Cap - 31

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 Así como todo tiene un principio, también tiene un final. Pero yo no asumo el mio con Bill. Nadie sabe que sigo buscándolo, que lo intento día tras día, hago llamadas, busco en Internet, busco redes sociales, pero todo me lleva a lo mismo. A la nada. Es como si la tierra se lo hubiera tragado, de nuevo. Decidí decir que ya estaba todo perdido, que ni siquiera probaría a buscarle pero claro que no era verdad, lo hice por el simple hecho de que no me lo recordaran día tras día, de no escuchar su nombre, de no escuchar conversaciones que me llevaran a recuerdos y dejar que todo me hundiera más. Al menos así, dejándolo solo para mi y mi soledad, era un poco menos doloroso.

Han pasado meses, creo que incluso ya es más de un año sin verle y sin saber nada de él. Ha pasado mi cumpleaños y el suyo, y pensar que tenía tantos planes que al final no han podido ser. Miro mi mano a cada segundo, los anillos que están juntos en mi dedo es lo único que me queda de él. El anillo y los recuerdos. Recuerdos de sus risas, de sus caricias, de sus miradas, de sus besos... es tan difícil.

Poco después de irse me acordé de que fue a la joyería, de su anillo, pensé que tal vez lo vendió y estaría allí. Así que un día fui y sí, allí estaba. Lo habían puesto a la venta de nuevo por casi el doble de lo que me costó, estaba intacto, ni un rasguño, y por eso se atrevieron a ponerle ese precio. Me dio igual. No iba a dejar que lo vendieran, así que después de reprocharle al tío por el precio y enseñarle el mio, ya que eran idénticos, tuvo la cara de decirme que le daba igual si el precio era jodidamente excesivo, que lo cogía o lo dejaba. Y si, lo compre de nuevo. Y ahora está junto al mío en el mismo dedo. Esperando, con todas mis fuerzas, que llegue el día en que se lo pueda devolver a su dueño.

Georg, contra todo pronóstico, se ha vuelto mi sombra. Casi siempre esta conmigo todo el dia, a veces incluso tengo que echarle porque de verdad me agobia. Pero no puedo enfadarme con él. Gustav y Shiro, bueno, les veo de vez en cuando porque no tienen la culpa de nada, solo es que me recuerdan demasiado a Bill cuando estoy con ellos y, me es difícil verlos con normalidad por ese detalle. Ellos lo saben y bueno, no les queda de otra más que asumirlo. Y Georg siempre está en casa, por eso también es que le tengo todo el día pegado a mi culo. Él y Megan van en serio, tan en serio que a mamá no le importa que Georg se quede en casa por las noches. Esta mujer de verdad, se merece un altar. Yawi le llama papa. Eso sí que es gracioso. La primera vez que le llamó así, creo que todas nuestras bocas tocan el suelo. Pero Megan estaba orgullosa y contenta, ya que para ella era importante que Yawi viera en Georg alguien importante, alguien que le quería y le protegía, y que mejor que hacerlo que llamándole papá. Cuando sea mas mayor dijo que le aclararía las cosas, pero de momento dejaría que el pequeño creyera que Georg era su padre, y Georg, bueno, lo quería como si fuera su hijo.

- ¿De nuevo te llamo? - pregunte a Megan cuando entraba a la cocina, yo estaba tomando un café.

- ¿Que? - se le veía algo nerviosa de repente.

- Tu hermano, ¿te llamo de nuevo? ¿Cuántas veces has hablado hoy con él?¿Tres, cuatro?

- ¿Eh? Ah, sí. Si, era mi hermano de nuevo, ya sabes... problemas con mamá y eso. - asentí. - ¿Qué tienes pensado hacer esta noche?

- Pues me voy de fiesta, ya sabes, tirarme a todas las que pueda y coger la mayor borrachera de la historia. ¿Qué crees que voy hacer? Nada Megan. Quedarme en casa como siempre.

- Tonto, si no lo haces es porque no quieres. Y lo sabes. Digo lo de tirarte a todas. - empezó a reírse y no tardó en contagiarme con su risa.

- Bueno, y por qué preguntas, ¿vas a invitarme a salir?

- Oh, no lo había pensado, ¿quieres una cita Tom? - dijo pasando sus brazos por mis hombros jugando. Yo me reí.

- ¿Como? Una cita ... ¿vosotros dos? Megan, ¿ya me vas a poner los cuernos? - dijo entrando Georg la cocina.

Ángel o demonio. // Twc// NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora