Cap - 21

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    Por momentos creo que este mundo no está hecho para Bill. Todo está en su contra, todo desde que nació. Su madre apenas se atrevía a separar a su padre cuando este le pagaba o insultaba. Luego se quedó solo. Todo lo que pasó en el centro de acogida tampoco fue para menos. Y después la puta adopción que eso fue lo que le faltaba para terminar de joder su vida.

No es justo que nadie pase por eso, nadie merece tener esa vida, ese dolor. Y ahora que viene a mi, le vuelven a joder. De nuevo quieren putearle y separarnos. ¿Por qué? No lo entiendo. ¿Tan difícil es que le dejen en paz? ¿Que nos dejen en paz y acepten de una puta vez que no nos vamos a separar? Lo que paso con Andi y Georg me ha hecho pensar y mucho. Está claro que estar aquí va a ser de nuevo un infierno para él porque no nos dejaran en paz. Y pensando en él, así nunca va a superar su pasado, no cuando no paran de insultarle y recordarle todo lo que vivió. Aquí no podemos seguir.

Llevamos cuatro meses juntos y hemos vuelto a ir al psicólogo cada semana después de la genial idea del estúpido de Andi. Bill no para de tener pesadillas cada noche. Le es imposible dormir de noche, solo puede descansar de día.

La semana pasada decidí pedir una cita a su Psicólogo, pero fui solo. Quería que me aconsejara, que me hablara claramente sobre Bill, lo que debía hacer y que seria lo mejor para él. Y las cosas estaban más que claras. Lo pensé mucho desde entonces porque tengo que dejar cosas atrás, pero por Bill.... es lo mejor.

- Cuidaros mucho por favor. Yo iré todos los fin de semanas a veros. - dijo mamá abrazándome.

- Tranquila mama.

- Cuídate mucho cariño. Esto es lo mejor para ti lo se, pero... os echaré de menos. - le dijo abrazando ahora a Bill.

- Puedes venir cuando quieras Simone. Es tu casa. Te prepararemos una habitación. - le sonrió Bill.

- Esta bien. Marcharos ya, antes de que no os deje iros. - bromeo.

Bill y yo terminemos de subir las maletas al coche. Y nos pusimos en camino. El viaje sería de una hora, no íbamos muy lejos, pero si lo suficiente como para empezar de nuevo los dos solos. Una nueva vida. Apartar todos los demonios de Bill y olvidara por fin todo. Vivir en la casa donde nació no le hacía nada bien porque por mas que quisiera, siempre recordaba todo. Todo le recordaba a sus padres. A lo que pasó. A las muertes... la sangre... Era imposible que allí pudiera seguir adelante. Es por eso que el Psicólogo me aconsejo irnos. Cambiar de aires, de personas. Y le hice caso. Y me fui con él.

Un pueblecito pequeño, apenas vivían unas doscientas personas. Era tranquilo, había gente joven pero mayores que nosotros, ancianos... Un pueblo típico en donde todos los vecinos se conocen y en las casas no hace falta echar la llave. Nos pareció perfecto. Además conseguí trabajo a distancia. Unos amigos de Shiro me contrataron para crearles bases para sus canciones y eventos. Así que fue perfecto ya que necesitaríamos dinero para vivir. El alquiler de la casa nos lo pagaría mama en principio, pero ya le deje claro que le devolvería todos los meses que tuviera que pagarnos.

- ¿Que piensas? ¿Estas bien? - le pregunté a Bill, íbamos a mitad de camino y apenas hablaba.

- Si. Tranquilo. Es solo que me jode que tengas que dejar todo por mi. Y tus estudios... - resoplo.

- Ya lo hemos hablado. La carrera me da igual. Sabes que yo quiero estar contigo y me iría hasta el polo norte si es lo que necesitaras. - sonrió un poco. - Deja de pensar que me has jodido porque no es así. ¿Vale? Además, yo también necesitaba salir ya de allí.

- Lo se, pero eso también es mi culpa y no me digas que no. - se apresuró a decir cuando abrí la boca para hablar. - Si no hubiera aparecido, tu vida seguiría normal. Y no tendrías esos problemas.

Ángel o demonio. // Twc// NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora