Ángel o demonio. // Twc// NR

Cap - 17

- Cuando vinieron a por mi me metieron en un centro de acogida. Llamaron a la hermana de mi padre pero no quiso hacerse cargo de mi. Dijo que hicieran lo que quisieran conmigo que no le importaba lo más mínimo. En el centro pase horrores. Esos chicos me dan mucha pena. Espero que las cosas hoy en día hayan cambiado por el bien de esos críos. Rabia cuatro criadores que, en cuanto esté totalmente recuperado de lo mio los denunciare. No se como pero me hice con todos los datos de ellos, nombres y direcciones donde vivían. Abusaban de nosotros. Por las noches se metían en nuestros cuartos y yo, por mi aspecto siempre era su preferido y no me dejaron durante largas noches. - nos contaba Bill en la cocina de mi casa.

- Dios mio... que horror. - dijo mi madre tapándose la boca. Yo le miraba con rabia hacia lo que contaba. Tenía ganas de matarlos yo mismo con mis propias manos.

- Si. Fue duro. Pero vino un nuevo trabajador y cuando se enteró de lo que pasaba él mismo hizo saber al director del centro y los hecho. Pero... mi infierno continuó cuando me acogieron. Vino una pareja muy joven, de verdad parecían muy simpáticos y pensé que con ellos todo volvería a la normalidad pero, me equivoque. Vinieron buscando una niña y me vieron por el pasillo del centro y preguntaron por mi. Por aquel entonces tendría 13 o 14 años. Me deje el pelo largo y me empecé a maquillar como ahora. Intentaba esconderme de algún modo mi cara, por eso lo deje largo. Y los ojos me los maquillaba para no dejar ver mis sentimientos. Les guste y me adoptaron. Además, era perfecto que no hablara para sus planes. Cuando llegue a la casa todo parecía de color de rosa pero, al día siguiente me dijeron para que me querían. Yo era su... puta y... cada día traían clientes que pagaban por... tocarme y... - rompió a llorar.

- Hijos de puta. - dije abrazándolo. Pobre Bill. ¿Un infierno? No. Lo ha pasado peor que eso.

- Quiero contaros todo. - dijo apartándose de mí, pero le di la mano y se la sujete con fuerza. - Tuve que aguantar de todo hasta los dieciocho. Entonces pude largarme de allí. Me insultaron,golpearon y violaron. Y yo... me trague todo. No podía hacer nada y mi rabia cada vez crecía más en mi. Cuando cumplí los dieciocho les pedí que me dejaran hacerles una tarta por mi cumpleaños. No quería celebrarlo ni mucho menos. Pero les... hice creer que quería quedarme con ellos. Que me gustaba esa mierda de vida. Se lo creyeron y yo... mezcle con la harina con toda la cocaína que encontré en la casa. Murieron de sobredosis. Soy... - se puso algo nervioso - ...soy un puto asesino.

- No Bill. No lo eres. Se lo merecían por todo lo que te hicieron.

- Tom...- dijo mi madre para replicarme.

- No, mama. Hizo bien. ¿Acaso tu no hubieras movido un dedo? - agacho la mirada porque si, ella lo haría. - Lo harías igual que yo.

- Bill. Cielo. No eres un asesino. Tom... Tom tiene razón. Yo también hubiera hecho lo mismo. Es más... si yo... si supiera de lo que te hubiera pasado... - mama se tocaba la cara y se puso nerviosa también. - Dios... estuvo en mi mano. Me podía haber quedado contigo, adoptarte y no hubieras pasado por todo eso.

- ¡¡No!! No quiero que os sintáis culpables. No es vuestra culpa. No lo es. Soy yo. Doy asco. Soy un puto maricón. Una mierda. Una vergüenza. Mi padre tenía razón. - se levantó de golpe apretando los puños. Me asuste. - No valgo nada. ¡Nada!. Soy una mierda. Una mierda. Estoy sucio... sucio.. sucio... - gritaba una y otra vez.

- No. No. - le cogí de los brazos sacudiendole. No paraba de repetir "sucio" una y otra vez.

- Sucio... No valgo nada...

- Para. ¡¡Escúchame!!

- ¡¡No me toques!! - me empujo contra la mesa. Camino hacia atrás sin mirar a nada. Estaba de nuevo fuera de sí. Dio un par de pasos y su espalda chocó contra la pared.