Cap - 43

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 La semana pasó volando. No recuerdo desde cuando no me sentía tan feliz como me siento ahora. De nuevo junto a mi madre, y como no, con el amor de mi vida. Ese que me enseño todo. Incluso el miedo de perder a la persona que mas quieres por un absurdo error. Con él a mi lado siento y tengo todo.

Dicen que el amor llega cuando menos lo esperas. A mi me llegó con nueve años, pero la persona vino a mí más tarde. Creo que no hay nada más bonito que un reencuentro, pero duele, duele mucho mientras no esta a tu lado. Bill lo es todo. Es ese amigo que quieres que te diga las verdades aunque duelan, es la persona que tiende su mano si necesitas ayuda, el hombro si necesitas llorar y un perfecto compañero de risas y felicidad. No hay nada mejor que tu pareja sea a la vez tu mejor amigo. Tu compañero, tu amante. Todo. Todo eso es él. Mi vida.

Estaba equivocado cuando pensé que ahora Bill había cambiado, que ahora su rabia se transformaba en llanto. Pero no es así. Simplemente es Bill. Antes no dejaba que sus emociones salieran, ahora en cambio, no puede controlarlas. Es así. Él es así. Y mi madre se encargó de recordarme como era de pequeño. Un niño soñador, cariñoso, amable, tímido, sensible. Y ahora ese niño es grande. Rompió esa coraza que él mismo se puso y ahora, vuelve a ser él. El niño soñador y sensible que necesita de todo el cariño del mundo. Y yo estoy aquí para dárselo. Para demostrarle que no está solo y que siempre me tendrá. Que le quiero y le adoro tal como es. Con sus risas y sus lágrimas y con sus sonrisas y sus enfados.

El lunes, tal como había quedado, fui a la tienda. Yoana estaba allí y su padre le hizo pedirme perdón, pero en sus ojos se veía que no sentía nada de lo que había hecho, que estaba pidiendo disculpas por obligación. No hable mucho más con ella. Mi jefe me dio mis anillos de vuelta y me pagó lo que correspondió al mes completo de trabajo.

Como yo estaba sin trabajo ahora y mamá también estaba por fin en París, Megan y Georg, complaciendo a mi madre, despidieron a la niñera. Así que durante toda la semana nos encargamos de él. Aprovechemos los días de paseos con el pequeño Yawi para que mamá y yo, ya que no había salido de nuestra zona, conociéramos un poco más de la ciudad.

Gustav me llamó el miércoles dándome la noticia de que Georg le había insistido en que se viniera también aquí. Ellos retomaron la amistad al final. Por mi lado, no es que hablara mucho con él y Shiro pero no por no querer, si no por falta de tiempo. Así que Gustav acepto y Georg enseguida se puso a buscarle un trabajo dejando currículums de Gustav por donde veía. Y al final le consiguió uno en un bar de copas. La cosa era que donde se quedaría. Al igual que hicimos todos tendría que buscar piso. Mama tuvo la idea junto a Megan de que Gustav ocupara mi piso si el precio no le parecía mal, yo irme con Bill a su piso y mama alquilaría el piso enfrente al de Megan y Georg que justo esa semana lo dejaron la pareja que vivía allí. Y así, ella poder estar cerca del pequeño y ser su niñera.

Entre todos tuvimos todo listo en un par de días. Solo faltaba la llegada de Gustav que sería el lunes. Mamá ya estaba en el pequeño piso, que según ella, era perfecto. Amueblado, pequeño, acogedor y barato. Yo y Bill movimos todas mis cosas a su piso, dejándolo listo para cuando Gustav llega se acomodarse sin más. La paga que recibiría en su nuevo trabajo le daba como para quedarse ese piso y le había encantado cuando vio las fotos que le mande por mensajes. Así que por su parte no hubo problemas tampoco.

- ¿En serio tengo que ir así? ¿No puedo ir sin la chaqueta? - Bill me hizo ponerme un traje, con corbata incluido para la cena que tenía.

- Tom, es una cena sería en la que irá gente importante. No puedes ir de cualquier manera.

- ¿Y tu? No llevas traje y lo que llevas...

- ¡No te metas con mi estilo! ¿Quieres vestirte como yo? Yo encantado. - dijo levantando las manos.

Ángel o demonio. // Twc// NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora