Cap - 25

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- Joder, ya Yawi, ya mi niño. Espera un minuto ya esta la leche. ¡Oh, por dios! ¿Qué has hecho hijo? Que mal huele...- Yawi no paraba de llorar mientras Megan preparaba su leche y yo me reí cuando oí como se quejaba del olor del pañal del niño.

- Megan, eres un caso. - seguí carcajeándome sentado frente a mi desayuno.

- ¡Buenos días! - saludo Bill. Se acercó a mí y me dio un beso.

- No tan buenos. - se quejó Megan.

- Dame al niño.- le dijo Bill cogiéndolo en brazos. - Pero Yawi. ¿Qué has hecho aquí eh? - le punzó con su dedo el pañal y Yawi dejo de llorar para dar paso a su risita descontrolada.

- Joder no se como cojones lo haces. - le dijo Megan. La verdad es que a Bill no le costaba hacerlo reír.

- Voy cambiarle el pañal. - dijo llevándose al niño a la habitación de Megan.

Yo me quede desayunando con una sonrisa de tonto en la cara. Me encantaba ver a Bill con el niño tan contento. No le costaba hacer nada, ni hacerle reír, ni cambiar pañales ni darle el biberón, es como si supiera como se hacía todo eso.

- Oye Tom, ¿como sabe Bill tanto de niños? Si se le da mejor que a mi.

- Justo estaba pensando en eso. No tengo ni idea la verdad. - se sentó a mi lado con el biberón del pequeño y su desayuno. Un colacao.

- ¿Bueno, como vas con eso, con tu sorpresa?

- Ya tengo todo. Solo me falta buscar un lugar para ir. Donde vivíamos solíamos ir al cerro. Nos encantaba ese lugar.

- ¿Por qué no le llevas a la cascada? Allí hay como una pequeña caseta. Yo solía ir allí con Rubén cuando las cosas iban bien. Aprovecha el buen tiempo y podéis pasar la noche allí.

- No suena mal. Esta tarde me llevas con la excusa de que tenemos que comprar. - Megan asintió.

- Si vais a comprar esta tarde comprar un mordedor para Yawi. Megan, no se como te has dado cuenta que a tu hijo le están saliendo los dientes.

- ¿¿Que dices??¿¿Los dientes?? - madre mía, si parecía más Bill su madre que la propia Megan. Se levantó corriendo hacia el pequeño y le abrió la boca pasando la yema de sus dedos por sus encías. - Ay, mi bebé. Normal que lloraras tanto.

- Si claro. Pero que si yo no me doy cuenta ni lo sabes.

- Bill, de verdad no te aguanto cuando te pones en plan padre. - cogió al niño y se fue con él a la habitación y con el biberón. Yo me reí.

- Y tú de qué ríes , ¿eh? - me punzó el costado y se sentó en mis piernas.

- De que parece más tu hijo que el suyo. ¿Como sabes tanto de niños?

- En el centro habían muchos, y como me aburría le pedí a Wendy, a la cuidadora encargada, que me dejara ayudarla. Y me enseño como cuidarlos y saber qué les pasaba según cómo lloraban y sus gestos.

- Y Yawi no para de morderse las manitas. - dije recordando como Megan se las sacaba de la boca cada dos por tres.

- Eso es. Aprendes rápido. - se abrazó a mi cuello y me dejo un beso en los labios. - Oye, amor... - ahí viene, seguro me pide algo. - ... podríamos hacer algo este fin de semana.

- ¿Mañana? - mierda, ya tengo la sorpresa para él.

- Si. No se. No salimos del pueblo y casi tampoco de casa. Me empieza agobiar. ¿Sabes de que me acuerdo mucho?

- De que, sorpréndeme.

- Del cerro. De la noche. De la ciudad y sus pequeñas lucecitas y... tu y yo solos. - dijo rozando mi nariz con la suya.

Ángel o demonio. // Twc// NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora