Cap - 42

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 Me quedé jodido, bastante jodido con lo que había pasado, pero ver así a Bill me jodía muchísimo más que todo lo demás. El pobre llevaba un susto de mil pares. Ahora solo pensaba que podrían entrar mientras durmieramos sin enterarnos.

Si fuera el Bill de hace un año, lo mas seguro es que hubiera salido corriendo a buscar a Yoana a su propia casa, pero en cambio, el Bill de ahora soltaba todo llorando. Es como si se hubiera vuelto mucho más frágil, más sentido, más sensible. Y eso aunque está bien, tiene su parte mala porque todo le afecta el doble. Y a mi me rompe el corazón verlo así.

- Vamos a dormir y mañana será otro día, ¿vale? - le dije en la cama ya.

- No has... no has traído ropa para mañana. - todavía le caían pequeñas lágrimas que intentaba ocultarme.

- No, mañana iré primero a casa y después ya iré a buscar a mamá.

- Iremos. No pienso quedarme solo, Tom. Iré contigo.

- Vale. Iremos entonces. Ahora a dormir. Te quiero.

- Y yo.

Me dio un beso en los labios y me hizo abrazarle mientras él se acurrucaba a mi costado. Le acaricie la espalda intentando calmarlo y parece que funciono, porque al momento estaba dormido.

Yo tarde un poco más. Me quede pensando en todo. No dejaría pasar esto y no sería a Yoana a quien fuera a buscar. Esta vez hablaría directamente con su padre, si yo no puedo hacerla entrar en razón, su padre podrá hacer algo al menos, por lo menos controlar las salidas y lo que hace. Y los anillos... Eso sí que me reventaba. Solo espero que no los venda como me dejó escrito.

Por la mañana pensaba ir a casa y recoger el destrozo de papelitos que había en mi habitación, pero si Bill me acompaña, no, no quiero que vea eso y se sienta peor. Así que no se como lo haré. Puedo llamar a Megan y hacerla venir y de mientras que le entretenga con el pequeño o algo. Será lo mejor. Algo pensaré.




    Nos despertemos con el sonido de la alarma en mi móvil. Eran las nueve de la mañana y el avión de mama aterrizaba a las doce. Así que no teníamos muchas prisas. Bill me despertó esta vez a mi. No escuche la alarma pero si note sus dulces labios por mi cuello. Me saludo con un suave "buenos días" y yo tenía ganas de escuchar su risa. Así que jugué un poquito con él.

- No. No, Tom. Para. Para. - reía a carcajadas por las cosquillas que le hacía al morder sus costados. Él me empuja de los hombros intentando pararme. Se retorcía y reía, lo que me hacía reír a mi también. Se giró y quedó boca abajo así que mordí su culo. - ¡¡NO!! Eso duele idi... no.. para. Para por favor. - seguía riendo. - Tom, en serio. Para. Me duele la tripa.

- Vaaale. - al final pare porque a mi me dolía la mandíbula de morderle y reír. - ¿Qué has hecho con tu culo? Lo recordaba más blandito. - Me tumbe a su lado pero le agarre el culo comprobando que estaba mas duro que antes.

- No he hecho nada. Supongo que sera por el trabajo. No se.

- Pues me gusta. - me incorpore y le di otro mordisquito.

- ¡¡Tom!! Duele. - se rió y se tocó con la mano donde le había mordido. - ¿Que vamos ha hacer? ¿A qué hora saldremos? - se movió en la cama y se recostó en mi pecho.

- El vuelo llega a las doce. Yo iré a casa a cambiarme y darme un ducha, mientras podrías pasar con Megan y mirar con ella algún cerrajero o algo para cambiar las cerraduras. - aproveche a poner eso de excusa para que me dejara ir solo al piso.

- Vale, me parece bien. - de puta madre. - Y luego vamos a buscar a tu madre y podríamos salir a comer fuera. ¿Te apetece?

- Me parece perfecto.

Ángel o demonio. // Twc// NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora