Cap - 22

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- Por fin solos. - dijo Bill colgándose de mi cuello.

- Y la piscina... - dije sonriendo de la lado y mirándole a los labios.

Me lance a ellos, besándole, mordiéndole... Soy adicto a ellos. Nada más dulce y carnoso que sus labios. Le cogí del culo subiéndole, haciendo que me rodeara con sus piernas. Nos di la vuelta y le dejé contra la pared de la piscina. Bill subió los codos a la orilla quedándose colgado de ella. Le bese con mas ganas, mientras, por debajo del agua, le quitaba sus boxers y los míos dejándolos perderse en el fondo y de nuevo le bese juntando nuestros cuerpos, notando nuestras erecciones en aumento.

- Desde que vi la piscina moría de ganas de hacerlo aquí. - le dije sobre sus labios.

- Lo se. - sonrio - Solo con ver tu mirada cuando la viste me di cuenta.

Bajo sus brazos para rodear mi cuello de nuevo.

- No sabes como te quiero Tom. Gracias por hacer todo esto por mi.

- Contigo siempre. Te lo dije y lo estoy cumpliendo. No me separare de ti nunca.

Le besé con cariño, dulces besos que después fueron bajando por su cuello, y me fui perdiendo debajo del agua hasta su ombligo y subí. Bill soltó una risita e hizo lo mismo. Me fue dando besos por el cuello bajando por mi pecho pero note como los besos seguían más abajo... hasta mi miembro. Me retorcí y salió del agua. Le cogí en brazos de nuevo y le bese, Bill se movía haciendo que nuestras erecciones pidieran mas y mas. Le lleve contra la pared y le hice bajar de mi para enredarme yo en su cintura cogiéndome del borde de la piscina. Llevo sus manos a mi trasero, acariciando mi entrada y volviéndome jodidamente loco. Poco a poco note como entraba en mi. Esa puta sensación. Como me gustaba. Deje caer mi cabeza hacia atrás, mientras daba pequeños saltos haciendo que el placer se apoderara de mi. Bill me besaba todo el tiempo, me mordía por el cuello y el pecho, me hacía morirme en escalofríos. Seguí moviéndome hasta que Bill llego al orgasmo dentro de mi. Baje de él y le bese. Se dio la vuelta contra la pared para que ahora fuera yo quien entrara en él. Pero le volví a girar hacia a mi. Le bese y le abrace por la cintura.

- No puedo mas, Bill.

- No pasa nada. - dijo retirando el pelo mojado que tenía pegado en la cara. - No me mires como pidiendo perdón. No pasa nada tonto. - dijo besandome. - Ha sido un día largo, es normal. Deben de ser como las seis de la mañana.

- ¿¿Que?? - imposible.

- Ibas tan borracho que se te ha pasado la noche sin darte cuenta.

- Pues si. Joder.

- Vamos a dormir.

Salimos de la piscina, cogiendo las ropas y tapándonos un poco, estaba deseando colocar esa puta malla en las verjas. No había nadie por la calle pero podrían pasar, el local de las chicas quedaba al lado. Solo hacia falta eso, convertimos en el cotilleo del pueblo por vernos en pelotas el primer día.

Entremos en casa y fuimos directos a la que habíamos elegido nuestra habitación. Me metí en la cama esperando a Bill, que había ido a por un vaso de agua. Cuando vino, entró en la cama y se acurruco en mi pecho.

Cuando me desperté Bill no estaba. Me levanté de la cama y salí a mi nuevo salón, me prepare un vaso de leche y cuando me senté en la mesa para tomármelo, vi aquella nota. Una nota en la que ponía mi nombre. La sostuve en mis manos, y como si supiera el contenido de ella, una angustia me invadió. Abrí aquel papel y comencé a leer. Bill se había ido. Se había largado. Me decía que era el precio que debía pagar por olvidarle, por no haber ido a buscarlo en todos estos años. Que su infierno era mi culpa. Todo lo que había pasado era por mi. Y esto, el quererme, el enamorarme simplemente había sido un juego, un juego para saber lo que era el dolor de que te abandonen. De que te dejen. De que te olviden. Todo había sido falso. Me volvía loco. Salí de allí con mi coche conduciendo a casa, necesitaba a mi madre. Si, mama me calmaría. Llegue a mi casa pero de aquella puerta salían personas desconocidas. Esa casa no era mía. Mire la casa de Bill, de ella salían niños felices, corriendo y jugando con una pelota de fútbol. No podía ser. ¿Que estaba pasando? Corrí por la calle, en busca de Georg. Él me explicaría. Pero cuando lo encontré en mitad de la calle y me lance a él me miro extraño. No me conocía. Decía que estaba loco que no me había visto en la vida. Me di cuenta que estaba solo. ¿Qué haría ahora? No. Había perdido todo. Todo. Mama. ¿Donde estas? Corrí por la calle, corrí sin dirección y me encontré con Bill. Bill se veía diferente. Tenía el pelo corto. Sin maquillaje. Sin sus ropas ajustadas y de cuero, vestía de deporte. Estaba tan cambiado. Le llame, le grite por su nombre y se giró. Si, él me conocía. Me llamaba pequeño Tomy, ¿por que? De repente puse atención a mi voz, ahora era la voz de un niño la que salía de mi garganta. Me busque en el reflejo de un coche. Volvía a ser ese niño de nueve años con rastas. Me volví a Bill, quería que me explicara qué estaba pasando. Me cogió del brazo y me llevó a una casa,a un cuarto. Me encerró y me dejó allí. Al poco rato volvió con un hombre, un hombre que me arrancaba la ropa a toda prisa. Me tumbo boca abajo y algo duro entraba en mi culo. ¿¿Estaba violandome??

Ángel o demonio. // Twc// NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora