Cap - 15

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   Me desperté y estaba solo en la cama. El sitio de Bill estaba frió así que hacia rato que no estaba en la cama. Me estire y al recordar su voz sonreí como un tonto. Me levanté de la cama, me puse un pantalón y una camiseta de tirantes y baje a la cocina. Conforme iba bajando las escaleras me sorprendí. Bill estaba hablando con mama.

- Si. Amo las tartas de chocolate. Se hacer muchas. Cuando quieras te paso recetas.

- Dios Bill, no imaginaba tener tantas cosas en común contigo cariño. Me encantará ver tus recetas.

- Me gusta mucho cocinar. Simone... quería darte las gracias por tratarme tan bien.

- Ven aquí. - justo llegue a la cocina para presenciar ese abrazo.

- Vaya. ¿Para mi no hay? ¿Ni un buenos días? - dije fingiendo enfado.

- Claro que si. - Bill se acerco a mi y me dio un beso. - Buenos días. - sonreí de lado.

- Mmmm. Pues vaya "buenos días" más soso... yo esperaba algo así. - le cogí por la cintura levantándole del suelo y besándole con ganas. Le baje al suelo, estaba rojo. - Ahora sí, buenos días.

- ¿Y para mi no hay buenos días o que? - dijo mi madre fingiendo enfado como yo.

- Ay vieja. - la cogí y de un abrazo la levante.

- ¡¡Tom!! Por dios. Suéltame. - dijo riéndose. Bill rompió en carcajadas.

- Buenos días vieja.

- Que bruto eres a veces hijo. - volví al lado de Bill y le abrace de forma posesiva. Él con gusto se colgó de mi cuello.

- Bueno, ¿que hay para desayunar?

- ¿Desayunar? Tom, son las cuatro de la tarde.

- ¿¿Que?? - era una broma.

- Has dormido toda la mañana. - me dijo Bill. - No quería despertarte. Lo siento.

- No pasa nada pequeño. - le dije dándole un beso.

Era raro escuchar su voz, pero me había acostumbrado de tal manera a que me hablara escribiendo, que es que parecía que hablara con él de normal. Pero me encantaba su voz. Era mucho mejor escuchar su voz que leer sus mensajes. Me sentía feliz. Porque significaba que confiaba plenamente en mi. Y además en mama. Me pareció raro pero desde el principio se vio el cariño que ambos se tenían y el aprecio. Supongo que por eso tampoco le costó abrirse con ella y hablarle. Ahora mi pregunta era si lo haría fuera de casa, en la universidad, con Shiro, con Gustav... o igual volvía a los mensajes. No me importaría porque entiendo que para él sea difícil.

Después de comer Bill se subió a duchar mientras que yo me quede con mi madre en la cocina.

- Tiene una voz tan linda. - me dijo.

- Si. Es muy dulce.

- Me contó lo que hablasteis anoche.

- ¿En serio? Quiero decir... me gusta que se habrá contigo pero a la vez se me hace raro.

- Te entiendo.

- ¿Te contó que... lo que le pasa es por lo que vivió? - asintió - Joder. Me gustaría preguntarle más cosas y saber por lo que paso pero no quiero agobiarle a preguntas de momento.

- Y haces bien. Espera el momento en el que él se vea con fuerzas y te contará todo. Tom, tienes que estar a su lado y comprenderlo.

- Lo se y lo hago.

- Lo se cariño pero... tal vez te de una sorpresa.

- ¿Una sorpresa? No entiendo a qué te refieres. ¿Una sorpresa en qué sentido?

Ángel o demonio. // Twc// NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora