Cap - 28

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- ¿A ti te ha gustado? - le pregunté a Megan cuando volví a casa después de quedar con Georg a las ocho para la cena.

- ¿Georg? Mentiría si te digo que no. Es... atractivo. Pero no lo se, tengo que conocerlo. - estaba cambiándole los pañales al pequeño. - Además, siempre está el niño. Eso asusta. - alce una ceja.

- ¿Como que asusta? Si es precioso. - no entendía. ¿Por que decía que el niño asustaba?

- Tom, eres tan tonto a veces. Me refiero que asusta en el sentido de citas, chicos... ya me entiendes. No cualquiera acepta un niño que no es suyo. Incluso a veces hasta siendo suyo hay quien no los acepta... - lo dijo por Ruben.

- Entiendo. Bueno, si a Georg le gustas de verdad tendrá que aceptarlo. No hay más. - le acerque el bote de colonia de Yawi.

- Cierto. Bueno. ¿Y saldremos?

- ¿Quieres salir? Si queréis si. Por mi no hay problema. Pero... Megan... ya sabes que... - ¿como decirle que no se podía acostar con Georg al menos de momento, por lo que le dijo el médico?

- ¿Ya se el que?

- Bueno eso, tu... todavía no puedes...

- No me jodas Tom. - dijo riendo. - ¿Me estas recordando que no me puedo acostar con nadie? - agache la mirada y asentí. Me daba vergüenza pero coño, me preocupaba. - Lo se papá, tendré cuidado. - dijo con tono de niña pequeña y burlándose. - Pero se pueden hacer otras cosas ¿no? Además, tu eso lo sabes bien.

- ¿¿Q-que?? Dios, Megan... Haz lo que quieras pero no me des detalles, coño.

Me fui de la habitación. No me interesaba ni lo más mínimo las experiencias sexuales de Megan. A veces odio que sea tan directa y no tenga la mínima vergüenza de hablar de según qué temas. Mujeres... Dos agujeros... No soy tonto, coño.

Baje al salón. Bill se había dormido en el sofá, como solíamos hacer por las tardes al salir de la Universidad. Se veía tan tranquilo y relajado. Es cierto que estaba mejor aquí. Aquí se le veía diferente, en casa de mama se le veía bien.

- Me alegro de que estáis de vuelta, cariño. - me dijo mama que veía la televisión en un sillón de al lado. Cogí las piernas de Bill para sentarme en el sofá y las deje de nuevo sobre las mías. No se despertó.

- Y yo mama. Creo que Bill se encuentra mejor aquí que allí en el pueblo. Me dijo que le gustaría volver algún día y arreglar la casa de sus padres.

- ¿Lo haréis? - me pregunto.

- Creo que si. Es lo que él quiere. - me encogí de hombros.

- Y tu no te puedes negar a él. - sonreí mirándole, tan relajado.

- No puedo negarle nada.

Pasemos la tarde tranquilos. Megan se acostó con el niño ya que seguía raro por sus encías. Ya se le veían los primeros dientes de abajo, estaba tan gracioso. Bill siguió durmiendo hasta la cena y mama y yo hablábamos un poco de todo. Y con un poco de todo me refiero a la boda. Si. Su tema preferido. Después le ayude a preparar la cena mientras seguía fantaseando con la boda y coloquemos la mesa acompañados del tema de la boda. Y cenemos con la boda. Y creo que tendré pesadillas con la boda.

Georg vino sobre las ocho menos cuarto o algo así. Les presente a él y a Megan ya que lo único que cruzaron fueron cuatro palabras cuando Geo vino a buscarme. Los dos parecían dos adolescentes. Se sonrojaban a cada rato, se miraban de reojo y apenas hablaban. Claro que cuando mamá empezó con la boda, entonces si les entraron las ganas de bromas.

- ¿Y quién de los dos llevará el vestido? - preguntó Megan, a lo que no tarde ni un segundo en contestar.

- ¡Tu madre llevara el vestido!

Ángel o demonio. // Twc// NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora