"Tu Eres Mi Elección"

Capítulo Undécimo

Mil disculpas por no haber publicado, haré mi mayor esfuerzo por colocar la historia más seguido, en tanto mis circunstancias de trabajo me lo permitan, mil gracias por sus comentarios y su apoyo a la historia. ¡Son lo máximo!

Después de unos segundos de forcejeo, se rindió... Le respondió con igual pasión, sus besos la enardecían, sentía su cuerpo lleno de vida, sus pezones erguirse contra la ropa, ella se agarró a sus hombros y gimió de impotencia, no podía resistirse a él, lo llevaba bajo la piel y no había podido olvidarlo en esas semanas. Estaba condenada... El la apretó contra su cuerpo y la hizo sentir su erección, ella se movió sensualmente y el cerebro masculino sintió una descarga, la tomó con fuerza de las caderas y caminó torpemente llevándola hasta tropezar con el escritorio, la subió a el y estaba a punto de meter sus manos hábiles bajo la falda, cuando ella protestó y le empujó, ella soltó sus labios y el se vio privado de ellos, fue a lanzarse de nuevo a devorarlos cuando ella lo esquivó.

- Por Dioooos... Te has vuelto loco? - Le golpeó el hombro y le empujó pero el sonrió y se fue por su cuello.

- Loco de deseo.. - Sus labios besaban su cuello y ella echó la cabeza hacia atrás y su respiración se agitó, iba a volverse a rendir, pero la razón se antepuso y sacudió la cabeza para salir del trance pasional.

- Suéltame... es que no ves que mi oficina tiene paredes de vidrio? - Le dijo ella mitad enojada, mitad excitada. El recorrió la mirada y efectivamente las paredes eran de vidrio, unos rostros pasaban y disimulaban no estar viendo el espectáculo. El miró a Victoria enrojecida de deseo y con furia en los ojos.

- No me di cuenta. - Ella le empujó y saltó para bajarse del escritorio. Se acomodó el cabello.

- Lo que me faltaba era que mi personal, me viera en estos menesteres... Seguro estarán cotilleando que la jefa es una exhibicionista.

- No exageres... - El sonreía divertido y eso la enfureció mas - Nos detuvimos a tiempo.

- Vete..

- Tenemos que hablar...

- No quiero hablar...

- Yo tampoco... Preferiría besarte y hacerte el amor... Pero no siempre tenemos lo que queremos.

- De qué quieres hablar? A mi me ha quedado claro que eres como el resto de los hombres... Me fui unas semanas y estuviste rondando a Cristina.

- Si sigues diciendo esas tonterías, no respondo y te besaré de nuevo, y te juro que daré un espectáculo digno del mayor exhibicionista.

- No son tonterías...

- Acabas de acusarme de estar jugando con ambas - El se puso las manos en la cintura y la miró enojado - Dime si no es una tontería?

- Te vi..!

- ¿Haciendo qué?

- Coqueteando con ella... Siendo amable y tierno... Enamorándola

- No niego que Cristina es una mujer hermosa... - Ella entrecerró los ojos con suspicacia - Pero no estoy "enamorándola", somos amigos.

- Ella está enamorada de ti, idiota.

- Claro que no.

- Estas ciego... Y de todas formas no importa... No quiero nada contigo. - Victoria se dio la vuelta enojada. El se acercó y le acarició los brazos.