Cap final.

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- Al final el demonio se esfumó para dejar ser feliz al ángel más bello de todos.

- Pero... papa, ese demonio no era malo, solo un poco loco. - sonreí por las palabras de mi hija y deje el libro en la mesilla.

- ¿Eso es lo que piensas, Beth?

- Si. Era travieso pero no malo. Pero me gusta mas el ángel. - me respondió acomodándose en la cama. - Y ese ángel es guapo.

- ¿A si? - la pequeña tenía una imaginación que me encantaba. - A ver dime, ¿como lo imaginas?

- Pues... como papa Bill.

- Bueno, si es así entonces es muy guapo ¿no?

- Si. - dijo riendo. - Pero tú también eres guapo.

- Oh, vaya. Gracias pequeña. Ahora a dormir. Hay que descansar para mañana.

- ¡¡Si!! Mañana es mi cumple. ¿Que me vais a regalar?

- Si te lo digo no sera una sorpresa. Anda, pequeña diablilla, a dormir. - le tape con las sábanas y me agache para besar su frente. - Buenas noches.

- Buenas noches, papá. Te quiero.

- Y yo, hija.

Salí de la habitación de mi pequeña cerrando la puerta y vi a Bill apoyado en la pared.

- Así que un ángel... mmmm, me gusta que me vea así.

- No lo tengas tan creído, rubito. - le abracé y le bese.

- Está creciendo tan rápido que ni me lo creo.

- Lo se. Parecía ayer cuando todavía lloraba para cambiarle el pañal.

- Lo hemos hecho bien.

- Lo estamos haciendo bien. Todavía nos queda. Apenas tiene diez años. Nos quedan años de disfrutar a su lado.

- No los tiene aun, no le pongas mas años, le quedan un par de horas de ser mi pequeña de nueve.

- Si tu lo dices. - le bese y le abrace hasta nuestra cama. - Te quiero.

- Y yo, amor. Descansa.

Beth era la criatura más pequeña, hermosa, amable, dulce y cariñosa que podía existir en este mundo. Claro que siendo su padre, que podría decir yo. Estoy enamorado de ella.

Cuando fuimos a recogerla nos enamoremos de ella. Tenía unos enormes ojos y sonreía a cada rato. Con su pelo rubio que apenas se veía, piel blanca como la porcelana y un color de ojos marrón que te cautivaran. Simplemente tenía que ser ella.

Apenas llevaba un día en el centro. Ni siquiera habían acabado de hacer su registro. Por lo visto la madre después de darla a luz pidió al hospital que se encargaran de ella. Así que apenas tenía una semana de vida. Era tan pequeñita. Solo de mirarla parecía que se podría romper. Estaba sana. Nada en sus chequeos médicos. Totalmente sana y preciosa.

Recuerdo cuando empezó a hacer pedorretas con su pequeña boquita llenando de baba cada dos por tres la ropa. El primer grito que pegó asustandonos a Bill y a mí que estábamos cenando tranquilamente. Cuando la dejemos con mamá y al volver estaba gateando por el suelo. Su primera palabra,"pa", y Bill y yo discutimos en broma diciendo cada uno que lo decía por él. Tantos momentos. Los lloros el primer día de clase, Bill contándome que tuvo que entrar con ella hasta que en un despiste pudo salir de allí.

Toda nuestra vida a partir del momento de darnos el sí quiero ha sido para mejor. Y Beth, Beth ha sido lo mejor de todo. Amo mi familia.

Beth cumplía mañana diez años, dos de abril. Bill y yo organizamos una pequeña merienda en un local para niños que tenía varias colchonetas y piscinas de pelotas. Siempre venimos aquí los sábados junto a mamá, Megan y Georg. Beth y Yawi se lo pasan en grande ellos solos. Son como hermanos y nos encanta que se lleven tan bien. Apenas se llevan un año y unos cuantos meses. Son lo peor cuando los juntas. No hay quien se haga con ellos.

Ángel o demonio. // Twc// NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora