"Tu Eres Mi Elección"

Capítulo Vigésimo Octavo

Hospital 

Casi amanecía, en la habitación de Fernanda dormían todos, Heriberto con sus influencias, había logrado una suite VIP en el hospital, donde podían descansar los familiares. Unos sofás camas ocupaban parte de las habitación, y unos sofás individuales bastante cómodos una especie de sala de espera. Acacia y Juan Carlos ocupaban un sofá cama, Victoria y Cristina otra, y en los sofás Heriberto y Osvaldo. Fernanda comenzó a despertar y su mirada se dirigió a la habitación y notó como todos descansaban, quiso moverse pero le molestó la herida quirúrgica, Heriberto se despertó rápidamente gracias a su oído entrenado para las emergencias, se levantó y se acercó a la cama de Fer. 

- Buenos... - Heriberto miró su reloj, eras las 5:30am - días... ¿Cómo te sientes? 

- Me duele un poco la herida. 

- ¿Me permites verla? - ella asintió. Y el palpó su abdomen ligeramente, todo parecía en orden. Así que sonrió - creo que sobrevivirás y la cicatriz es mínima, así que no habrá problema con eso de las cicatrices feas. 

- Todos durmieron acá...

- Así es... Todos estábamos muy preocupados.

- ¿Tú también? 

- Yo también. - Fernanda frunció el ceño

- ¿Vas a casarte con mi mamá? 

- Lo deseo con toda mi alma. Pero ella no lo aceptará. 

- ¿Por qué?

- Ella desea que nosotros hagamos mejor relación - Fernanda se sonrojó al pensar en cómo se comportaba con él. - No queremos que pienses que no tomamos en cuenta lo que sientes. 

- ¿Quieres a mi mamá? - Victoria ya se había despertado y ahora escuchaba la conversación de su hija con Heriberto. 

- La amo... Con locura... Quiero casarme con ella... Quiero vivir con ella y hacerla feliz. Pero seré paciente. Esperaré a que estés lista. 

- Y si nunca lo estoy - Heriberto acercó con cuidado una silla y se sentó al lado de Fernanda. 

- Espero que eso no suceda... De hecho me aterra pensar que no logremos una relación, ambos amamos a esa mujer ¿no es así? Yo estoy seguro de amarla ¿y tú?

- Claro que la amo. - Dijo indignada. 

- Pues cuando amas a alguien, deseas que esa persona sea feliz... Yo puedo hacer feliz a tu madre. La he visto sonreír... Reír... Y es lo mas maravilloso que mis ojos han contemplado. - Victoria sonrió recostada en la almohada.

- Ahora es mas feliz... Antes peleaba con papá. 

- No digo que no pelearemos... Quizás discutiremos, por cosas tontas, otras no tan tontas... Pero si tu madre quiere casarse conmigo, yo haré hasta lo imposible porque ella sonría a diario. Y tu Fer... Yo no seré tu padre, Osvaldo siempre será tu papá, pero quisiera que fuésemos amigos. Yo no soy tu enemigo, no quiero robar a tu mamá. Quiero hacerla feliz. Dime que lo pensarás... Por favor. - Fernanda lo miró con intensidad y suspiró volteando los ojos

- Esta bien. - Heriberto rió

- Te pareces mucho a tu madre cuando haces esos gestos - Dijo señalando su rostro y recostándose en la silla hacia atrás. 

- Claro que no...

- Claro que sí - Dijo sonriendo divertido, Victoria aprovechó el momento para levantarse. Fernanda la miró y sus ojos se iluminaron. 

- Hola mamá - Victoria se acercó y abrazó a su hija. 

- No vuelvas a darme un susto así - Le dijo acariciando su cabello. - Creí que me moría mientras estuviste en quirófano.