Cap - 37

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    Me desperté por la mañana y tengo que decir que el dolor de cabeza me esta matando. Las cervecitas de anoche no me sentaron nada bien. Bill. Dejó escapar un suspiro.

Lo tengo claro y se lo que voy ha hacer. No voy a culpar a Megan ni a Georg, no me voy a enfadar con ellos porque lo mas seguro es que Bill les pidiera que no me dijeran, y como amigo de él, comprendo que callaran si fue así. Aun así me siento como un estúpido que han jugado con él y se han reído en su cara.

Pero ahora el que se va a reír soy yo.

Salgo de casa dirección a mi trabajo, el puto trabajo que es lo único que ahora mismo me ata aquí. Y si no fuera así, creo que anoche mismo estaría en un vuelo de vuelta a casa. Pero no lo voy ha hacer. Hoy tengo pensado sacarle a Yoana todo lo que sepa de Bill.

Paso por la cafetería de al lado para coger un par de cafés primero. Y conforme me voy acercando a la tienda veo a Yoana abriéndola.

- Buenos días.

- ¡¡Hola!! - me saluda con los dos candados en las manos, entrando y dejándolos en el mostrador junto a las llaves. - Huy. Que mala cara.

- Si. Bueno, anoche se me hizo un poco tarde.

- ¿Si? ¿Solo o acompañado? - la miró dejando un café a su lado con la ceja alzada.

- Eres curiosa , ¿eh? - me rio.

- Bueno... yo te he contado cosas de mi, he confiado en ti. Puedes confiar en mi.

- Ya... pero no me veo contándole a una niña mis intimidades. - bromeo.

- ¿Eso quiere decir que tuviste una noche "movidita"?? Y no soy una niña. - me dice con la voz aguda y ambos reímos.

- No, no fue movidita. Solo me pase un poco con las cervezas.

- ¿Y... tu compañero no sería Bill?

- ¿Y que te hace pensar que era él?

- Oh, Tom, que tenga diecinueve años y para ti sea una "niña" no quiere decir que este ciega y no me di cuenta de las cosas. - se acerca a los interruptores y enciende las luces de toda la tienda. - Se ve de lejos que os gustáis. O al menos ahí hay algo... eso es seguro. - mire a mi café y no pude evitar sonriendo de lado. Si ella supiera...

- ¿Y qué sabes tú de él? Parece que os conocéis de hace tiempo, ¿o me equivoco?

- No. - pasa por mi lado y abre la caja para poner el cambio para el día. - Lo conozco hace bastante, la verdad. Pero no lo conozco personalmente, ya me entiendes. Viene varios días a la semana a comprar discos. Incluso una vez usó el estudio. Pero en realidad no se mucho de él.

- ¿Y hace cuánto está él por aquí, en París?

- Pues seguro hace un año, o más. Por lo menos que viene por aquí. ¿No es de aquí? Pensaba que era de aquí.

- Am... No lo se. Solo preguntaba. Yo solo lo conozco de hace un par de días. - obviamente mentí. No le voy a contar la verdad.

- Entonces te interesa. Si no no me estarías preguntando por él.

Seguimos charlando mientras trabajabamos. Y le pude sacar varias cosas, pero la verdad, nada importante. Por lo que se hasta ahora, Bill lleva aquí más o menos desde que se fue dejándome aquella carta. Que viene a la tienda varias veces a la semana a comprar música que Yoana le recomienda. Que nunca le ha visto con nadie. También me dijo que había tenido un cambio muy drástico. Que cuando le vio aparecer en la tienda de rubio le costó reconocerle, porque, según ella, era moreno, con cresta, siempre vestido de negro, con aires de estrella y un toque emo, y me confesó que le gusto nada mas que lo vio pero que este cambio no le gusta. Si supiera que a mi tampoco. Que prefiero a Bill moreno, como siempre lo ha sido. El corte de pelo me importa una mierda, pero me gusta moreno, no rubio de bote.

Ángel o demonio. // Twc// NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora