le beso en la frente y acarició su mano. Sacó una tarjeta de su bolsa y se la tendió a su hermana.

- Son mis números. Llámame cualquier cosa que pase y vendré.

- Esta bien - Cristina la miró y después de unos segundos interminables le soltó a Victoria lo que pensaba.

- Papá insiste en que nos arreglemos... - Victoria apretó los puños - Quiero que te quede claro que seré lo mas civilizada que puedo, pero no me gustas Victoria, no quiero tratarte, no te perdono.

Victoria rió con burla.

- Eso no es nuevo Cristina. Tu tampoco me gustas. Y tampoco quiero arreglar nada. El pasado se queda en el pasado, pero estoy dispuesta a lograr que papá esté tranquilo.

- Entonces estamos de acuerdo en algo. - Victoria levantó la barbilla y Cristina pasó frente a ella sin despedirse. Salió sin mas y Victoria suspiró y se sentó en la silla cercana a la cama, le tomó la mano a su padre y la besó suavemente.

- Todo estará bien papito, te lo prometo - dijo susurrando.

Horas mas tarde, Victoria leía una revista y recordaba la conversación con Cristina. Su padre pedía un milagro si pensaba que ellas podían arreglar su relación, Cristina jamas le perdonaría haberse involucrado con Alonso, pero ella tampoco la perdonaría a ella.

<Flashback>

- Que dijiste? - Dijo su madre casi gritando

- Estoy embarazada!

- Por todos los santos Victoria, que has hecho?

- Pues parece que una estupidez del tamaño del mundo - Victoria se mordió una uña y su madre se tensó enfurecida.

- Vas a matar a tu padre! - Victoria sintió como las lágrimas se agolpaban en sus ojos.

- Lo lamento mamá.

- Quien es el padre?

- No quieres saberlo. - Cristina entonces subió las escaleras, había pasado un mes de su matrimonio, y aunque se mantenían distantes, ella no había revelado lo que había hecho.

- Dímelo Victoria... Dime quien es el padre de tu hijo.

- Que dijiste mama? - Elena volteó a ver a su hija

- Cristina... Que bueno que llegaste! Has entrar en razón a tu hermana. - Cristina había escudo bien, pero se había quedado muda.

- Estas... Estas embarazada? - Victoria apretó los dientes con fuerza y asintió. - Como pudiste?

Elena fruncio el ceño al escuchar a Cristina gritarle a su hermana. Y trató de intervenir.

- Cristina...

- Te recuerdo que un bebé se hace entre dos, hermana. - Le dijo Victoria con amargura. Cristina se acercó y la abofeteó con fuerza por segunda vez en su vida. Elena abrió los ojos.

- Cristina...

- Eres una zorra...

- Ya basta Cristina - Dijo su madre ahora verdaderamente angustiada por la actitud de sus hijas.

- Si te consuela pensar que soy la única pecadora de esta historia, pues entonces adelante. - Victoria iba a bajar las escaleras pero Cristina la volteó con fuerza.

- No hemos terminado de ha... - Pero al darse la vuelta Victoria perdió el equilibrio y cayó escaleras abajo, ante la mirada de pánico de madre e hija, ese día perdió a su hijo y jamas pudo perdonar a Cristina.

<Fin del Flashback>



El sonido del monitor inundó la habitación, victoria se levantó con rapidez y pulsó el botón de emergencia. Comenzó a temblar y se acercó a la cama de su padre.

- Papá??? Papito? - Corrió a abrir la puerta y gritó - Ayudenme por favor.

Un par de enfermeras entraron con rapidez y detras de ellas un médico. Le pudieron que saliera, pero logró escuchar que pedían llamaran al doctor Ríos. Victoria caminó de un lado a otro y nadie salia de la habitación, Heriberto Ríos entró rápidamente y le dirigió una mirada rápida, pero no se detuvo. Después de una eternidad salieron y el médico se acercó a ella. Ella lo miró con angustia.

- Que sucedió? Estaba tranquilo. - Temblaba con fuerza, los dientes le castañeaban y los ojos se le inundaron de lágrimas.

- Tuvo otro infarto. - Victoria gimió y sollozó, dejando escapar una lágrima.

- Va a vivir? - Susurró. Heriberto la observó y posó sus manos en sus brazos, las subió y bajó para darle calor. Se veía tan vulnerable, deseo abrazarla.

- Tengo que intervenirlo ahora mismo. - Victoria sollozó una vez mas y se puso la mano en su boca. Se aferró a la bata de Heriberto.

- Tiene que vivir... Por favor. - El se rindió entonces y la abrazó, esa mujer dura que esa misma mañana le había sacado de quicio, ahora le inspiraba un instinto por protegerla que jamás había sentido. Ella lloró unos segundos sobre su pecho, pero pareció darse cuenta de su debilidad y se recompuso - Disculpe.

El le tomó la barbilla sin dejar de soltarla y la hizo mirarlo, examinó su rostro y sus ojos tristes lo miraron con suplica. El gimió y bajó sus labios a los de ella. Los posó con suavidad y ella gimió después de temblar con frenesí. El beso fue breve y hecho para brindar consuelo y seguridad, solo que el cuerpo de Heriberto parecía no comprenderlo, porque reaccionó de la manera mas carnal conocida. Ella se separó y se sonrojó avergonzada.

- Salvalo...

- Haré lo mejor que pueda - Le pasó entonces la mano con suavidad en la mejilla y se separó de ella para luego retirarse a preparar la intrervención, dejando a Victoria con una angustia en el pecho por su padre y un lío de pensamientos por ese beso.   

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