Tiempo

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–Stern ¿podrías leernos tu ensayo? –Dijo la profesora Marta

–¿Qué? –Pregunté despistada

–Que por favor lea su ensayo frente a la clase. –Repitió mirándome fijamente a los ojos

–¿Por qué lo tengo que hacer? –Me quejé

–Porque sino no tendrá calificación.

Hoy desafortunadamente tuve que levantarme e ir a la universidad y lo peor de todo es tener como primera clase a la profesora Marta y peor aún que me obligue a leer mi ensayo delante de la clase. ¡Maldición! Esto es perturbador y vergonzoso.

Tomé mi libreta y me levanté de mi asiento maldiciendo miles de veces en mi mente, odiaba tener que hacer esto.

–Emmm bueno, como ya saben soy Reachel Stern... Este... Voy a leerles esto que la verdad no parece un ensayo –Dije con una falsa sonrisa

Comprendí luego de tantas veces que he fallado que todo esto es ilógico...
Tienes que caerte a golpes con una puerta para terminar dándote cuenta que las ventanas siempre han estado abiertas y que la puerta no se abre porque la última persona que salió se olvido de quitar el seguro.

A veces la felicidad consiste en dejar ir a la persona que crees el amor de tu vida, porque si en realidad lo es, en algún lugar del camino se volverán a encontrar o quizá no.
Quizá se encuentren para compartir historias y no porque están predestinados a estar juntos o quizá si.

Este escrito está lleno de contradicciones pero así es la vida, Contradictoria y más a esta edad donde las cosas son mayormente inciertas y efímeras.
Donde se confunde cualquier sentimiento con Amor o quizá donde se conoce el verdadero amor pero lo dejamos ir por miedo a vivir, por miedo a descubrir que hay algo más allá de lo que teníamos planteado.

No te aferres a nada.
Deja que suceda lo que deba suceder y que ocurra lo que deba ocurrir.
En cierto caso, somos nosotros mismos los que escribimos cada capítulo de nuestra pequeña historia que será almacenada en la biblioteca de la vida.

______

–¿Cómo te fue con  Marta? –Preguntó Arantxa con una sonrisa

–No lo sé, odio estar en su clase.

–¿Te importaría si nós sentamos con los chicos?

–No lo sé, supongo que no. –Contesté alzando los hombros

Ya había pasado una semana desde la última vez que hable con Liam y esto era a lo que temía cuando decidí terminar mi relación con él, me da miedo verlo a los ojos y saber que yo había roto su corazón por mi egoísmo.

Arantxa y yo nós encontrábamos caminando hacia la mesa donde se encontraban los chicos y también estaba él y Harry ¡Esto no puede ser peor!
llevaba  mi almuerzo y el jugo favorito de Liam.
Admito que las manos me temblaban horriblemente.

–Hola Rae. –Saludó Niall con una sonrisa

–Hola Nialler. –Contesté con amabilidad

–¡Rae! Por fin apareces, tenias una semana sin almorzar con nosotros. –Dijo Louis

–He estado ocupada, lo lamento Tommo. –Dije sentándome

–Y... ¿Cómo estás? –Preguntó Harry con curiosidad

Sé muy bien a lo que Harry se refería con ese "Cómo estás" así que fingí que no veía su otro sentido con esa pregunta.

–Estoy muy bien Harry –Contesté con seguridad

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